Jueves 25 de septiembre de 2025
Semana XXV del Tiempo Ordinario
Fiesta del Divino Niño Jesús – Memoria de San Cleofás – Mes de la Biblia
Hoy, en el marco del Mes de la Biblia, la liturgia nos ofrece una Palabra profundamente actual y llena de esperanza. En este jueves 25 de septiembre, la Iglesia celebra con alegría la Fiesta del Divino Niño Jesús, patrono de la inocencia, de las familias y protector de quienes confían en la Providencia. También recordamos a San Cleofás, uno de los discípulos de Emaús, testigo del Resucitado y compañero de camino que nos recuerda que Cristo se hace presente en medio de nuestras dudas y decepciones.
1. El llamado del profeta Ageo (Ag 1,1-8)
El
profeta Ageo habla al pueblo que ha regresado del exilio y se encuentra
desanimado, más preocupado por sus propios intereses que por reconstruir el
templo del Señor. Dios les interpela con una pregunta que atraviesa los siglos:
“¿Es acaso el momento de habitar en casas bien techadas, mientras mi casa
está en ruinas?”
Este llamado no es solo sobre un edificio, sino sobre la prioridad que damos a Dios en nuestra vida. Cuando relegamos a Dios a un rincón, la vida pierde su verdadero sentido. Ageo nos invita a revisar el corazón y a poner a Dios en el centro. Construir el templo significa hoy reconstruir nuestra relación con Él, con los hermanos y con la creación.
2. El Señor es amigo de su pueblo (Sal 149)
El
salmo responsorial nos recuerda una verdad consoladora: “El Señor es amigo
de su pueblo.”
En tiempos de dificultad, podemos sentir que Dios está lejos; sin embargo, Él
se muestra cercano, como un amigo fiel que acompaña, defiende y sostiene. Este
salmo es un canto de confianza y de alegría: no estamos solos, Dios camina con
nosotros y se complace en la sencillez de los que le buscan con corazón
sincero.
3. El desconcierto de Herodes (Lc 9,7-9)
El evangelio nos presenta a Herodes, confundido ante la fama de Jesús. No logra comprender quién es este hombre que realiza signos y maravillas. Su corazón se inquieta, pero en lugar de abrirse a la fe, se encierra en la duda y en la curiosidad superficial.
El contraste es fuerte: mientras los sencillos reconocen en Jesús la acción de Dios, los poderosos se pierden en especulaciones. La invitación para nosotros es clara: no basta con preguntarse quién es Jesús, es necesario abrir el corazón y dejarse transformar por Él.
4. La luz del Divino Niño Jesús
Hoy, al celebrar al Divino Niño Jesús, contemplamos a Cristo en su ternura y pequeñez. Él nos recuerda que el Reino de Dios se recibe con corazón humilde y confiado, como el de los niños. La devoción al Divino Niño es una escuela de abandono y confianza en la Providencia:
San Juan Crisóstomo decía: “Nada hay más fuerte que un corazón humilde, porque es allí donde Dios habita con preferencia.”
5. Una Iglesia en camino de esperanza
En este Mes de la Biblia, la Palabra de Dios nos exhorta a no quedarnos encerrados en la comodidad, sino a ser piedras vivas en la construcción de la Iglesia. Hoy más que nunca necesitamos una fe viva, comprometida con la justicia, la misericordia y la esperanza.
San Cleofás, testigo del Resucitado, nos anima a reconocer a Cristo en el camino, sobre todo en la Eucaristía, donde se parte el Pan para nosotros. Y el Divino Niño Jesús nos recuerda que, aun en medio de nuestras preocupaciones, Dios nos sonríe y nos dice: “Confía en mí.”
Hoy se nos invita a pensar qué lugar ocupa Dios en nuestra vida y si estamos reconstruyendo su templo en el corazón; a sentir la confianza de sabernos amigos de Dios, amados y sostenidos por Él; y a actuar dando un paso concreto para poner a Cristo en el centro: rezar en familia, ayudar a un necesitado o leer un pasaje de la Biblia con fe.
Queridos hermanos, en este jueves de la Semana XXV del Tiempo Ordinario, la Palabra de Dios nos invita a construir con esperanza, vivir con confianza y creer con alegría. Dejemos que el Divino Niño Jesús nos enseñe a vivir la fe con sencillez, y que San Cleofás nos inspire a reconocer al Resucitado en cada Eucaristía y en cada hermano que camina a nuestro lado.
El Señor es amigo de su pueblo. Confiemos en Él, abramos el corazón y sigamos construyendo juntos un futuro lleno de esperanza.
Pbro. Alfredo Uzcátegui.
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