Santos Arcángeles: mensajeros de esperanza y defensores de la fe
Lunes
29 de septiembre de 2025 — Semana XXVI del Tiempo Ordinario
Fiesta de los Santos Arcángeles Miguel, Gabriel y Rafael.
Hoy, la liturgia nos invita a elevar la mirada al cielo para contemplar a los Santos Arcángeles Miguel, Gabriel y Rafael, servidores de Dios y mensajeros de su amor. No se trata de figuras lejanas o simbólicas, sino de realidades espirituales que acompañan la vida de la Iglesia y de cada creyente en su camino de fe.
La visión de Daniel: el trono de Dios y el Hijo del Hombre
La primera lectura, tomada del libro de Daniel (7,9-10.13-14), nos presenta la majestuosa visión del trono de Dios y del Hijo del Hombre, a quien se le da todo poder, honor y reino eterno. Esta visión, llena de fuerza y esperanza, anticipa la victoria definitiva de Cristo sobre todo mal y toda injusticia. En un mundo marcado por guerras, incertidumbres y sufrimientos, esta palabra nos recuerda que la historia no está en manos de los poderosos de turno, sino en las manos de Dios. Los arcángeles participan de este plan: Miguel, defensor del pueblo; Gabriel, anunciador de la salvación; Rafael, sanador y compañero de camino.
El salmo: un canto en presencia de los ángeles
El salmo 137 nos hace proclamar: “Te cantaré, Señor, delante de tus ángeles”. Es una invitación a la alabanza, a reconocer que en la liturgia de la Iglesia no estamos solos: junto a nosotros oran los ángeles y los santos. Cada Eucaristía es una participación en la liturgia celestial donde Cristo es el centro y los ángeles nos animan a no cansarnos de adorar, servir y anunciar al Señor.
El Evangelio: los cielos abiertos
En el Evangelio según san Juan (1,47-51), Jesús promete a Natanael: “Verán el cielo abierto y a los ángeles de Dios subir y bajar sobre el Hijo del Hombre”. Cristo se revela como el verdadero puente entre el cielo y la tierra, la escalera de Jacob hecha realidad. Con Él, lo divino y lo humano se encuentran. Los arcángeles, en su misión, nos muestran ese mismo misterio: Dios no es lejano, sino cercano; no es indiferente, sino que envía sus mensajeros para guiarnos y consolarnos.
Enseñanzas para nuestra vida
Luz de esperanza para el futuro
Celebrar a los arcángeles en el Mes de la Biblia es reconocer que la Palabra de Dios abre nuestros ojos al horizonte de esperanza. La Biblia nos enseña que no estamos solos, que la vida es custodiada, anunciada y sanada por la acción amorosa de Dios. Como decía san Gregorio Magno, los nombres de los arcángeles expresan su misión: Miguel —¿Quién como Dios?—, Gabriel —Fortaleza de Dios— y Rafael —Medicina de Dios—. En ellos descubrimos que la fidelidad del Señor no se agota y que nuestra vida está sostenida desde lo alto.
Compromiso cristiano
Hoy estamos llamados a vivir como mensajeros de esperanza en medio de nuestra realidad:
Que esta fiesta nos anime a abrir los ojos de la fe para descubrir la presencia de Dios en nuestra historia y a confiar en que su victoria ya está asegurada en Cristo.
Oración final:
“Señor Dios, que en tu providencia enviaste a tus santos arcángeles como defensores, anunciadores y sanadores, concédenos experimentar siempre su protección, su luz y su consuelo. Que, sostenidos por su intercesión, caminemos firmes en la esperanza y fieles a tu Palabra. Amén.”
Pbro. Alfredo Uzcátegui.
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