Abrió Dios las compuertas del cielo e hizo llover sobre ellos el maná para que lo comieran; les dio un trigo celeste, y el hombre comió pan de ángeles. Sal 77, 23-25
La Sabiduría de la Reconciliación y la Elección de Dios: Reflexión sobre 1 Corintios 6, 1-11; Salmo 149; Lucas 6, 12-19
En la liturgia de hoy, la Palabra de Dios nos invita a reflexionar profundamente sobre la justicia, la reconciliación, y el llamado de Dios en nuestras vidas. A través de la Primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios (6, 1-11), el Salmo 149, y el Evangelio según San Lucas (6, 12-19), se nos presenta un mensaje poderoso sobre la sabiduría divina que guía nuestras decisiones y cómo debemos responder a ella en comunión con Cristo.
La enseñanza de San Pablo: La sabiduría de la reconciliación (1 Corintios 6, 1-11)
San Pablo se dirige a la comunidad de Corinto, criticando a los cristianos que recurren a tribunales civiles para resolver sus disputas en lugar de hacerlo entre ellos, dentro de la Iglesia. Para Pablo, esto representa una falta de confianza en la justicia divina y en la capacidad de los cristianos de discernir con sabiduría. Su enseñanza central es clara: “¿No sabéis que los injustos no heredarán el Reino de Dios?” (1 Corintios 6, 9). La vida cristiana implica no solo evitar el mal, sino vivir en una justicia reconciliadora, buscando el bien común y la unidad en Cristo.
Esta lectura es un llamado a vivir con integridad moral y a resolver nuestras diferencias desde el amor, en lugar de caer en las disputas. En palabras del Papa Francisco, **“La Iglesia es una familia, no una empresa, y las disputas no deben dividirnos, sino que deben resolverse con misericordia, como hijos de Dios.”**
La alabanza que nos transforma: Salmo 149
El Salmo 149 es un canto de alabanza al Señor que destaca la importancia de la adoración como expresión de nuestra fe. “El Señor ama a su pueblo, y adorna con la victoria a los humildes” (Salmo 149, 4). Esta victoria no es una victoria terrenal, sino el triunfo del bien sobre el mal, de la justicia sobre la injusticia. Alabanza y humildad van de la mano, pues el reconocimiento de la grandeza de Dios nos lleva a comprender nuestra propia necesidad de transformación interior.
El salmo nos recuerda que cada vez que alabamos a Dios con sinceridad, estamos permitiendo que Su gracia actúe en nosotros, purificando nuestras intenciones y fortaleciendo nuestra fe para vivir conforme a Su voluntad.
La elección de los Doce Apóstoles: Lucas 6, 12-19
El Evangelio de San Lucas nos presenta un momento crucial en la vida de Jesús: la elección de los Doce Apóstoles. Antes de tomar esta decisión, “Jesús se retiró a la montaña a orar, y pasó toda la noche en oración con Dios” (Lucas 6, 12). Este gesto de Jesús nos enseña la importancia de discernir nuestras decisiones en oración y comunión con el Padre.
Luego de orar, Jesús llama a los Doce, que serán los pilares de la Iglesia. Estos hombres, de diversas procedencias y caracteres, representan la elección divina que no se basa en méritos humanos, sino en la voluntad de Dios. La multitud que los sigue busca sanación y escucha con ansias la Palabra de vida que proviene de Jesús. Aquí, la misión de los Apóstoles y la Iglesia queda clara: ser portadores de la verdad y de la salvación para toda la humanidad.
El Catecismo de la Iglesia Católica enseña que la Iglesia es una "comunidad de reconciliación" (CIC, 1422). No solo estamos llamados a vivir en paz con Dios, sino también con nuestros hermanos y hermanas en Cristo. Esto resuena con las palabras de Pablo a los corintios: la justicia verdadera no es una cuestión meramente legal, sino una vida de reconciliación y unidad.
En el contexto del Evangelio, la elección de los Doce Apóstoles marca el inicio de la misión de la Iglesia, fundada sobre estos hombres imperfectos, pero transformados por la gracia. La Iglesia continúa esta misión hoy, guiada por el Espíritu Santo y en comunión con el Papa y los obispos, como sucesores de los Apóstoles.
"El Señor nos llama a vivir en justicia, reconciliación y humildad, confiando en Su sabiduría y en el poder de la oración para guiar nuestras decisiones."
Sentimos el llamado de Cristo a vivir como agentes de paz y reconciliación en nuestro entorno, sabiendo que somos parte de Su Iglesia, construida sobre los Apóstoles y llamada a ser luz para el mundo.
Antes de tomar decisiones importantes en nuestra vida, hagamos una pausa para orar y buscar la voluntad de Dios, como lo hizo Jesús antes de elegir a los Doce. Además, resolvamos nuestras diferencias en caridad cristiana, evitando el conflicto y promoviendo la paz dentro de nuestra comunidad, con la guía del Espíritu Santo.
Confiemos en que Dios nos transforma a través de la alabanza, la oración, y el vivir en Su justicia, para que podamos ser verdaderos instrumentos de Su amor en el mundo.
Yo los he elegido del mundo, dice el Señor, para que vayan y den fruto y su fruto permanezca. Jn 15,16
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