La Sabiduría que Viene de Dios: Escuchar, Acoger y Vivir la Verdad
Miércoles de la XXIV Semana del Tiempo Ordinario – 17 de septiembre de 2025
Hoy la liturgia nos invita a contemplar la fuerza transformadora de la Palabra de Dios y la sabiduría que brota de los corazones dóciles. Las lecturas nos sitúan ante un camino de discernimiento: reconocer que la verdadera sabiduría no consiste en seguir los caprichos del mundo, sino en acoger la luz de Cristo que nos conduce a la vida plena.
La Palabra, norma de vida y fuente de esperanza
San Pablo, escribiendo a Timoteo, le exhorta a permanecer firme en lo aprendido y en la fe recibida, porque toda Escritura es inspirada por Dios y es útil para enseñar, corregir, formar en la justicia (cf. 2 Tim 3,14-16). Estas palabras resuenan hoy con la misma fuerza: en medio de un mundo saturado de mensajes pasajeros y opiniones cambiantes, la Palabra de Dios se alza como roca segura.
El Concilio Vaticano II, en Dei Verbum, nos recuerda que la Sagrada Escritura, junto con la Tradición viva de la Iglesia, es el alma de toda la vida cristiana y de la teología. No es un libro del pasado, sino una Palabra viva que ilumina nuestro presente y orienta nuestro futuro. Cuando meditamos la Biblia, permitimos que Dios nos enseñe a vivir con justicia, misericordia y amor.
El Evangelio: abrirse a la sabiduría de Cristo
Jesús, en el Evangelio de san Lucas (7,31-35), compara su generación con niños caprichosos que no saben alegrarse ni llorar en el momento oportuno. Es una advertencia que atraviesa los siglos: corremos el riesgo de encerrarnos en la indiferencia, incapaces de dejarnos tocar por la llamada de Dios.
La sabiduría de Dios se manifiesta en Cristo, que vino a enseñarnos a vivir con un corazón abierto. No se trata de imponer cargas, sino de abrir caminos de libertad y de alegría. El Papa Francisco, en Evangelii Gaudium, nos recuerda que la fe auténtica es una experiencia de gozo que se comunica, no una lista de prohibiciones.
El Salmo: un canto de alabanza y gratitud
El salmo 110 nos invita a alabar al Señor de todo corazón, a reconocer sus obras grandes y maravillosas. Es un salmo de acción de gracias que nos enseña a mirar la historia con esperanza: aunque haya sombras, el Señor es fiel, justo y misericordioso. En la alabanza encontramos la fuerza para seguir caminando, porque quien agradece descubre que Dios nunca abandona a su pueblo.
Los santos de hoy: testigos de la sabiduría de Dios
Celebramos a dos grandes doctores de la Iglesia:
Ambos nos muestran que la sabiduría de Dios no es un lujo intelectual, sino una fuerza que transforma la vida y orienta la misión.
Una palabra de esperanza para hoy
La Iglesia nos invita hoy a reconocer que la verdadera madurez cristiana consiste en abrir el corazón a la Palabra, dejarse educar por la sabiduría de Cristo y vivir agradecidos. No es tiempo de indiferencia ni de escepticismo: es tiempo de confianza.
La Palabra de Dios es lámpara que ilumina nuestras decisiones y nos conduce a la vida plena; por eso vivimos con una alegría agradecida, porque el Señor nos habla hoy y nos acompaña en cada paso, y como respuesta concreta dedicamos un tiempo diario a la lectura orante de la Biblia, dejando que esa Palabra transforme nuestro corazón y nuestra manera de vivir.
Que, siguiendo el ejemplo de los santos que hoy recordamos, vivamos con sabiduría y esperanza, sabiendo que Dios conduce la historia y nunca abandona a su pueblo.
Pbro. Alfredo Uzcátegui.
Página web desarrollada con el sistema de Ecclesiared