Los niños inocentes murieron por causa de Cristo. Ahora siguen al cordero sin mancha, cantando: Gloria a ti , Señor.
El 28 de diciembre NO es un día para bromas
Queridos hermanos y hermanas:
Hoy, en nuestra fe católica, recordamos a los Santos Inocentes, aquellos pequeños mártires que, sin saberlo, ofrecieron sus vidas por Cristo. Fueron víctimas de la crueldad del rey Herodes, quien, en su afán por eliminar al Mesías, desató una tragedia que aún resuena en nuestros corazones.
El 28 de diciembre no es un día para bromas, sino para reflexionar profundamente sobre la inocencia. Es un día para elevar nuestras oraciones por los niños que, como aquellos pequeños de Belén, sufren las injusticias del mundo: el abandono, la violencia, la explotación y la indiferencia.
Estos pequeños mártires nos invitan a mirar el rostro de Jesús en cada niño que sufre. Nos llaman a proteger, amar y defender la vida desde su concepción hasta su fin natural.
En lugar de reírnos con bromas, hagamos de este día un momento de oración y compromiso. Pidamos al Señor que nos dé un corazón compasivo y valiente para ser defensores de los más vulnerables, especialmente de los niños, y que la memoria de los Santos Inocentes inspire en nosotros el deseo de construir un mundo más justo y humano.
Que María, Madre de los Inocentes, interceda por nosotros y por todos los niños del mundo. Amén.
Los Santos Inocentes: Una Llamada a Defender la Vida
28 de diciembre de 2024 – Octava de Navidad
Hoy celebramos la memoria de los Santos Inocentes, mártires que entregaron su vida como consecuencia de la ambición y el miedo de Herodes, quien buscaba eliminar al recién nacido Rey de los judíos. Este día nos invita a reflexionar sobre la dignidad de toda vida humana y a renovar nuestro compromiso de protegerla desde su concepción hasta su fin natural.
Un mensaje de luz y esperanza
En la primera carta de San Juan (1,5–2,2), se nos recuerda que “Dios es luz y en Él no hay tiniebla alguna”. Este mensaje es un llamado a vivir en la verdad, rechazando las tinieblas del pecado y abrazando la luz de Cristo. Como cristianos, somos invitados a ser testigos de esta luz, promoviendo una cultura de vida y amor en un mundo marcado por la indiferencia y la muerte.
El Salmo 123 nos ofrece una imagen de esperanza: “Nuestra vida se escapó como un pájaro de la trampa de los cazadores”. Así como Dios liberó al pueblo de Israel de la esclavitud, Él también nos libera de las trampas del pecado y nos llama a ser defensores de los más vulnerables, especialmente de los niños, los no nacidos, y los que sufren.
En el Evangelio según San Mateo (2,13–18), vemos cómo San José, guiado por un ángel, protege la vida del Niño Jesús huyendo a Egipto. Este acto de obediencia y valentía nos inspira a ser guardianes de la vida, enfrentando con fe y determinación los “Herodes” de nuestro tiempo.
Los Herodes de hoy
En nuestra realidad contemporánea, los “Herodes” se manifiestan en diversas formas que atentan contra la dignidad de la vida humana:
Vivir el Jubileo como defensores de la vida
En este Año Jubilar, iniciado con la apertura de la Puerta Santa en la Basílica de San Pedro, estamos llamados a ser signos de esperanza para el mundo. Al pasar por la Puerta Santa, renovemos nuestro compromiso de defender la vida en todas sus etapas, llevando la luz de Cristo a un mundo necesitado de amor y verdad.
Que los Santos Inocentes intercedan por nosotros, para que seamos valientes defensores de la vida y testigos de la luz que es Cristo. Amén.
Señor, Dios eterno, alegres te cantamos, a ti nuestra alabanza. A ti, Señor, el ejercito glorioso de los mártires te aclama.
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