09
SEP
2025

Santa María La Antigua, Patrona de Panamá: Madre de la Esperanza y Estrella de la Evangelización



Santa María La Antigua, Patrona de Panamá: Madre de la Esperanza y Estrella de la Evangelización

Hoy, martes 9 de septiembre de 2025, celebramos con inmensa alegría y fervor la Solemnidad de Santa María La Antigua, patrona de Panamá, en el marco histórico y espiritual de la Coronación Pontificia de su venerada imagen en la Catedral Basílica de Santa María La Antigua. Este acontecimiento no es solo un hecho devocional, sino un signo profundo de identidad y misión para nuestro pueblo, que desde hace más de cinco siglos camina bajo el amparo maternal de la Virgen.

La liturgia de este día nos presenta la Palabra de Dios como una brújula que ilumina la historia de la salvación, donde María ocupa un lugar único: la Mujer prometida desde el Génesis, la llena de gracia que canta el Magníficat, la Madre que, en la plenitud de los tiempos, nos dio al Salvador.

La promesa de salvación en el Génesis

El relato del Génesis (3,9-15.20) nos recuerda la entrada del pecado en la humanidad, pero también el anuncio de esperanza: la mujer y su descendencia triunfarán sobre la serpiente. Los Padres de la Iglesia vieron en este pasaje una profecía mariana: María es la nueva Eva, asociada a Cristo, el nuevo Adán, en la obra de la redención. Donde abundó el pecado, sobreabundó la gracia.

El Magníficat: canto de esperanza

El Evangelio según san Lucas (1,39-55) nos presenta la visitación de María a su prima Isabel y la proclamación del Magníficat. Este cántico es la síntesis de la fe de Israel y el anticipo de la novedad cristiana: Dios derriba a los poderosos, enaltece a los humildes, sacia de bienes a los hambrientos y cumple sus promesas. María canta la fidelidad de Dios que nunca abandona a su pueblo.

Hoy, nuestro pueblo panameño se une a ese cántico: “Gózate, alégrate en el Señor”, como proclama el salmo responsorial tomado del mismo Magníficat. Es un llamado a no perder nunca la esperanza, incluso en medio de las dificultades sociales, políticas y familiares.

María en la plenitud de los tiempos

San Pablo, en su carta a los Gálatas (4,4-7), proclama que “cuando se cumplió la plenitud de los tiempos, envió Dios a su Hijo, nacido de mujer”. Esa mujer es María, la elegida para ser Madre del Redentor. Y gracias a esa maternidad divina, nosotros hemos sido hechos hijos adoptivos en Cristo. La patrona de Panamá nos recuerda que somos hijos y herederos de Dios, llamados a vivir con dignidad y esperanza.

Santa María La Antigua en la historia y la fe de Panamá

La advocación de Santa María La Antigua llegó a estas tierras con los primeros evangelizadores en el siglo XVI. Fue la primera catedral en tierra firme del continente americano, y bajo su protección nació la primera diócesis de América continental. Su presencia maternal ha acompañado a Panamá en momentos de gloria y de prueba, sosteniendo la fe de generaciones enteras.

Hoy, al coronar solemnemente su imagen, reconocemos que María sigue siendo Reina y Madre de nuestro pueblo, guía segura en el camino del discipulado misionero. La coronación no es un honor humano, sino el reconocimiento de que Dios ha hecho en ella grandes cosas.

Mensaje para nuestro presente y futuro

Celebrar a Santa María La Antigua en este Año Jubilar es reconocer que nuestra historia está marcada por la fe y la esperanza en Cristo. Como nación, estamos llamados a renovar nuestros valores, a defender la vida, la familia y la justicia social. Como Iglesia, estamos invitados a una evangelización creativa y audaz, siguiendo el ejemplo de María que se levantó y partió sin demora para servir.

María es la Mujer que nos señala a Cristo, el verdadero Salvador y esperanza de Panamá; esta certeza nos llena de una alegría confiada, porque sabemos que no estamos solos y que nuestra Madre camina siempre con nosotros, acompañando nuestras luchas y sosteniendo nuestra fe. Por eso, siguiendo su ejemplo, estamos llamados a dar pasos concretos de solidaridad: visitar a un enfermo, reconciliarnos en familia o dedicar tiempo al servicio de la comunidad, haciendo de nuestra vida un canto vivo al amor de Dios.

Hoy, al elevar la mirada a la imagen coronada de Santa María La Antigua, decimos con todo el corazón: “Madre y Reina de Panamá, enséñanos a vivir con esperanza, enséñanos a cantar el Magníficat con nuestras obras y haz de nuestra patria un pueblo unido en la fe y la justicia”.

Que esta celebración sea para todos nosotros un punto de partida hacia un futuro de paz, reconciliación y esperanza, bajo la mirada maternal de nuestra Patrona y Reina.


Pbro. Alfredo Uzcátegui.


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