Jesús es el Camino que no defrauda

Jesús es el Camino que no defrauda – Reflexión para el viernes 16 de mayo de 2025
Cuarta semana de Pascua – Año Santo Jubilar
No se turbe su corazón. Crean en Dios y crean también en mí (Jn 14,1).

Estas palabras de Jesús resuenan hoy con una fuerza especial en medio de tantas voces que siembran temor, confusión o desesperanza. El Evangelio de san Juan nos presenta a un Jesús que no huye del dolor ni de la cruz, pero que sostiene el corazón de sus discípulos con una promesa firme: “Voy a prepararles un lugar”. No hay oscuridad que pueda apagar la luz del Resucitado.

En este camino pascual, seguimos descubriendo a Cristo como el centro de la historia y de nuestra vida personal. San Pablo, en el libro de los Hechos (13,26-33), anuncia que la promesa hecha por Dios a nuestros padres se ha cumplido en Jesús. Él es el Hijo que ha vencido la muerte y ha sido exaltado por el Padre. Esto no es un recuerdo del pasado, sino una verdad actual que sostiene nuestra fe y nos lanza al futuro con esperanza.

El Salmo 2 nos invita a proclamar con alegría: “Jesucristo es el Rey de las naciones”. No un rey que impone por la fuerza, sino el Rey del amor, de la verdad, de la vida entregada. Su reinado no es de poder humano, sino de servicio que transforma, de misericordia que sana.

Vivir el Año Santo Jubilar con fe y alegría

En este Año Santo Jubilar, el Evangelio nos invita a salir de nosotros mismos, de nuestras dudas y temores, para ponernos en camino con Jesús. Él no solo nos muestra el camino: Él es el Camino. No solo nos da una enseñanza: Él es la Verdad. No solo nos promete el cielo: Él es la Vida que ya comienza aquí.

Este tiempo de gracia es una oportunidad para:

• Redescubrir el rostro misericordioso de Dios Padre, que nos espera con los brazos abiertos.
• Pasar por la Puerta Santa como signo de conversión, reconciliación y compromiso de vivir como hijos de la luz.
• Renovar nuestra comunión eclesial, orando por el nuevo Papa León XIV y siendo testigos activos del Evangelio.
• Ser peregrinos de esperanza, sabiendo que la meta no es una idea, sino una Persona viva: Jesús, nuestro Señor.

Una Iglesia que camina sin miedo

“No se turbe su corazón”. Esta es también la palabra que hoy la Iglesia, madre y maestra, nos vuelve a repetir. No tengamos miedo de avanzar, de cambiar, de volver al Evangelio con radicalidad y ternura. El mundo necesita creyentes alegres, coherentes y valientes, que reflejen con su vida que Cristo está vivo y actúa.

Hoy, en tu parroquia, en tu casa, en tu trabajo, Jesús te dice: “Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida”. ¿Estás dispuesto a caminar con Él?

Que María, Madre de la esperanza, nos acompañe en este tiempo de gracia. Vivamos con fe este Año Jubilar, seguros de que el futuro está en las manos del Resucitado.
Cristo vive, y con Él, todo es posible.