09
ENE
2025

Peregrinos de Esperanza: Amor, Fe y Justicia en el Camino Jubilar

Peregrinos de Esperanza: Amor, Fe y Justicia en el Camino Jubilar


Jueves después de la Epifanía del Señor: Peregrinos de Esperanza

Hoy, 9 de enero de 2025, celebramos el Jueves después de la Epifanía del Señor, un tiempo en el que la Iglesia nos invita a contemplar la manifestación de Cristo como luz para todas las naciones. Las lecturas del día nos ofrecen un mensaje de esperanza, amor y compromiso, que nos impulsa a ser testigos activos del Evangelio en un mundo necesitado de reconciliación y justicia.

 

La Palabra de Dios: Un llamado al amor y la esperanza

 

En la primera carta de San Juan (4,19-5,4), el apóstol nos recuerda que "nosotros amamos porque Él nos amó primero". Este amor no es un simple sentimiento, sino una fuerza transformadora que nos capacita para vencer el egoísmo y construir relaciones de paz. Este mensaje resuena con fuerza en el Salmo 71: “Que te adoren, Señor, todos los pueblos”, una oración que expresa el anhelo de que la justicia y la paz de Dios se extiendan a todas las naciones.

En el Evangelio de San Lucas (4,14-22a), vemos a Jesús proclamando la llegada del Reino de Dios. Su declaración en la sinagoga de Nazaret, “hoy se cumple esta Escritura que acaban de oír”, nos desafía a reconocer que el mensaje de salvación no es para un futuro lejano, sino para el presente. Cristo es la buena noticia que libera, sana y transforma.

 

Vivir el Jubileo 2025: Peregrinos de Esperanza

 

En este Año Jubilar, somos llamados a ser Peregrinos de Esperanza, llevando el amor de Cristo a cada rincón de nuestras vidas. El Jubileo es una oportunidad para renovar nuestra fe, fortalecer nuestra caridad y trabajar por la justicia. Esto implica:

 

Reconciliarnos con Dios y con los demás: Busquemos el sacramento de la reconciliación y seamos promotores de paz en nuestras familias y comunidades.

Servir a los más necesitados: Como Jesús, llevemos consuelo a los pobres, los enfermos y los marginados.

Orar por la paz y la libertad: Especialmente por nuestros hermanos en Venezuela, que luchan unidos por su libertad, y por todos los pueblos que buscan justicia.

 

 

El Día de los Mártires: Memoria y Compromiso

 

Hoy también recordamos el Día de los Mártires en Panamá, un episodio que marcó nuestra historia como nación. En 1964, jóvenes valientes dieron su vida defendiendo la dignidad y la soberanía de nuestro país. Entre ellos, Ascanio Arosemena, cuya memoria nos inspira a seguir luchando por la justicia y la libertad.

Este día nos une también en oración con Venezuela. Panamá y Venezuela comparten una historia de sacrificio por la libertad. Que nuestra oración sea un puente de solidaridad y esperanza para ambos pueblos.

 

Aplicar la Palabra a nuestra vida

 

La Palabra de Dios no es un mensaje abstracto; es una invitación concreta a transformar nuestra vida:

Amemos como Dios nos ama: Practiquemos el perdón, la solidaridad y el respeto mutuo.

Seamos luz en el mundo: A través de nuestras acciones diarias, llevemos esperanza a quienes nos rodean.

Construyamos un futuro de justicia y paz: Trabajemos juntos para superar las divisiones y construir una sociedad más fraterna.

 

Oración Final

 

Señor de la esperanza, renueva en nosotros el amor que transforma vidas. Danos fuerza para ser testigos de tu justicia y paz. Hoy, unidos como hermanos, oramos por Panamá, por Venezuela y por todos los pueblos que luchan por su libertad. Que tu luz guíe nuestros pasos en este Jubileo. Amén.

 

En este día especial, celebremos la esperanza que Cristo nos ofrece, recordando que somos llamados a ser peregrinos que llevan su luz al mundo. Vivamos este tiempo de Navidad con corazones abiertos al amor y a la transformación. ¡Que Dios nos bendiga siempre!

 

SAN JULIÁN Y SANTA BASILISA, RUEGA POR NOSOTROS.

Jueves después de la Epifanía del Señor: Peregrinos de Esperanza

Hoy, 9 de enero de 2025, celebramos el Jueves después de la Epifanía del Señor, un tiempo en el que la Iglesia nos invita a contemplar la manifestación de Cristo como luz para todas las naciones. Las lecturas del día nos ofrecen un mensaje de esperanza, amor y compromiso, que nos impulsa a ser testigos activos del Evangelio en un mundo necesitado de reconciliación y justicia.

