Lunes 28 de julio de 2025 – Semana XVII del
Tiempo Ordinario
Lecturas: Éxodo 32,15-24.30-34 | Salmo 105 | Mateo 13,31-35
En el Mes de la Preciosa Sangre de Nuestro Señor Jesucristo
Conmemoración de San Inocencio I, Papa
Jubileo de los Misioneros Digitales y de los Influencers católicos
Semillas del Reino y Sangre Redentora: Una esperanza que transforma
"El Reino de los cielos se parece a un grano de mostaza" (Mt 13,31)
En este inicio de semana, la liturgia nos conduce por un camino de conversión, esperanza y visión de futuro. A pesar de las sombras que deja el pecado del pueblo de Israel en el desierto, la Palabra de Dios nos revela que su amor es más fuerte que nuestras caídas. Moisés intercede, el Señor perdona, y el Reino sigue creciendo, aunque a veces no lo veamos.
Este lunes 28 de julio, celebramos también a San Inocencio I, Papa en el siglo V, defensor incansable de la fe, promotor de la unidad de la Iglesia y del valor de la Sagrada Liturgia. En este Jubileo de los Misioneros Digitales y de los Influencers católicos, su figura nos inspira a vivir con autenticidad la misión evangelizadora también en los nuevos areópagos digitales.
El pecado del pueblo y la intercesión de Moisés (Éxodo 32,15-24.30-34)
El relato del becerro de oro es uno de los más impactantes del Éxodo. El pueblo, impaciente ante la ausencia de Moisés, cae en la idolatría. La imagen de las tablas rotas, de Aarón sin autoridad, y del pueblo desenfrenado es un reflejo de lo que sucede cuando el corazón se aleja de Dios.
Y sin embargo, no todo está perdido: Moisés intercede. Sube de nuevo al monte. Pide perdón por su pueblo. Y aunque las consecuencias del pecado son graves, Dios no destruye a su pueblo. Le da otra oportunidad. Dios es justo, pero también misericordioso. Su amor tiene la última palabra.
Parábolas de esperanza y crecimiento (Mateo 13,31-35)
El Evangelio nos presenta dos parábolas que son pura esperanza en clave de futuro: la del grano de mostaza y la de la levadura. El Reino de los cielos comienza en lo pequeño, en lo oculto, en lo que a los ojos del mundo parece insignificante. Pero el Reino crece. Como una semilla, como la levadura, transforma la historia desde dentro.
Jesús nos enseña que el bien siempre tiene futuro, aunque no haga ruido. En un mundo que corre, que busca lo inmediato y espectacular, Él nos recuerda que el Reino se gesta en lo escondido: en una oración silenciosa, en un gesto de caridad, en un testimonio valiente en redes sociales, en una palabra justa, en una misa transmitida online que llega a un corazón sediento.
La Preciosa Sangre de Cristo: medicina y fuerza en la fragilidad
Durante todo el mes de julio, la Iglesia nos invita a contemplar el misterio de la Preciosa Sangre de Cristo, derramada para nuestra redención. Hoy, más que nunca, necesitamos volver la mirada al Calvario y al altar, donde la Sangre del Cordero sigue hablándonos de amor incondicional y de esperanza concreta.
La Sangre de Cristo nos cura del pecado, nos une como Iglesia y nos envía en misión. Así como Moisés intercedió por su pueblo, Cristo intercede hoy por nosotros con su Sangre. Y así como el grano de mostaza crece hasta hacerse árbol, el amor redentor de Jesús sigue fecundando la tierra.
Un Jubileo para los misioneros digitales y los influencers católicos
En este Año Santo Jubilar de la Esperanza 2025, el Santo Padre ha querido reconocer la labor de quienes evangelizan a través de los medios digitales. No es una moda, es una misión. No es entretenimiento, es anuncio. Quienes con creatividad, fe y fidelidad al Magisterio de la Iglesia iluminan las redes sociales con el Evangelio están sembrando semillas del Reino.
A ustedes, misioneros digitales, influencers católicos, creadores de contenido evangelizador, gracias por estar presentes donde muchos ya no van a la iglesia física. Gracias por llevar la Palabra a los celulares, a los corazones, a las periferias digitales. Sigan siendo levadura, sigan sembrando mostaza santa.
Pensamiento para meditar
“El Reino de Dios se construye día a día con pequeños gestos de fe, de esperanza y de caridad. Allí donde una vida se transforma por Cristo, allí ha germinado la semilla del Reino.”
Sentir del corazón creyente
Hoy resuena con fuerza el grito del salmista: "Perdona, Señor, las culpas de tu pueblo" (Salmo 105). Este clamor es actual. Es el clamor de tantas almas heridas, de tantas familias rotas, de tantos pueblos que buscan justicia. Pero en ese mismo clamor se esconde una esperanza: Dios no se cansa de perdonar. Su fidelidad es eterna.
Propósito para la jornada
Hoy te invito a ser “semilla del Reino” en lo cotidiano:
Oración final
Señor Jesús,
en este día en que celebramos tu Sangre redentora
y la memoria del Papa San Inocencio I,
haznos constructores del Reino,
sembradores de esperanza,
levadura que transforma,
sal que da sabor y luz que no se apaga.
Bendice a quienes anuncian tu Evangelio
desde los nuevos caminos digitales.
Que nunca nos falte la humildad,
la fidelidad a la verdad y el amor a la Iglesia.
Por tu Sangre derramada,
danos la gracia del perdón y la alegría del testimonio.
Amén.
Pbro. Alfredo Uzcátegui.
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