La parroquia: familia de Dios, escuela de gratuidad y corresponsabilidad
Todo en la Iglesia es don de Dios
La fe, los sacramentos, la oración y la Palabra son gracia gratuita que brota del amor de Dios. La Iglesia, como madre, no vende lo sagrado, sino que lo ofrece con amor.
Jesús nos dice: “Gratis lo recibisteis, dadlo gratis” (Mt 10,8). Nadie debe sentirse excluido por falta de recursos, porque la fe y los sacramentos son un derecho de todos los bautizados.
Una comunidad con necesidades reales
Sin embargo, la parroquia es también una familia concreta que necesita sostenerse:
Por eso se pide a los fieles una colaboración solidaria, nunca como condición para participar, sino como corresponsabilidad de hijos que sostienen la casa común.
La misión del párroco
El párroco es el pastor propio de la comunidad parroquial (c. 519 CIC). Representa a Cristo Buen Pastor en medio de su pueblo. Sus funciones principales son:
El párroco es, en pocas palabras, el pastor y garante de la vida parroquial en todas sus dimensiones: espiritual, sacramental, pastoral y administrativa.
La misión del vicario parroquial
El vicario parroquial (también llamado vicario cooperador, c. 545-552 CIC) es un sacerdote que colabora con el párroco en el cuidado pastoral de la parroquia. No sustituye al párroco, pero comparte con él la misión. Sus funciones son:
El vicario es un hermano y colaborador que ayuda a que el párroco pueda abarcar con mayor amplitud la vida de la parroquia, especialmente cuando la comunidad es grande o tiene varias capillas.
El rol de los coordinadores y apostolados
Los coordinadores de grupos y movimientos son colaboradores de confianza del párroco y del vicario. Ayudan en la organización de las actividades, animan a los miembros y aseguran que cada apostolado contribuya al bien común de la parroquia.
La importancia de la planificación pastoral
La planificación pastoral es clave para dar continuidad, orden y fruto a la misión:
Planificar es hacer que la gracia de Dios llegue a más corazones de manera concreta y ordenada.
El Consejo Pastoral Parroquial
Es un organismo consultivo que ayuda al párroco a discernir y programar la evangelización en la parroquia. Sus tareas son:
El Consejo Parroquial de Asuntos Económicos
Previsto por el Derecho Canónico (c. 537 CIC), colabora con el párroco en la administración de los bienes materiales. Su función es:
La corresponsabilidad de todos los fieles
La parroquia es familia de Dios: todos tienen un lugar y una misión.
San Pablo lo resume con fuerza: “Vosotros sois el cuerpo de Cristo, y cada uno es un miembro” (1 Co 12,27).
La parroquia es casa y familia: el párroco como pastor, el vicario como colaborador cercano, los consejos como órganos de discernimiento y administración, y los fieles como corresponsables de la misión.
Cuando todos trabajan en comunión, la parroquia se convierte en una verdadera comunidad evangelizadora, transparente y fraterna, donde se experimenta la gratuidad del Evangelio y el compromiso solidario de cada bautizado.
“Que todo se haga decentemente y con orden” (1 Co 14,40).
Pbro. Alfredo Uzcátegui..
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