Peregrinos de Esperanza: La Sabiduría, la Paz y la Unidad en Cristo
Hoy, 26 de febrero de 2025, nos encontramos en el camino hacia el Año Santo Jubilar, un tiempo de gracia y renovación espiritual, bajo el lema "Peregrinos de Esperanza". Como Iglesia, estamos llamados a caminar con esperanza, no solo hacia el futuro de la vida eterna, sino también en cada momento de nuestra vida cotidiana, fortalecidos por la Palabra de Dios y los ejemplos de los santos. En este contexto, el libro del Eclesiástico, el Salmo 118 y el Evangelio según San Marcos nos ofrecen sabias enseñanzas que nos invitan a vivir con una esperanza activa y transformadora.
Eclesiástico 4,12-22: La sabiduría y la justicia
El pasaje del libro del Eclesiástico de hoy nos habla de la importancia de la sabiduría que proviene de Dios, que nos orienta hacia una vida justa y recta. "El que ama la sabiduría ama la vida", nos dice el autor sagrado. Esta sabiduría no solo es conocimiento intelectual, sino una forma de vivir conforme a la voluntad divina. El sabio, en su actuar, demuestra misericordia, es justo y ayuda a los más necesitados.
En este Año Santo Jubilar, estamos llamados a ser peregrinos de esperanza, buscando vivir según la sabiduría divina. La verdadera esperanza no es un deseo vacío, sino un acto continuo de fe en la justicia de Dios, que nos invita a ayudar al prójimo, a ser humildes y a reconocer la presencia del Señor en los demás. Vivir la sabiduría que proviene de Dios es también un camino de esperanza, ya que nos hace descubrir, en cada acto de justicia y misericordia, el rostro de Dios.
Salmo 118: La paz que proviene del amor a la ley del Señor
El Salmo 118 nos invita a meditar sobre los frutos de amar la ley del Señor. “Quienes aman tus leyes, de inmensa paz disfrutan”. Aquí, la paz que experimentamos no es solo la ausencia de conflictos, sino una paz profunda que nace del vivir conforme a la voluntad de Dios. Amar las leyes de Dios es amar su palabra, que nos guía y orienta en todos los aspectos de nuestra vida.
Como peregrinos de esperanza, vivir de acuerdo con la ley del Señor nos proporciona la paz interior que necesitamos para caminar en el mundo con confianza. La paz no depende de las circunstancias externas, sino de nuestra relación con Dios y de nuestra capacidad para vivir según sus mandamientos. En este camino jubilar, la paz es uno de los grandes regalos que recibimos, ya que nos hace confiar en la providencia divina y nos da la fuerza para enfrentar los retos de la vida con serenidad.
Evangelio según San Marcos 9,38-40: La unidad en el nombre de Cristo
En el Evangelio de hoy, San Marcos nos presenta una enseñanza fundamental sobre la unidad en el seguimiento de Cristo. Los discípulos de Jesús, al ver a alguien que no pertenecía a su grupo expulsando demonios en el nombre de Jesús, se sienten celosos y lo rechazan. Sin embargo, Jesús les responde: “El que no está contra nosotros está a favor de nosotros”. Este mensaje es claro: la unidad en Cristo supera cualquier división, y cada acción que se realice en su nombre, por más pequeña que sea, contribuye al reino de Dios.
En el contexto del Año Santo Jubilar, este llamado a la unidad es fundamental. Ser peregrinos de esperanza significa reconocer que todos, aunque pertenezcamos a diferentes comunidades, compartimos la misma misión de ser discípulos de Cristo. Vivir con esperanza implica trabajar por la unidad, por la fraternidad, y por la paz entre los hermanos. Como seguidores de Cristo, estamos llamados a ser generosos y a colaborar con todos aquellos que trabajan por el bien común, sin importar sus diferencias.
San Alejandro, Patriarca de Alejandría de Egipto: Un modelo de fe y esperanza
Hoy también recordamos a San Alejandro, Patriarca de Alejandría de Egipto, quien, en medio de tiempos de tribulación y persecución, permaneció firme en su fe y fue un pilar de esperanza para su comunidad. En un tiempo marcado por las dificultades, San Alejandro nunca perdió la esperanza en la obra de Dios. Su vida es un ejemplo para nosotros, especialmente en este Año Santo Jubilar. San Alejandro nos enseña que, aunque enfrentemos adversidades, nunca debemos dejar de confiar en la gracia de Dios que nos sostiene y nos guía.
Esperanza activa y transformadora
Como peregrinos de esperanza, estamos llamados a vivir con fe en el presente y en el futuro. La sabiduría de Dios, la paz que nos brinda su ley, y la unidad en Cristo son los pilares que nos permiten caminar con esperanza, mirando siempre hacia adelante, sabiendo que Dios nunca nos abandona. En este Año Santo Jubilar, hagamos de nuestra vida un testimonio de esperanza, una esperanza que no se detiene, sino que nos impulsa a ser luz para el mundo, a trabajar por la unidad y la paz, y a vivir con la certeza de que el Señor camina a nuestro lado.
Que San Alejandro, al igual que los santos de todos los tiempos, interceda por nosotros y nos ayude a vivir plenamente como peregrinos de esperanza, buscando siempre el bien de nuestros hermanos y la gloria de Dios.
Página web desarrollada con el sistema de Ecclesiared