Turismo sí, minería no: una voz desde Panamá
Hoy celebramos el Día Mundial del Turismo, y Panamá tiene mucho que mostrar al mundo: sus selvas tropicales, el Canal como maravilla de la ingeniería, playas que acarician dos océanos, pueblos con historia viva y una riqueza cultural que va desde las tradiciones indígenas hasta la diversidad de las migraciones. El turismo, cuando es sostenible, se convierte en motor de vida, empleo, identidad y orgullo nacional.
Pero junto a esta celebración surge una afirmación contundente: no existe el “turismo de minería”. Mientras el turismo abre puertas al encuentro y al desarrollo, la minería a cielo abierto deja cicatrices que contaminan los ríos, envenenan los suelos, amenazan la salud de las comunidades y destruyen ecosistemas que jamás podrán recuperarse. La experiencia reciente de Panamá lo demuestra: donde se instala la minería, se multiplican la división social, los conflictos y la degradación ambiental.
Panamá, tierra de encuentro, no de destrucción
Nuestro país fue llamado “puente del mundo y corazón del universo” porque aquí se abrazan culturas y mares. Esa vocación de encuentro no puede confundirse con el saqueo de la tierra. El turismo bien orientado ofrece alternativas económicas más justas, diversificadas y sostenibles que la explotación minera. El senderismo en el Parque Nacional Darién, la visita a los pueblos originarios Guna, Emberá o Ngäbe-Buglé, la contemplación de las aves en Boquete, la historia colonial de Portobelo o la belleza del Casco Antiguo de Panamá: todas estas son expresiones de riqueza verdadera que atraen al mundo y enorgullecen al panameño.
Magisterio y compromiso cristiano
La Iglesia ha levantado su voz frente a estos desafíos. Desde León XIII, con su encíclica Rerum Novarum (1891), recordamos que la economía y el trabajo deben estar siempre al servicio de la dignidad humana y del bien común. Esa enseñanza sigue iluminando nuestro presente: ningún proyecto puede justificar el atropello a la vida de las comunidades o la destrucción de la casa común.
El Papa Francisco, en Laudato Si’, advierte que “todo está conectado” y que el clamor de la tierra y el clamor de los pobres son un mismo grito. Y el actual Papa León XIV ha reafirmado que el dominio sobre la creación no debe volverse tiránico, sino respetuoso, exhortando a pasar de las palabras a la acción concreta frente al cambio climático y la explotación desmedida.
Turismo responsable: alternativa para Panamá
El turismo, si se hace con conciencia, es respuesta clara para nuestro país:
El turismo es una riqueza compartida, que reparte oportunidades y fortalece la identidad. La minería, por el contrario, es una riqueza falsa: beneficia a unos pocos y deja tras de sí pobreza, contaminación y heridas difíciles de sanar.
Un llamado desde la fe y la patria
En este Día Mundial del Turismo, levantamos la voz desde Panamá:
Como pueblo creyente, sabemos que Dios nos confió esta tierra como don, no como botín. Cuidar la casa común es amar al prójimo y defender la vida. Inspirados por el magisterio de la Iglesia y por la conciencia ciudadana, reafirmemos que Panamá es un país de belleza, de cultura y de encuentro, no de contaminación ni de ruina.
Turismo es futuro. Minería es destrucción. Hoy, desde Panamá, elegimos la vida.
Pbro. Alfredo Uzcátegui.
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