San Serapio Scott) mártir religioso y mártir mercedario.
En este día de la memoria de San Serapio, mártir, queremos honrar su legado de fe inquebrantable y amor profundo por Cristo, y al mismo tiempo meditar en las lecturas que hoy la Iglesia nos presenta. Al recorrer la Carta de San Pablo a Filemón, el Salmo 145 y el Evangelio según San Lucas, encontramos inspiración para vivir una vida de fe comprometida y esperanzadora.
1. La Carta de San Pablo a Filemón (7-20): Un Mensaje de Reconciliación y Fraternidad
San Pablo, en esta breve carta dirigida a Filemón, nos muestra su carácter profundamente pastoral. Es un texto de reconciliación y amor fraternal. Pablo escribe en nombre de Onésimo, un esclavo que se ha convertido al cristianismo y a quien Pablo considera como un hijo espiritual. Le pide a Filemón que lo reciba ya no como esclavo, sino como hermano amado en Cristo. Esta carta es un verdadero testimonio de la transformación que la fe en Jesús puede obrar en las relaciones humanas.
La enseñanza de la Iglesia sobre este pasaje nos recuerda el valor de la fraternidad y la dignidad de toda persona, independientemente de su condición social o económica. Como nos enseña el Concilio Vaticano II en Gaudium et Spes, todos estamos llamados a construir una sociedad donde prevalezca la justicia, el respeto mutuo y la reconciliación. Así como Pablo invita a Filemón a ver a Onésimo con ojos de amor y aceptación, nosotros también estamos llamados a acoger al otro, rompiendo las barreras de odio y rencor.
2. Salmo 145: “El Señor ama al hombre justo”
El Salmo 145 nos recuerda la grandeza del amor y la justicia de Dios. Nos habla de un Dios que “sostiene a los caídos y endereza a los encorvados” (Sal 145,14) y que, en su bondad, cuida de todos aquellos que lo buscan. Este salmo es un himno de alabanza que proclama la compasión de Dios y su cercanía con aquellos que sufren y necesitan de su ayuda.
La Iglesia nos enseña que al alabar a Dios por su justicia, nosotros mismos somos llamados a vivir esa misma justicia en nuestras vidas, esforzándonos por amar y servir al prójimo. Como fieles cristianos, el ejemplo de Dios nos inspira a ser justos y bondadosos, convirtiéndonos en reflejo de su amor en el mundo.
3. Evangelio según San Lucas 17, 20-25: El Reino de Dios está entre Nosotros
En el Evangelio, Jesús responde a los fariseos cuando le preguntan por el Reino de Dios. Les dice que el Reino no vendrá de manera espectacular y que no se puede decir “está aquí” o “está allí”, sino que el Reino de Dios ya está entre nosotros. Esta enseñanza es esencial para entender que el Reino de Dios no es algo lejano o exclusivo, sino una realidad presente que se manifiesta en cada acto de amor, justicia y misericordia.
El Magisterio de la Iglesia nos recuerda que somos co-creadores del Reino a través de nuestras acciones. Cada vez que vivimos el Evangelio en nuestras vidas, que actuamos con amor y generosidad, estamos contribuyendo a la edificación del Reino. San Serapio, quien entregó su vida por amor a Cristo, nos recuerda que el Reino de Dios está presente en el testimonio fiel y sacrificado de los cristianos.
4. Legado de San Serapio, Mártir: Firmeza en la Fe
San Serapio fue un monje mercedario que dedicó su vida a la libertad de los cautivos y al servicio de los más necesitados. En el siglo XIII, tiempo de grandes conflictos y persecuciones, San Serapio fue un ejemplo de entrega radical y amor cristiano. Finalmente, ofreció su vida como mártir, mostrándonos que el seguimiento de Cristo es un camino que implica sacrificio, pero que nos conduce a la verdadera libertad.
Su legado nos inspira a vivir nuestra fe con valentía, confiando en que Dios sostiene a quienes lo siguen con amor y sinceridad. San Serapio nos llama a ser firmes en nuestra fe y a no temer a los desafíos de nuestro tiempo, sino a enfrentarlos con esperanza y amor en Cristo.
“El Reino de Dios está entre nosotros”. Esta afirmación de Jesús nos invita a vivir con la conciencia de que en cada acto de amor y justicia, Dios está presente.
Inspirémonos en la alegría de saber que Dios nos ama y nos acompaña, que su Reino es una realidad viva, accesible y presente en nuestra vida diaria.
Visualicemos al Padre sosteniendo a cada uno de nosotros con sus manos amorosas, como se describe en el Salmo, enderezando a los que están agobiados y sosteniendo a los que han caído.
Hoy, hagamos una acción concreta de reconciliación y amor fraternal. Puede ser un gesto de amabilidad hacia alguien con quien hemos tenido diferencias o una muestra de gratitud a quien siempre nos apoya. Recordemos que, como San Pablo enseñó a Filemón, el amor y el perdón son el fundamento de nuestras relaciones en Cristo.
Frases de San Serapio:
- “El amor a Cristo vale más que cualquier riqueza o comodidad terrenal.”
- “Que mi vida, Señor, sea testimonio de tu misericordia y esperanza para los demás.”
- “Nada es demasiado cuando se ofrece por amor a Dios.”
Que este día, con la intercesión de San Serapio, nos acerquemos más al Reino de Dios, viviéndolo en nuestro presente y construyéndolo cada día con nuestras acciones de amor y justicia.
Página web desarrollada con el sistema de Ecclesiared