Decimosexto Domingo del Tiempo
Ordinario – Domingo 20 de julio de 2025
Peregrinos de Esperanza en la Escuela del Amor y la Hospitalidad
Lecturas: Génesis 18,1-10;
Salmo 14; Colosenses 1,24-28; Lucas 10,38-42
Mes de la Preciosa Sangre de Cristo – Año Santo Jubilar 2025 – Novena a
Santa Ana y San Joaquín (Día 4)
Queridos hermanos y hermanas en Cristo:
En este Decimosexto Domingo del Tiempo Ordinario, la Palabra de Dios nos conduce por un camino profundamente humano y divinamente revelador: el camino de la acogida, la hospitalidad y la escucha atenta del Señor. En plena marcha de este Año Santo Jubilar, en el mes dedicado a la Preciosa Sangre de nuestro Señor Jesucristo, y en el corazón de la novena a nuestros amados santos patronos Santa Ana y San Joaquín, se nos invita a vivir con profundidad el arte del encuentro, la generosidad de la entrega, y el gozo de la presencia divina en lo cotidiano.
1. Hospitalidad como lugar de revelación (Génesis 18,1-10)
La escena de Abraham en Mambré nos revela una de las páginas más hermosas de la fe bíblica: el patriarca acoge a tres desconocidos que, en realidad, representan la presencia del mismo Dios. Sin saberlo, Abraham hospeda a Dios y, en ese gesto de acogida generosa, recibe el anuncio de la vida: “El año que viene, por estas fechas, Sara tendrá un hijo.”
Este pasaje nos recuerda que cuando abrimos nuestras puertas al otro, abrimos nuestras vidas a la bendición. Dios se hace presente en el forastero, en el necesitado, en el que llega a nuestra casa con hambre de pan y de amor. Cada gesto de hospitalidad, desde una sonrisa hasta una comida compartida, es terreno sagrado.
¿Y tú? ¿A quién estás llamado a acoger hoy?
2. ¿Quién será grato a tus ojos, Señor? (Salmo 14)
Este salmo nos ofrece un examen de conciencia: el que será grato a los ojos del Señor es el que obra con justicia, habla con verdad, no calumnia, no hace daño a su prójimo, cumple sus compromisos y no se deja corromper.
Este ideal del justo, lejos de ser una utopía, es una llamada a vivir con coherencia la fe. Y en este Año Jubilar, donde somos llamados a ser Peregrinos de Esperanza, necesitamos revisar nuestra vida para caminar con integridad hacia el encuentro con Cristo.
👉 ¿Estamos siendo gratos a los ojos del Señor en nuestras palabras, actitudes y relaciones?
3. Participar en los sufrimientos de Cristo (Colosenses 1,24-28)
San Pablo nos da una clave profundamente pascual: “Completo en mi carne lo que falta a los sufrimientos de Cristo por su Cuerpo que es la Iglesia.” Estas palabras no son resignación, sino entrega amorosa.
Todo cristiano, en su cruz diaria, está llamado a ofrecer su sufrimiento con sentido redentor. En este mes de la Preciosa Sangre, recordamos que el dolor, unido al de Cristo, se convierte en fuente de vida para muchos.
👉 En este mes de los abuelos, cuántos ancianos llevan dolores físicos, soledades o angustias. Pero su ofrecimiento silencioso puede ser una poderosa intercesión por sus hijos, nietos y la Iglesia entera.
4. Marta y María: contemplación y servicio (Lucas 10,38-42)
En casa de Marta y María, Jesús no reprende el servicio, sino que revela una jerarquía espiritual: “María ha escogido la mejor parte, y no se la quitarán.” La escucha atenta de la Palabra es el corazón del discipulado.
Marta representa nuestras ocupaciones legítimas, nuestro afán de servir. María representa el alma que se sienta a los pies del Maestro. El equilibrio entre acción y contemplación es el secreto de una vida plena.
En esta jornada dominical, en esta novena patronal, Jesús nos dice: “Detente. Escúchame. Permíteme hablar a tu corazón.”
Vivir el Año Santo Jubilar como Peregrinos de Esperanza
Este domingo es una nueva etapa de la peregrinación del alma. Como Abraham, Marta, María, Pablo y los santos Joaquín y Ana, somos caminantes que buscan el rostro de Dios en medio de la vida.
Acciones para vivir este domingo jubilar:
La liturgia de hoy nos enseña que la verdadera hospitalidad incluye tiempo, atención y corazón. Que la fe no se mide por lo que hacemos solamente, sino por cuánto espacio le damos a Dios en nuestras vidas. Que los sufrimientos pueden ser transformados en gracia. Y que la mejor parte, como dice el Señor, es estar con Él.
Que esta semana, inspirados por Santa Ana y San Joaquín, caminemos como peregrinos de esperanza, viviendo el Evangelio en cada detalle, y acogiendo con amor a Cristo en cada hermano.
Santa Ana y San Joaquín,
rueguen por nosotros.
Señor, que tu Preciosa Sangre nos redima y nos impulse a amar.
¡Feliz domingo y bendecido camino jubilar!
Parroquia de Santa Ana y San
Joaquín – Año del Jubileo 2025
“Firmes en la fe, caminamos con esperanza.”
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