Rueguen al Señor de la mies que envíe trabajadores a sus campos, dice Jesús a sus discípulos. Mt 9,38
Peregrinos de Esperanza: Renovados en la Alianza del Amor de Dios
Dios sella una Alianza de esperanza y fidelidad
En este 20 de febrero de 2025, la liturgia de la Iglesia nos regala pasajes profundamente significativos para nuestra fe y nuestro caminar como Peregrinos de Esperanza en este Año Santo Jubilar. La primera lectura, tomada del libro del Génesis 9,1-13, nos sitúa en un momento clave de la historia de la salvación: Dios establece una Alianza eterna con Noé y toda la creación, después del diluvio. Esta Alianza, sellada con el arco iris, es signo de la fidelidad de Dios, quien nunca abandona a su pueblo. A pesar de las tormentas y dificultades, Dios es siempre el primero en tendernos la mano, invitándonos a confiar plenamente en su misericordia.
Dios le dice a Noé: «He establecido mi alianza con ustedes, y ningún ser viviente volverá a ser exterminado por las aguas del diluvio» (Gén 9,11). En este mensaje resuena la certeza de que Dios es fiel a sus promesas y que su amor es inquebrantable. Esta Alianza encuentra su plenitud en Cristo, quien nos ofrece una nueva y eterna Alianza en su Sangre preciosa.
Cristo nos invita a reconocerlo y a seguirlo con fidelidad
El Evangelio de hoy, tomado de Marcos 8,27-33, nos presenta un diálogo fundamental entre Jesús y sus discípulos en el camino a Cesarea de Filipo. Jesús les pregunta: «¿Quién dice la gente que soy yo?» y luego interpela directamente a sus apóstoles: «Y ustedes, ¿quién dicen que soy yo?» (Mc 8,29). Pedro, con valentía, responde: «Tú eres el Mesías». Pero, inmediatamente después, cuando Jesús anuncia su pasión, muerte y resurrección, Pedro se resiste a aceptarlo. Jesús lo reprende, enseñándonos que seguirlo implica aceptar la cruz y confiar en el plan de Dios, incluso cuando no lo comprendemos plenamente.
Hoy, en nuestro peregrinar hacia la Pascua del Señor, esta pregunta sigue resonando en nuestros corazones: ¿Quién es Jesús para mí? ¿Es solo un personaje histórico, un maestro de moral, o realmente el Señor de mi vida, el centro de mi existencia? Como discípulos, estamos llamados a reconocerlo, a confiar en su plan y a dejarnos transformar por su amor.
Peregrinos de Esperanza en el Año Jubilar
Este Año Santo 2025 nos invita a renovar nuestra fe y a vivir la esperanza con alegría. El Jubileo es un tiempo de gracia, un tiempo para reconciliarnos con Dios y con nuestros hermanos, un tiempo para fortalecer nuestra identidad como Iglesia peregrina, que camina con la certeza de que Dios nos guía. Como Noé confió en la Alianza de Dios y como los discípulos aprendieron a seguir a Cristo con fidelidad, nosotros estamos llamados a ser testigos de la esperanza en un mundo que tantas veces vive en la desesperanza y el miedo.
El Salmo 101 nos recuerda: «El Señor ha mirado la tierra desde el cielo». No estamos solos. Dios sigue acompañándonos en nuestra historia, sosteniéndonos con su amor y alentándonos a caminar con fe firme.
Ejemplo de los santos: Francisco y Jacinta Marto, pequeños testigos de esperanza
Hoy celebramos la memoria de los santos Francisco y Jacinta Marto, dos niños pastores de Fátima que recibieron las apariciones de la Virgen María en 1917. Su testimonio nos muestra que la santidad no tiene edad y que todos estamos llamados a confiar en Dios con un corazón sencillo y puro. A pesar de su corta vida, fueron modelos de oración, sacrificio y amor a los demás. Ellos nos enseñan que la esperanza se cultiva en la confianza total en Dios y en el abandono a su voluntad.
En este Año Jubilar, pidamos su intercesión para que, como ellos, podamos vivir con alegría nuestra fe, confiando plenamente en el amor misericordioso de Dios.
Renovemos nuestra Alianza con Dios
En este día, recordemos que la Alianza de Dios es eterna y que su amor por nosotros nunca falla. Él nos llama a caminar con esperanza, a reconocer a Cristo en nuestras vidas y a seguirlo con valentía. Que este Año Santo sea un tiempo de renovación y gracia, un tiempo para abrir nuestros corazones al Señor y ser verdaderos Peregrinos de Esperanza.
Que la Virgen María, Nuestra Señora de Fátima, y los santos Francisco y Jacinta Marto intercedan por nosotros, para que podamos vivir cada día con fe firme, esperanza inquebrantable y amor generoso.
¡El Señor ha mirado la tierra desde el cielo! Caminemos con confianza, pues su amor nos guía y su Alianza es eterna.
Tus palabras, Señor, son espíritu y vida. Tú tienes palabras de vida eterna. Jn 6,63.68
Sr. Jesucristo, ayúdanos a mantener puesta nuestra fe, en ti.
En concepto de esperanza siempre debe predomina un recogimiento conservar firme la fe en lo venidero vendrá a nosotros por la intensidad en nuestra confianza a nuestro amado Dios perseverar en orar y se verá lo anhelado en nuestro corazón.
Hoy la palabra del Señor anima mi confianza y mi esperanza, al saber que El está siempre pendiente de nosotros y nos lo demuestra a diario y de muchas maneras.
Es real las palabras de hoy y hay que estar verdaderamente en manos de nuestro Señor Jesucristo Amén
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