Martes 29 de julio de 2025 – Semana XVII del Tiempo Ordinario
Memoria de los Santos Marta, María y Lázaro de Betania
Mes de la Preciosa Sangre de Nuestro Señor Jesucristo – Jubileo de los
Misioneros Digitales e Influencers Católicos
“Quien permanece en el amor, permanece en Dios” (1 Jn 4,16)
Queridos hermanos y hermanas en Cristo:
Hoy, la liturgia de la Iglesia nos ofrece una confluencia de memorias, misterios y oportunidades de gracia. Celebramos con gozo la memoria de los Santos Marta, María y Lázaro, amigos entrañables de Jesús. Ellos nos muestran cómo se vive una amistad íntima con el Señor desde distintos carismas y temperamentos. En este Martes de la Semana XVII del Tiempo Ordinario, que además se enmarca en el mes de la devoción a la Preciosísima Sangre de Cristo, y en el Jubileo de los Misioneros Digitales e Influencers Católicos, el Espíritu Santo nos invita a contemplar la fuerza del amor que permanece, que se dona y que transforma.
I. El Amor como fundamento de la vida cristiana (1 Jn 4,7-16)
La primera lectura tomada de la Primera Carta de San Juan es una joya del Nuevo Testamento: “Queridos, amémonos los unos a los otros, porque el amor viene de Dios”. Esta exhortación no es una propuesta sentimental o pasajera, sino una proclamación profunda de la esencia misma de Dios: Dios es amor, y quienes han conocido a Dios, deben reflejar ese amor en sus relaciones.
En el mundo contemporáneo, tan marcado por el individualismo y el aislamiento digital, esta palabra se vuelve urgente: amar es el único camino para permanecer en Dios. El apóstol no ofrece un amor de palabras bonitas, sino el amor que brota del conocimiento experiencial de Dios, que se hace visible en actos concretos de entrega, compasión, perdón y misericordia.
Este mensaje interpela profundamente también a nuestros misioneros digitales: solo quien ama de verdad puede comunicar a Dios en la red. La evangelización digital no se mide por likes, visualizaciones o seguidores, sino por el testimonio de un corazón que ama con verdad.
II. “Yo soy la resurrección y la vida” (Jn 11,19-27)
El Evangelio de hoy nos sitúa en Betania, hogar de Marta, María y Lázaro, y escenario del dolor por la muerte. Pero también es el lugar de la fe, la esperanza y el renacimiento. Marta sale al encuentro de Jesús y pronuncia una de las profesiones de fe más hermosas del Evangelio: “Sí, Señor; yo creo que tú eres el Cristo, el Hijo de Dios, el que tenía que venir al mundo”.
Marta, muchas veces retratada como la activa, la preocupada, hoy nos sorprende como mujer de fe sólida, que en medio del dolor confía. Jesús se revela a ella no como alguien que trae consuelo, sino como la Resurrección y la Vida en persona. Y esa declaración no es solo para el pasado o para un evento puntual, sino una promesa permanente: donde está Jesús, hay vida.
¡Qué oportuno es este mensaje en un mundo que muchas veces experimenta muerte interior, desesperanza y vacíos! Jesús sigue siendo la Resurrección para las familias rotas, para los jóvenes que buscan sentido, para los que han perdido la fe. Y Marta, con su testimonio, nos enseña que la fe no anula el dolor, pero lo llena de sentido.
III. La espiritualidad de Betania para hoy
Celebrar a Marta, María y Lázaro es celebrar la espiritualidad de Betania:
Hoy, muchos hogares pueden convertirse en pequeñas Betanias, espacios donde Jesús es acogido, donde se sirve con alegría, donde se ora con confianza y donde la vida nueva florece. En esta línea, los influencers católicos y misioneros digitales son llamados a convertir también los espacios virtuales en lugares de acogida para Cristo, de diálogo sereno, de evangelización que toque corazones, de fe que se transmite con alegría.
IV. Bendigamos al Señor en todo tiempo (Salmo 33)
El Salmo 33 eleva un canto de alabanza incesante: “Bendeciré al Señor a todas horas; su alabanza estará siempre en mi boca”. Esta actitud de gratitud permanente nace de quien ha experimentado el amor de Dios. En medio de la prueba, del cansancio, de los desafíos actuales de la fe y la comunicación, bendecir a Dios nos sostiene, nos eleva, nos hace discípulos verdaderos.
En este tiempo ordinario, que es extraordinario por la fuerza de la fe cotidiana, se nos invita a vivir:
Y a ti, que participas en este Jubileo digital, te decimos con amor: permanece en el amor, porque así permanecerás en Dios. No temas usar tu voz en las redes, pero hazlo con un corazón eucarístico, lleno de la sangre redentora de Cristo que sana, restaura y libera.
Pensamiento para meditar hoy:
“El hogar donde se ama a Jesús se convierte en un santuario de vida nueva”.
Sentimiento para cultivar:
Gratitud: por la amistad de Jesús, por el don de la fe, por la esperanza que renace cada día.
Propósito para la semana:
Transforma tu hogar y tus redes en una Betania espiritual, donde Jesús sea bienvenido y amado, donde se escuche su palabra, se le sirva con alegría y se testifique la vida nueva.
Pbro. Alfredo Uzcátegui.
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