Solemnidad del Sagrado Corazón
de Jesús – viernes 27 de junio de 2025
Semana 12 del Tiempo Ordinario – Año Santo Jubilar
“Él mismo buscará su rebaño y lo cuidará” (cf. Ez 34,11)
Queridos hermanos y hermanas en Cristo:
Hoy celebramos una de las solemnidades más entrañables y profundas de nuestra fe católica: el Sagrado Corazón de Jesús, símbolo supremo del amor divino hecho carne, ternura infinita del Padre revelada en el Hijo, fuente inagotable de misericordia, compasión y perdón. En este Año Santo Jubilar, la Iglesia nos invita a entrar con confianza en ese Corazón traspasado, donde siempre hallaremos consuelo, sanación y esperanza.
1. Un Corazón que busca y cuida (Ez 34,11-16)
El profeta Ezequiel nos presenta a Dios como un Pastor que sale en busca de sus ovejas dispersas, que cura a las heridas, fortalece a las débiles y alimenta a su rebaño con justicia. Esta imagen se cumple plenamente en Jesús, el Buen Pastor, que no se queda esperando, sino que desciende hasta las heridas de la humanidad, se hace uno de nosotros y nos carga sobre sus hombros con amor (cf. Lc 15,5).
Este es un anuncio de esperanza: no estamos perdidos para Dios, aunque a veces nos alejemos o caigamos. Su Corazón no descansa hasta encontrarnos.
2. Un Corazón que guía y provee (Salmo 22)
El Salmo 22, uno de los más queridos por los fieles, nos recuerda que “El Señor es mi pastor, nada me faltará”. En los valles oscuros, en los momentos de dolor o incertidumbre, su vara y su cayado nos infunden aliento. El Corazón de Jesús es nuestra seguridad en medio de las tormentas, nuestra paz en el desconcierto, y nuestra fuerza en la fragilidad.
3. Un Corazón que ama primero (Rom 5,5-11)
San Pablo nos recuerda una verdad que puede cambiar toda nuestra vida: “Cristo murió por nosotros cuando aún éramos pecadores”. No tenemos que ser perfectos para que Dios nos ame. Su amor no depende de nuestros méritos. Su Corazón nos amó primero, nos reconcilió con el Padre y nos abrió las puertas de la gracia. En este Año Jubilar, se nos regala nuevamente esa misericordia que no se agota y nunca se retracta.
4. Un Corazón que se alegra por el regreso de uno solo (Lc 15,3-7)
En el Evangelio según san Lucas, Jesús nos muestra la alegría del Cielo por un solo pecador que se convierte. Este es el rostro de Dios que nos revela su Corazón: no un juez severo que castiga, sino un Padre que corre a abrazar, un Pastor que celebra con gozo cuando encuentra a la oveja perdida.
El mensaje es claro: el amor del Corazón de Jesús es personal, único, incondicional. Él no nos ama en masa, sino con el amor específico de quien conoce nuestro nombre, nuestra historia, nuestras luchas y nuestras lágrimas.
Vivir esta Solemnidad en el Año Santo Jubilar
En este tiempo de gracia, la solemnidad del Sagrado Corazón nos impulsa a:
Un corazón abierto que nunca se cierra
El Corazón de Jesús permanece abierto. En Él cabemos todos. Su Sangre y su Agua siguen brotando como fuente de vida eterna. Que esta solemnidad no sea solo una fiesta externa, sino una experiencia viva de amor que transforma nuestra mirada, nuestros vínculos y nuestro compromiso cristiano.
“Sagrado Corazón de Jesús, en Vos confío.”
Parroquia de Santa Ana y San Joaquín
Año Santo Jubilar 2025 – Mes del Sagrado Corazón
Pbro. A.J.U.M.
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