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FEB
2025

Peregrinos de Esperanza: Confiar, Servir y Caminar con Dios



En el principio creó Dios el cielo y la tierra. Y creó Dios al hombre a su imagen. Vio Dios todo lo que había hecho y lo encontró muy bueno. Gn 1,1.27.31


Peregrinos de Esperanza: Confiar, Servir y Caminar con Dios

Martes 25 de febrero de 2025

La liturgia de hoy nos regala tres pasajes profundamente enriquecedores que nos invitan a confiar en Dios, a servir con humildad y a caminar con esperanza, especialmente en este Año Santo Jubilar, donde somos llamados a ser verdaderos Peregrinos de Esperanza.

Confianza en medio de la prueba

El libro del Eclesiástico (Sirácide) 2,1-13 nos ofrece una exhortación directa y sincera: "Si te decides a servir al Señor, prepara tu alma para la prueba". Esta afirmación nos recuerda que el camino de la fe no está exento de dificultades. Sin embargo, Dios no nos deja solos. Nos pide paciencia, perseverancia y confianza: "Confía en Él, y Él te auxiliará" (v.6).

Hoy, muchos enfrentan pruebas: enfermedades, dificultades económicas, conflictos familiares o incertidumbre sobre el futuro. La enseñanza del Eclesiástico nos invita a no desanimarnos, sino a perseverar con fe. Dios nunca defrauda a los que en Él esperan. Su tiempo es perfecto y su amor es eterno. En este Año Jubilar, se nos recuerda que cada prueba es una oportunidad para renovar nuestra fe y fortalecer nuestra esperanza en el Señor.

Pon tu vida en las manos del Señor

El Salmo 36 nos anima: "Pon tu vida en las manos del Señor, confía en Él y Él actuará". En un mundo que nos empuja a buscar soluciones inmediatas, el salmista nos invita a un abandono confiado en Dios. Esto no significa pasividad, sino una actitud de entrega activa, donde nuestras acciones están movidas por la certeza de que Dios guía nuestros pasos.

¿Cómo vivir esto en lo concreto? En este Año Santo Jubilar, estamos llamados a fortalecer nuestra vida de oración, a dejarnos guiar por la Palabra de Dios y a vivir los sacramentos con renovado fervor. La peregrinación de la vida es más liviana cuando nos abandonamos en las manos del Señor.

La grandeza en el servicio humilde

El Evangelio de hoy (Marcos 9,30-37) nos presenta a Jesús enseñando a sus discípulos una lección crucial: "Si alguno quiere ser el primero, que sea el último de todos y el servidor de todos". Jesús nos revela que la verdadera grandeza no está en el poder ni en los privilegios, sino en el servicio humilde. Para ilustrarlo, toma a un niño y lo coloca en medio de ellos: "El que reciba a uno de estos niños en mi nombre, a mí me recibe" (v.37).

Este mensaje es clave en nuestro camino jubilar. Somos Peregrinos de Esperanza cuando nos hacemos servidores de los demás, especialmente de los más pequeños, los pobres, los enfermos y los marginados. El Jubileo no es solo un evento eclesial, es una oportunidad para convertirnos en testigos vivos del amor de Dios, entregándonos con humildad y generosidad.

Caminar con esperanza

El Año Santo Jubilar es un tiempo de gracia, una invitación a renovar nuestra vida cristiana con alegría y confianza. Como Peregrinos de Esperanza, estamos llamados a:

  • Renovar nuestra fe con una vida de oración profunda y la escucha atenta de la Palabra de Dios.
  • Confiar en la providencia del Señor, sabiendo que Él nunca nos abandona en nuestras pruebas.
  • Servir con humildad y alegría, siguiendo el ejemplo de Cristo, que vino a servir y no a ser servido.
  • Ser testigos de esperanza, irradiando paz y alegría a quienes nos rodean.


Hoy, la Palabra de Dios nos da una brújula para nuestro peregrinaje en este Año Jubilar: confianza, servicio y esperanza. Si caminamos con Dios, si ponemos nuestra vida en sus manos y si servimos con amor, nuestra peregrinación no será en vano, sino que nos llevará al encuentro pleno con Aquel que es nuestra esperanza: Cristo Jesús.

Sigamos adelante con fe, con alegría y con la certeza de que Dios nos guía y nos sostiene. ¡Ánimo, Peregrinos de Esperanza!

 

No permita Dios que yo me gloríe en algo que no sea la cruz de nuestro Señor Jesucristo, por el cual el mundo está crucificado para mí y yo para el mundo Ga 6,14


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