30
ABR
2025

Haz la prueba y verás qué bueno es el Señor. Aleluya (Sal 33, 9)



Miércoles 30 de abril de 2025

Segunda Semana de Pascua
Memoria de San Pío V, Papa
Año Santo Jubilar

"Haz la prueba y verás qué bueno es el Señor" (Sal 33, 9)

En este miércoles de la Segunda Semana de Pascua, la Palabra de Dios se abre ante nosotros como un torrente de esperanza que nos invita a confiar plenamente en el amor de Dios y a dejarnos transformar por su luz.

Primera Lectura: Hechos de los Apóstoles 5, 17-26

La narración de hoy nos presenta a los apóstoles encarcelados por proclamar el nombre de Jesús. Sin embargo, en medio de la opresión, un ángel del Señor los libera y les dice: "Vayan y expongan al pueblo todo lo referente a esta vida." No predican una ideología, ni una moral fría; predican "esta Vida": Jesucristo resucitado. Este hecho nos recuerda que ninguna fuerza humana puede detener la expansión de la Vida nueva que Dios ha traído al mundo.

Hoy también nosotros estamos llamados, especialmente en este Año Santo Jubilar, a ser anunciadores valientes de la Vida que brota de Cristo. No importa cuántas dificultades encontremos, la misión sigue adelante porque es Dios mismo quien la sostiene.

Salmo 33: "Haz la prueba y verás qué bueno es el Señor. Aleluya"

El salmista nos invita a la experiencia personal: "Haz la prueba." No se trata solo de escuchar hablar de Dios, sino de saborearlo en nuestra vida concreta, en nuestras luchas diarias y en nuestras esperanzas más profundas.
En este tiempo jubilar, Dios nos invita a abrir nuestro corazón para experimentar su bondad. Participar en los sacramentos, vivir las obras de misericordia, peregrinar con fe: son caminos para "probar" la bondad del Señor.

Evangelio según San Juan 3, 16-21

Este pasaje contiene una de las frases más famosas y conmovedoras de toda la Escritura:
"Tanto amó Dios al mundo que entregó a su Hijo único, para que todo el que cree en Él no muera, sino que tenga Vida eterna."

Aquí está el corazón del Evangelio: el Amor sin límites de Dios.
No estamos solos, no somos olvidados: somos amados hasta el extremo. Dios no envió a su Hijo para condenar, sino para salvar. Frente a este Amor, el mundo se divide entre quienes aceptan la luz y quienes prefieren la oscuridad.

Este Año Santo Jubilar es una invitación a salir de toda sombra que oprime nuestro corazón y a caminar en la luz. Es tiempo de reconciliarnos, de perdonar, de sanar heridas, de volver a confiar.

Vivir el Año Santo Jubilar:

  • Participemos con alegría en las peregrinaciones y celebraciones jubilares.
  • Busquemos recibir el Sacramento de la Reconciliación: ¡Es tiempo de dejarse abrazar por la Misericordia!
  • Realicemos obras de caridad concretas: cada acto de amor abre una puerta al Cielo.
  • Oremos intensamente, especialmente por quienes viven alejados de la fe.

Memoria de San Pío V, Papa (1504–1572)

Hoy celebramos a San Pío V, un papa que dejó una profunda huella en la Iglesia.
Nacido como Antonio Ghislieri en Italia, entró a la Orden de Predicadores (dominicos) y fue conocido por su vida de austeridad, profunda oración y firmeza doctrinal.

Entre sus aportes más relevantes destacamos:

  • La reforma de la liturgia: Promulgó el Misal Romano en 1570, estableciendo una forma de celebración de la Misa que perduró por siglos.
  • Defensa de la fe: Fortaleció la Iglesia ante los desafíos de la Reforma protestante.
  • Victoria en la Batalla de Lepanto (1571): Gracias a su impulso de la oración del Rosario, se ganó una de las victorias más importantes contra las amenazas al cristianismo de la época.
  • Promotor del Santo Rosario: Instituyó la fiesta de Nuestra Señora de la Victoria (después conocida como Nuestra Señora del Rosario) para conmemorar la protección de María.

Su lema bien podría resumirse en una de sus frases:

"Servir a Dios es reinar."

San Pío V nos enseña en este tiempo pascual y jubilar que la verdadera reforma comienza en el corazón, por la oración, la pureza de vida y la valentía en anunciar la verdad.

Queridos hermanos, en este día la Iglesia nos invita a ser testigos del amor de Dios en nuestras vidas. Que en este tiempo de gracia no endurezcamos nuestro corazón, sino que nos dejemos abrazar por el Amor que salva.
Siguiendo el ejemplo de San Pío V, caminemos firmes en la fe, alimentados por la Eucaristía y sostenidos por la oración del Santo Rosario.

¡Haz la prueba! ¡Descubrirás cuán bueno es el Señor! ¡Aleluya!

 

Oración Final:

Señor Dios, que por amor nos enviaste a tu Hijo para darnos la Vida eterna, abre nuestro corazón a tu luz en este Año Santo Jubilar. Haznos testigos valientes de tu bondad en el mundo. Por intercesión de San Pío V, enséñanos a vivir con fe, esperanza y caridad, para que nuestra vida sea un canto de alabanza a tu misericordia infinita. Amén.

"Tanto amó Dios al mundo que entregó a su Hijo único, para que todo el que cree en Él no muera, sino que tenga Vida eterna." (Jn 3,16)


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