Semana de la Pastoral Indígena en Panamá: Sembrando fe, cultura y esperanza del 3 al 10 de agosto de 2025.
En el corazón de la Iglesia panameña late una riqueza que no se puede medir en oro ni en recursos materiales, sino en la vida, la sabiduría ancestral y la fe profunda de nuestros pueblos originarios.
Durante la Semana de la Pastoral Indígena, la Iglesia nos invita a mirar con gratitud, respeto y compromiso pastoral a las comunidades indígenas que forman parte viva del Pueblo de Dios, y a renovar juntos el camino de la evangelización inculturada.
1. Un llamado desde la Palabra de Dios
La Sagrada Escritura nos recuerda que en Cristo “ya no hay judío ni griego… porque todos ustedes son uno en Cristo Jesús” (Gál 3,28). Este principio ilumina la misión de la Pastoral Indígena: acoger la diversidad de lenguas, costumbres y expresiones culturales como dones del Espíritu Santo, que enriquecen la catolicidad de la Iglesia.
Jesús mismo, en su encuentro con la samaritana (Jn 4,1-42), muestra que el diálogo con quien es distinto es terreno fértil para la conversión y la comunión.
2. La voz del Magisterio
El Papa Francisco, en la exhortación apostólica Querida Amazonia (2020), nos recuerda:
“Un auténtico proceso de inculturación, que implica una relación armónica con la naturaleza y el respeto por las culturas originarias, requiere una Iglesia con rostro amazónico y, en nuestro caso, con rostro indígena panameño.”
En sintonía, el Documento de Aparecida nos exhorta a “defender la vida, la tierra y las culturas de los pueblos originarios, promoviendo su protagonismo en la Iglesia y en la sociedad” (DA 530).
3. Realidad de los pueblos originarios en Panamá
Panamá es hogar de siete pueblos indígenas reconocidos: Guna, Emberá, Wounaan, Ngäbe, Buglé, Naso Tjer Di y Bri Bri. Cada uno aporta una herencia cultural única, que se expresa en sus lenguas, tejidos, danzas, cantos, medicina tradicional y una cosmovisión marcada por el respeto a la creación.
No obstante, también enfrentan desafíos: pobreza, migración forzada, pérdida de lengua, acceso limitado a educación y salud, y el riesgo de que su fe sea debilitada por el sincretismo o por sectas que los apartan de la Iglesia.
4. La misión de la Pastoral Indígena
La Pastoral Indígena busca:
Es un trabajo que requiere paciencia, amor y la disposición de “caminar al ritmo” de las comunidades, reconociendo que evangelizar no es imponer, sino proponer y acompañar.
5. Evangelización e inculturación
La
inculturación del Evangelio no significa alterar la esencia de la fe o los
sacramentos, sino permitir que la Buena Noticia se exprese con las formas
propias de cada cultura, purificando lo que esté en contradicción con el
Evangelio y asumiendo lo que es compatible con la fe cristiana.
San Juan Pablo II lo expresó con claridad en Santo Domingo (1992):
“La evangelización pierde mucho de su fuerza y eficacia si no tiene en cuenta el pueblo concreto al que se dirige, si no usa su lengua, sus signos y símbolos, si no responde a las cuestiones que se plantea.”
6. Caminos de esperanza
En esta Semana de la Pastoral Indígena, somos llamados a:
7. Una oración por nuestros pueblos indígenas
Señor
Jesús, Buen Pastor de todos los pueblos,
te damos gracias por la riqueza cultural y la fe viva de nuestros hermanos
indígenas.
Haz que en nuestra Iglesia haya lugar para todos,
y que podamos caminar unidos hacia Ti,
cuidando la tierra, defendiendo la vida y proclamando tu Evangelio. Amén.
La Semana
de la Pastoral Indígena no es un evento aislado, sino un recordatorio de
que la misión de la Iglesia en Panamá no estará completa hasta que cada
comunidad indígena, con su lengua, su cultura y su historia, pueda decir: “Jesucristo
es nuestro Señor y habita en nuestra casa”.
En palabras del Papa Francisco: “Todos somos hijos de esta tierra y hermanos en
la misma fe; cuidemos juntos la herencia que hemos recibido y la esperanza que
compartimos”.
Pbro. Alfredo Uzcátegui.
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