 

La Palabra de Dios: Un llamado al amor y la esperanza

 

En la primera carta de San Juan (4,19-5,4), el apóstol nos recuerda que "nosotros amamos porque Él nos amó primero". Este amor no es un simple sentimiento, sino una fuerza transformadora que nos capacita para vencer el egoísmo y construir relaciones de paz. Este mensaje resuena con fuerza en el Salmo 71: “Que te adoren, Señor, todos los pueblos”, una oración que expresa el anhelo de que la justicia y la paz de Dios se extiendan a todas las naciones.

En el Evangelio de San Lucas (4,14-22a), vemos a Jesús proclamando la llegada del Reino de Dios. Su declaración en la sinagoga de Nazaret, “hoy se cumple esta Escritura que acaban de oír”, nos desafía a reconocer que el mensaje de salvación no es para un futuro lejano, sino para el presente. Cristo es la buena noticia que libera, sana y transforma.

 

Vivir el Jubileo 2025: Peregrinos de Esperanza

 

En este Año Jubilar, somos llamados a ser Peregrinos de Esperanza, llevando el amor de Cristo a cada rincón de nuestras vidas. El Jubileo es una oportunidad para renovar nuestra fe, fortalecer nuestra caridad y trabajar por la justicia. Esto implica:

 

Reconciliarnos con Dios y con los demás: Busquemos el sacramento de la reconciliación y seamos promotores de paz en nuestras familias y comunidades.

Servir a los más necesitados: Como Jesús, llevemos consuelo a los pobres, los enfermos y los marginados.

Orar por la paz y la libertad: Especialmente por nuestros hermanos en Venezuela, que luchan unidos por su libertad, y por todos los pueblos que buscan justicia.

 

 

El Día de los Mártires: Memoria y Compromiso

 

Hoy también recordamos el Día de los Mártires en Panamá, un episodio que marcó nuestra historia como nación. En 1964, jóvenes valientes dieron su vida defendiendo la dignidad y la soberanía de nuestro país. Entre ellos, Ascanio Arosemena, cuya memoria nos inspira a seguir luchando por la justicia y la libertad.

Este día nos une también en oración con Venezuela. Panamá y Venezuela comparten una historia de sacrificio por la libertad. Que nuestra oración sea un puente de solidaridad y esperanza para ambos pueblos.

 

Aplicar la Palabra a nuestra vida

 

La Palabra de Dios no es un mensaje abstracto; es una invitación concreta a transformar nuestra vida:

Amemos como Dios nos ama: Practiquemos el perdón, la solidaridad y el respeto mutuo.

Seamos luz en el mundo: A través de nuestras acciones diarias, llevemos esperanza a quienes nos rodean.

Construyamos un futuro de justicia y paz: Trabajemos juntos para superar las divisiones y construir una sociedad más fraterna.

 

Oración Final

 

Señor de la esperanza, renueva en nosotros el amor que transforma vidas. Danos fuerza para ser testigos de tu justicia y paz. Hoy, unidos como hermanos, oramos por Panamá, por Venezuela y por todos los pueblos que luchan por su libertad. Que tu luz guíe nuestros pasos en este Jubileo. Amén.

 

En este día especial, celebremos la esperanza que Cristo nos ofrece, recordando que somos llamados a ser peregrinos que llevan su luz al mundo. Vivamos este tiempo de Navidad con corazones abiertos al amor y a la transformación. ¡Que Dios nos bendiga siempre!



SAN JULIÁN Y SANTA BASILISA, RUEGUEN POR NOSOTROS



Hoy, San Julián y Santa Basilisa. 

Fueron bendecidos con el amor y la pureza.

La íntima comunidad de vida y amor conyugal entre hombre y mujer es sagrada, así lo pensó el Creador, y no depende del arbitrio humano.

 “Yo no adoro sino única y exclusivamente al Dios del cielo”, dijo San Julián ante el juez que lo condenó a morir degollado. Él y su esposa Santa Basilisa vivieron un amor virginal aprobado por el mismo Jesucristo. Él murió mártir. Ella falleció después, tras sobrevivir a la persecución. La fiesta de los dos es el 9 de enero.

San Julián era hijo único de una noble y rica familia. Tuvo una profunda educación en la religión cristiana. A los 18 años sus padres querían que él se casara con una joven noble llamada Basilisa, pero San Julián había hecho voto de castidad. Jóvenes cristianos obligados a casarse por sus respectivas familias. Pero ellos llegaron a un acuerdo de permanecer vírgenes y no consumar ese matrimonio.

Después de mucho ayuno y oración, tuvo una celestial revelación en donde se le comunicó que con su esposa podría guardar la anhelada virginidad. San Julián y Santa Basilisa son arrastrados milagrosamente al amor virginal. El Señor Jesús se les aparece y aprueba sus decisiones de conservarse castos.

 




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