06
JUN
2025

¿Me amas más que estos? (Jn 21,15): El amor que transforma la misión



Viernes 6 de junio de 2025 – Séptima Semana de Pascua

Año Santo Jubilar – Peregrinos de la Esperanza

“¿Me amas más que estos?” (Jn 21,15): El amor que transforma la misión

En este último tramo del Tiempo Pascual, cuando el fuego de Pentecostés comienza a asomarse en el horizonte litúrgico, la Palabra de Dios nos ofrece un pasaje profundamente conmovedor: el diálogo entre Jesús resucitado y Pedro en la orilla del lago de Tiberíades. Este diálogo no es un simple recuerdo de una conversación pasada, sino una llamada siempre actual para quienes hemos sido bautizados, confirmados en la fe y enviados como discípulos misioneros. En este Año Santo Jubilar, esta palabra resuena con más fuerza: ¿Me amas?… Apacienta mis ovejas.

1. Un juicio injusto… y un corazón fiel (Hechos 25,13-21)

La lectura de los Hechos de los Apóstoles presenta la figura de san Pablo ante un tribunal político. Injustamente acusado por los jefes religiosos de Jerusalén, Pablo permanece firme, no en defensa propia, sino del Evangelio. Su causa ya no es la suya, sino la del Señor Jesús. Lo acusan “de un tal Jesús, ya muerto, que Pablo asegura que está vivo”. Aquí se resume el núcleo de nuestra fe: Cristo vive, ha vencido la muerte, y es el centro de toda predicación apostólica.

En este Año Santo Jubilar, nosotros también estamos llamados a testimoniar con valentía que Jesús está vivo, especialmente cuando somos incomprendidos por causa del Evangelio. La valentía de Pablo es una exhortación a mantenernos firmes en la verdad con caridad, dando razón de nuestra esperanza con mansedumbre (cf. 1Pe 3,15-16).

2. “Señor, tú lo sabes todo: tú sabes que te quiero” (Jn 21,15-19)

En este pasaje del Evangelio según san Juan, Pedro es confrontado con su pasado y llamado a un futuro nuevo. Después de haber negado tres veces a su Maestro, ahora le confiesa su amor otras tres veces. Jesús no lo humilla; lo purifica, lo eleva, lo restaura. Esta triple pregunta no es un reproche, sino una pedagogía de redención: del dolor de la caída al compromiso del amor.

El Señor no nos llama por nuestra perfección, sino por nuestro amor. El amor sincero, aunque frágil, es capaz de ser transformado en misión: “Apacienta mis ovejas”. Pedro, pescador de Galilea, se convierte en pastor universal. Su vida ya no le pertenece: será conducido “donde no quiere ir”, una alusión a su martirio, pero también al amor que lo llevará a darlo todo por Cristo.

Este Año Jubilar es un tiempo propicio para preguntarnos con sinceridad: ¿amo yo al Señor más que a mis seguridades, proyectos y miedos? ¿Estoy dispuesto a seguirlo incluso cuando el camino se vuelve exigente?

3. “Bendigamos al Señor, que es el rey del universo” (Salmo 102)

El Salmo responsorial nos invita a alabar al Señor por su bondad infinita. Él es el que perdona, sana, redime y sacia de gracia y ternura. Esta experiencia de la misericordia de Dios es el fundamento del testimonio cristiano. No anunciamos un Dios lejano, sino un Padre compasivo que se ha acercado a nosotros en Cristo, y nos ofrece su Espíritu como consuelo y fuerza.

4. San Norberto: Pastor reformador y testigo del amor eucarístico

Hoy celebramos la memoria de San Norberto, obispo del siglo XII, reformador intrépido y fervoroso predicador de la conversión y del culto eucarístico. Fundador de la Orden Premonstratense, se consagró a renovar la vida del clero y del pueblo de Dios, con un profundo amor por la presencia real de Cristo en la Eucaristía.

Su ejemplo nos anima en este Año Santo Jubilar a renovar nuestro amor por la Eucaristía, a vivirla no como una costumbre, sino como el centro de nuestra existencia. Desde ella nace el verdadero compromiso por los pobres, la justicia y la fraternidad.

5. Vivir el Año Santo Jubilar como Pedro restaurado

El Jubileo es tiempo de gracia, perdón y misión. En este día, el Evangelio nos ofrece un camino jubilar en tres pasos:

  • Sanar el corazón, como Pedro al dejarse mirar y amar por Jesús.
  • Reafirmar nuestro amor por Cristo, más allá de nuestras debilidades.
  • Asumir la misión pastoral, en la familia, en la comunidad, en el mundo.

Pensamiento para el camino

“Ser cristiano no es haberlo hecho todo bien, sino dejar que Cristo nos ame, nos restaure y nos envíe a amar a otros”.

Compromiso jubilar del día

Hoy, delante del Santísimo Sacramento, haz un momento de silencio y dile a Jesús, como Pedro: “Tú sabes que te quiero”. Luego, ofrece un gesto concreto de amor a alguien cercano: escúchalo, acompáñalo, consuélalo, apaciéntalo.

Oración final

Señor Jesús, Tú que conoces lo profundo de mi corazón, enséñame a amarte con verdad. Perdona mis negaciones y fortalece mi deseo de seguirte. En este Año Jubilar, transforma mis miedos en valentía y haz de mi vida una ofrenda de amor para apacentar a los que me confías. Amén.

Parroquia de Santa Ana y San Joaquín
Camino al Jubileo 2025: Peregrinos de la Esperanza
“El amor por Cristo hace de los frágiles, testigos valientes”

 

Pbro.A.J.U.M.


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