261 Años de Bendición y Esperanza: Reflexión para el Lunes de la Segunda Semana del Tiempo Ordinario
¡Paz y bien, queridos hermanos y hermanas en Cristo!
Hoy, 20 de enero de 2025, celebramos una confluencia especial de acontecimientos que iluminan nuestra fe y nos orientan hacia el futuro con esperanza: la memoria de San Fabián, Papa y mártir, y de San Sebastián, mártir; el 261 aniversario de la bendición del nuevo templo de Santa Ana del Arrabal; y las lecturas de la liturgia del día, que nos invitan a profundizar en el misterio de Cristo, sacerdote eterno, y en la novedad del Evangelio.
Reflexión sobre las Lecturas
En la primera lectura, tomada de la Carta a los Hebreos (5,1-10), contemplamos a Cristo como el Sumo Sacerdote perfecto, quien, por su obediencia al Padre y su solidaridad con nuestra condición humana, se convirtió en fuente de salvación eterna para todos los que le obedecen. Este texto nos recuerda que nuestra fe no está fundada en un sacerdote lejano, sino en uno que conoce nuestras luchas, porque él mismo experimentó el sufrimiento y la debilidad. Cristo es nuestro mediador, quien nos reconcilia con el Padre y nos invita a participar de su sacerdocio a través de nuestro bautismo.
El Salmo 109 nos hace eco de esta realidad: “Tú eres sacerdote eterno, según el rito de Melquisedec”. Estas palabras nos llenan de esperanza porque nos aseguran que el sacerdocio de Cristo no tiene fin. Él permanece siempre intercediendo por nosotros ante el Padre.
En el Evangelio según San Marcos (2,18-22), Jesús nos enseña sobre la novedad del Reino de Dios. Responde a las críticas sobre el ayuno con una poderosa imagen: el vino nuevo necesita odres nuevos. Este pasaje nos desafía a abrir nuestro corazón a la transformación que Cristo trae. No podemos aferrarnos a viejas estructuras o formas de pensar si queremos vivir plenamente el Evangelio. La fe en Cristo nos impulsa a renovarnos continuamente, permitiendo que el vino nuevo de su gracia llene nuestra vida.
San Fabián y San Sebastián: Testigos de Fe y Esperanza
Hoy también recordamos a dos grandes santos que vivieron su fe con valentía. San Fabián, Papa y mártir, gobernó la Iglesia con sabiduría y humildad, fortaleciendo la unidad de los cristianos en tiempos de persecución. Por su parte, San Sebastián, conocido por su fidelidad a Cristo incluso frente al martirio, nos inspira a ser testigos valientes de nuestra fe, confiando en que el amor de Dios supera cualquier adversidad.
261 Años del Templo de Santa Ana: Un Faro de Fe y Comunidad
Hoy también celebramos el 261 aniversario de la bendición del nuevo templo de Santa Ana del Arrabal. Este sagrado recinto, consagrado en 1764, es más que un edificio; es un testimonio vivo de la fe de nuestras generaciones pasadas. A lo largo de los siglos, este templo ha sido refugio espiritual, lugar de reconciliación y centro de unidad comunitaria.
La historia de este templo nos invita a reflexionar sobre nuestra propia vida como templos vivos del Espíritu Santo. Así como la iglesia física necesita cuidado y restauración, también nosotros estamos llamados a renovar nuestra fe y a cuidar nuestra relación con Dios y con los demás.
Reflexión sobre la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos
Desde el 18 hasta el 25 de enero, celebramos la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos, que este año 2025 marca un hito especial al conmemorarse el 1700º aniversario del Primer Concilio Ecuménico de Nicea. Este Concilio fue un momento crucial para la historia del cristianismo, ya que estableció las bases de nuestra fe común, expresadas en el Credo de Nicea.
El tema de este año, “¿Crees esto?”, basado en el diálogo entre Jesús y Marta en Juan 11,26, nos invita a profundizar en nuestra fe en la resurrección y a trabajar por la unidad visible de los cristianos. Esta semana es una oportunidad para superar barreras históricas, fomentar el diálogo y dar testimonio conjunto de nuestra fe en Cristo.
Como comunidad parroquial, estamos llamados a participar activamente en encuentros de oración y actividades ecuménicas, recordando que la unidad por la que Cristo oró es un signo poderoso del Reino de Dios en el mundo.
Vivir el Jubileo como Peregrinos de Esperanza
En este Año Jubilar, bajo el lema “Peregrinos de Esperanza”, estamos llamados a redescubrir la alegría de caminar juntos hacia Cristo, nuestra meta final. El Jubileo es una ocasión para abrir nuestro corazón a la misericordia de Dios, reconciliarnos con Él y con nuestros hermanos, y comprometernos a ser instrumentos de esperanza en el mundo.
Como comunidad parroquial, podemos vivir este Jubileo de manera concreta:
Un Llamado a la Esperanza
Queridos hermanos, las lecturas de hoy, la memoria de los santos y la celebración de nuestro templo nos invitan a mirar hacia el futuro con esperanza. Cristo, nuestro Sumo Sacerdote, camina con nosotros. Nos llama a ser odres nuevos, dispuestos a recibir el vino nuevo de su gracia. Nos invita a ser testigos valientes, como San Fabián y San Sebastián, y a construir una comunidad que refleje el amor y la misericordia de Dios.
Que Santa Ana, nuestra patrona, interceda por nosotros para que este templo, restaurado en lo material y fortalecido en lo espiritual, siga siendo un faro de fe y esperanza para las generaciones futuras. Caminemos juntos como Peregrinos de Esperanza, confiando en que “el que comenzó en ustedes la buena obra, la irá llevando a término hasta el día de Cristo Jesús” (Filipenses 1,6).
Celebraremos a las 6:00 p.m. La Eucaristía por esta intención. Unidos en la oración eucarística.
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