Envió Dios a su Hijo, nacido de una mujer, para que recibiéramos la dignidad de hijos adoptivos. Ga 4,4-5
Sábado después de la Epifanía del Señor: Peregrinos de Esperanza en el Año Jubilar 2025
Tiempo de Navidad – San Higinio, Papa
La liturgia de hoy, en este hermoso tiempo de Navidad, nos invita a contemplar la grandeza del amor de Dios que se manifiesta en Jesucristo y a renovar nuestra esperanza como peregrinos en este Año Jubilar 2025.
La confianza que transforma nuestra vida
En la primera lectura, san Juan nos dice:
"Tenemos plena confianza en Dios: si le pedimos algo conforme a su
voluntad, nos escucha" (1 Jn 5,14).
Estas palabras nos llenan de consuelo y nos recuerdan que nuestra relación con Dios está cimentada en la confianza. No somos extraños ante Él, sino hijos amados que podemos acercarnos con nuestras súplicas, sabiendo que el Señor escucha y actúa en nuestra vida. Pero hay un matiz importante: pedir según su voluntad. Esta actitud nos enseña a orar con humildad, reconociendo que Dios sabe lo que necesitamos incluso antes de que lo pidamos.
En este Año Jubilar, estamos llamados a fortalecer nuestra oración, no como un acto rutinario, sino como un diálogo confiado con Aquel que nos ama. La oración nos transforma, nos alinea con el corazón de Dios y nos impulsa a vivir con esperanza y alegría.
La humildad que señala a Cristo
El Evangelio de hoy nos presenta a Juan el
Bautista, quien, al ver crecer la misión de Jesús, exclama:
"Es necesario que él crezca y que yo disminuya" (Jn 3,30).
Este testimonio de humildad es un faro para nuestra vida cristiana. En un mundo que muchas veces promueve el protagonismo personal, Juan nos recuerda que nuestra misión es señalar siempre a Cristo, ser instrumentos de su amor y luz en el mundo.
En el contexto del Jubileo, esta actitud nos invita a vivir como peregrinos de esperanza, conscientes de que nuestro caminar tiene un propósito mayor: llevar a otros hacia el encuentro con Jesús. Como Juan, nuestra alegría debe estar en ver cómo Cristo transforma vidas, familias y comunidades.
El amor que nos sostiene
El Salmo 149 proclama con gozo:
"El Señor ama a su pueblo y corona de triunfo a los humildes".
Este versículo nos asegura que el amor de Dios es la fuente de nuestra esperanza. No estamos solos en nuestro caminar; el Señor nos acompaña, nos guía y nos fortalece. Este amor incondicional nos impulsa a vivir con gratitud y a compartir con otros la alegría del Evangelio.
Vivir el Jubileo: Peregrinos de Esperanza
El Año Jubilar 2025 es una oportunidad única para renovar nuestra fe y esperanza. Como peregrinos, estamos invitados a:
Aplicar la Palabra a nuestra vida
La Palabra de hoy nos invita a reflexionar sobre tres aspectos prácticos:
Conclusión
En este sábado después de la Epifanía, celebremos con gratitud el amor de Dios que se manifiesta en Jesús. Como san Juan nos enseña, vivamos con confianza, humildad y esperanza, recordando que somos peregrinos llamados a caminar hacia un futuro lleno de luz.
Que este Año Jubilar 2025 sea un tiempo de gracia para todos, un tiempo para crecer en la fe, fortalecer nuestra comunidad y renovar nuestro compromiso de ser discípulos de Cristo.
¡El Señor ama a su pueblo! Caminemos con alegría y esperanza hacia el encuentro con Él.
El pueblo que habitaba en tinieblas, vio una gran luz. Sobre los que vivían en tierra de sombras una gran luz resplandeció. Mt 4,16
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