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ENE
2025

Santa María, Madre de Dios: Puerta de Esperanza para el Año Jubilar 2025

Santa María, Madre de Dios: Puerta de Esperanza para el Año Jubilar 2025


Te aclamamos, santa Madre de Dios, porque has dado a la luz al Rey, que gobierna el cielo y la tierra por los siglos de los siglos. 


Solemnidad de Santa María, Madre de Dios
1 de enero de 2025 – Octava de Navidad

Hoy, la Iglesia nos invita a iniciar el año celebrando la Solemnidad de Santa María, Madre de Dios, un día de profundo significado teológico e histórico. Este es también un día de precepto, en el que renovamos nuestra fe en Jesucristo, el Hijo de Dios, nacido de María Virgen, y reflexionamos sobre el don de la paz, uniéndonos a la Jornada Mundial de Oración por la Paz.

La Maternidad Divina de María: Theotokos

El título de Theotokos, proclamado dogma en el Concilio de Éfeso en el año 431, reafirma que María es Madre de Dios porque su Hijo, Jesucristo, es verdadero Dios y verdadero hombre. Este dogma subraya el misterio de la Encarnación: el Hijo eterno de Dios asumió nuestra naturaleza humana para redimirnos. María no solo es Madre de Cristo, sino también Madre de la Iglesia y Madre nuestra, quien intercede por nosotros y nos acompaña en nuestro camino hacia la santidad.

Reflexión a la luz de las lecturas

Primera lectura: Números 6,22-27

La bendición sacerdotal, “El Señor te bendiga y te guarde”, es un poderoso deseo de protección, paz y plenitud. En este nuevo año jubilar, pidamos esta bendición para nuestras vidas, recordando que María, como Madre de Dios, nos entrega al Emmanuel, Dios con nosotros, como la mayor bendición.

Salmo 66

El salmista clama: “Ten piedad de nosotros, Señor, y bendícenos”. Este salmo es un canto de gratitud y confianza en la bondad de Dios. Nos invita a reconocer su presencia en nuestra historia y a abrir nuestros corazones para recibir su luz en este nuevo año.

Segunda lectura: Gálatas 4,4-7

San Pablo nos recuerda que, al llegar la plenitud de los tiempos, Dios envió a su Hijo, nacido de una mujer, para hacernos hijos adoptivos. Este pasaje reafirma nuestra dignidad como hijos de Dios y nos llena de esperanza: no somos esclavos, sino herederos de la promesa divina.

Evangelio: Lucas 2,16-21

El Evangelio nos lleva al pesebre, donde los pastores encuentran a María, José y al Niño. Los pastores representan a los sencillos y humildes que reconocen la grandeza de Dios. María, por su parte, guarda todo en su corazón, invitándonos a contemplar y agradecer el misterio de la salvación.


  • María, como Theotokos, es el puente que une el cielo y la tierra. Su maternidad divina nos recuerda que Dios se ha acercado a nosotros en Jesucristo.
  • Gratitud por el don de la salvación y la certeza de que no estamos solos. María camina con nosotros como Madre amorosa.
  • La apertura de la Puerta Santa en la Basílica de Santa María la Mayor hoy nos invita a cruzar el umbral de la esperanza, renovando nuestro compromiso de vivir como peregrinos de fe.
  • Este año jubilar, dediquemos tiempo a la oración, la reconciliación y las obras de misericordia. Participemos en las celebraciones jubilares y seamos instrumentos de paz en nuestras familias y comunidades.

El Jubileo 2025: Peregrinos de Esperanza

Este año jubilar es una oportunidad para redescubrir nuestra fe y vivir como Peregrinos de Esperanza. La apertura de la Puerta Santa simboliza nuestra entrada a una nueva etapa de gracia y reconciliación. En este contexto, hagamos nuestros los propósitos de:

  1. Orar por la paz: Uniéndonos a la Jornada Mundial de Oración por la Paz, pidamos al Señor que transforme los corazones y nos guíe hacia la justicia y la reconciliación.
  2. Vivir la misericordia: Practiquemos las obras de misericordia, llevando consuelo a los necesitados y compartiendo con generosidad.
  3. Renovar nuestra fe: Participemos activamente en los sacramentos, especialmente en la Eucaristía y la Reconciliación, para fortalecer nuestra relación con Dios.

Relevancia histórica de este día

La Solemnidad de Santa María, Madre de Dios, es una de las fiestas más antiguas de la Iglesia, vinculada a la celebración de la Octava de Navidad. Desde el año 1968, el Papa San Pablo VI instituyó la Jornada Mundial de Oración por la Paz, uniendo la contemplación del misterio de María con el anhelo de paz para el mundo.

Que este primer día del año sea un tiempo de renovación espiritual y esperanza. Con María, nuestra Madre, caminemos juntos hacia un futuro lleno de la gracia y la paz de Dios.

¡Feliz y bendecido Año Santo Jubilar 2025!

 

En distintas ocasiones y de muchas maneras habló Dios en el pasado a nuestros padres, por boca de los profetas. Ahora, en estos tiempos, nos ha hablado por medio de su Hijo. Hb 1,1-2


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