Viernes 4 de julio de 2025 –
Semana XIII del Tiempo Ordinario
Santa Isabel de Portugal | Mes de la Preciosísima Sangre de Nuestro Señor
Jesucristo | Año Santo Jubilar
“Ven y sígueme”: el llamado de la misericordia que transforma el corazón
Querida familia parroquial:
En este viernes 4 de julio, dentro del caminar de la XIII Semana del Tiempo Ordinario, nos encontramos con una liturgia que nos impulsa a mirar al pasado con gratitud, vivir el presente con fe y abrirnos al futuro con esperanza. Estamos también en el Año Santo Jubilar 2025, tiempo de gracia, conversión y renovación espiritual, y en el mes de julio, consagrado a la Preciosísima Sangre de Cristo, manantial de redención, vida y salvación.
Un viaje de fe y fidelidad
En el libro del Génesis (23,1-4.19; 24,1-8.62-67), se nos narra un pasaje profundamente humano y espiritual. Abraham, ya anciano, organiza con sabiduría y fe el matrimonio de su hijo Isaac, enviando a su servidor a buscar una esposa que comparta la fe del pueblo elegido. Esta escena, además de mostrar el valor de la familia y la continuidad del plan de Dios, es también una catequesis sobre la providencia divina que guía los pasos de quienes confían en Él.
Isaac acoge a Rebeca, quien llega con valentía y apertura al misterio de un nuevo hogar. Ambos, al encontrarse, se reconocen y se unen en una alianza que nace de la fidelidad a Dios. Hoy, más que nunca, necesitamos renovar nuestras familias en la fe, sabiendo que cada hogar es un santuario de vida y de comunión.
Salmo 105: “Demos gracias al Señor porque es bueno”
El Salmo 105 es un canto de memoria y alabanza. El pueblo recuerda las maravillas que Dios ha hecho a lo largo de la historia. En este camino jubilar, también nosotros estamos llamados a hacer memoria agradecida de lo que el Señor ha hecho en nuestras vidas, en nuestra parroquia, en nuestra nación.
Hoy, al mirar el pasado, no lo hacemos con nostalgia, sino con esperanza activa, sabiendo que el mismo Dios que acompañó a nuestros padres en la fe, continúa caminando a nuestro lado.
Evangelio según San Mateo (9,9-13): La mirada que cambia la vida
El Evangelio de hoy nos regala uno de los momentos más luminosos del Nuevo Testamento: el llamado de Mateo, el recaudador de impuestos, a quien Jesús le dice simplemente: “Sígueme”. No hay reproches, no hay condiciones. Solo una invitación directa y amorosa que desarma el corazón endurecido de un hombre excluido y despreciado.
Este pasaje nos habla de la misericordia radical de Cristo. Mateo representa a todos los que se sienten indignos, a los que cargan con errores pasados o sienten que no son aceptados. Y sin embargo, Jesús no ve lo que somos ahora, sino lo que podemos llegar a ser con su gracia.
En este Año Santo Jubilar, el Papa León XIV nos invita a vivir con alegría el sacramento de la reconciliación, sabiendo que nadie está excluido del abrazo de Dios. Jesús no vino a llamar a los perfectos, sino a los que desean levantarse.
Santa Isabel de Portugal: Mujer de paz y reconciliación
Hoy celebramos también a Santa Isabel de Portugal (1271–1336), reina y terciaria franciscana, conocida por su intensa vida de oración, su generosidad con los pobres y su incansable labor por la paz en su familia y en su reino.
Santa Isabel fue una embajadora de reconciliación, interviniendo incluso en conflictos armados entre su esposo y su hijo. Su vida nos recuerda que también nosotros, desde nuestra vocación específica, podemos ser instrumentos de paz y puentes de perdón, comenzando por nuestras familias y comunidades.
Vivir el Año Santo Jubilar y el mes de la Preciosísima Sangre
En este mes consagrado a la Preciosísima Sangre de Nuestro Señor Jesucristo, recordamos que esa Sangre derramada por amor nos redime, nos une, nos sana. Cada gota es precio de nuestra libertad y motivo para una vida nueva.
Durante este tiempo jubilar:
Una palabra que anima
Hoy, la palabra central es “Sígueme”. Jesús nos la dirige a cada uno. No importa nuestra historia, nuestros límites, nuestro pasado. Él no busca perfectos, busca discípulos. Y ser discípulo es caminar con Él, desde donde estamos, con el corazón abierto.
No te quedes sentado en la mesa de tus propios impuestos, tus errores o tus miedos. Levántate. Él te llama.
Pensamiento del día
"No son los sanos los que necesitan
médico, sino los enfermos. Misericordia quiero y no sacrificios" (Mt 9,12-13).
En este tiempo de gracia, abramos las puertas de nuestra vida a la
misericordia que sana y transforma.
¡Que la Preciosísima Sangre de Cristo nos cubra, nos guíe y nos renueve en este mes de julio! Y que Santa Isabel de Portugal interceda por nuestras familias y comunidades, para que seamos sembradores de paz.
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