Cuando un profundo silencio envolvía todas las cosas y la noche estaba a la mitad de su camino, tu Palabra todopoderosa, Señor, bajó, desde el trono real del cielo. Sb 18,14-15
Día Sexto dentro de la Octava de Navidad: La Esperanza que Nos Guía hacia el Futuro
Hoy, 30 de diciembre de 2024, la Iglesia celebra con alegría el sexto día dentro de la Octava de Navidad. Este tiempo litúrgico nos invita a contemplar la grandeza del misterio de la Encarnación y a renovar nuestra esperanza en el Señor, quien se hace presente en nuestra historia para redimirnos y guiarnos hacia la vida eterna.
Reflexión desde la Palabra de Dios
En la primera carta del apóstol San Juan (1 Jn 2,12-17), se nos habla con ternura y profundidad: “Les escribo, hijos míos, porque sus pecados han sido perdonados por el nombre de Cristo”. Este mensaje nos recuerda que el perdón de Dios es el punto de partida de nuestra vida cristiana. San Juan también nos advierte que no debemos amar al mundo ni sus deseos efímeros, porque todo lo que el mundo ofrece es pasajero. Solo quien hace la voluntad de Dios permanece para siempre.
El Salmo 95 nos llama a la alabanza universal: “Alaben al Señor, todos los pueblos”. Este salmo nos impulsa a proclamar la gloria de Dios y su salvación, reconociendo que Él es el Rey de toda la creación.
El Evangelio según San Lucas (Lc 2,36-40) nos presenta a Ana, una profetisa que, a pesar de su avanzada edad, vivía en constante oración y ayuno en el templo. Ana reconoce en el Niño Jesús al Salvador prometido y lo anuncia con alegría a todos los que esperaban la redención de Jerusalén. Su ejemplo nos enseña que la esperanza en Dios nunca envejece ni pierde fuerza.
A la luz del Magisterio y la Doctrina de la Iglesia
La Iglesia, en su Magisterio, nos recuerda que el tiempo de Navidad es una oportunidad para renovar nuestra fe y esperanza. El Catecismo de la Iglesia Católica nos enseña que la esperanza cristiana es “la confianza en la promesa de Cristo” (CIC 1817). Este Jubileo 2025, que hemos comenzado con la apertura de la Puerta Santa en la Basílica de San Pedro el día de Navidad, es un llamado a vivir como “Peregrinos de Esperanza”, confiando en que Cristo es nuestra meta y nuestro camino.
En nuestra arquidiócesis de Panamá, hemos iniciado ayer el año jubilar con la apertura de nuestra propia Puerta Santa. Este gesto nos une a la Iglesia universal y nos invita a caminar juntos hacia una renovación espiritual, buscando la reconciliación, la misericordia y la alegría del Evangelio.
Caminemos como Peregrinos de Esperanza
En este tiempo de Navidad y Jubileo, recordemos que somos llamados a ser testigos de la esperanza. Cada paso que damos, guiados por la luz de Cristo, nos acerca más a Él y nos permite irradiar su amor al mundo. Como Ana, vivamos en oración constante, anunciando con valentía que Dios está entre nosotros.
Que el Niño Jesús, que se hizo pequeño por amor a nosotros, renueve nuestra fe, nuestra esperanza y nuestra alegría en este día santo. ¡Feliz Navidad! ¡Sigamos caminando juntos como Peregrinos de Esperanza!
Un día sagrado ha brillado para nosotros. Vengan, naciones, y adoren al Señor, porque hoy ha descendido una gran luz sobre la tierra.
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