09
JUL
2025

La misericordia abre caminos de esperanza



Miércoles 9 de julio de 2025 – Semana 14 del Tiempo Ordinario
“La misericordia abre caminos de esperanza”
Año Santo Jubilar – Mes de la Preciosísima Sangre de Nuestro Señor Jesucristo
Memoria de los santos Agustín Zhao Rong y compañeros mártires

Lecturas del día:
Génesis 41,55-57;42,5-7.17-24
Salmo 32: “Muéstranos, Señor, tu misericordia”
Evangelio según san Mateo 10,1-7

I. Un tiempo para mirar con esperanza

Este miércoles, en plena Semana 14 del Tiempo Ordinario, la Palabra de Dios nos invita a redescubrir la fuerza de la misericordia, esa que proviene de lo alto, pero que se manifiesta en gestos humanos concretos. En medio del Año Santo Jubilar —un tiempo de gracia, reconciliación y nuevo comienzo— y durante este mes dedicado a la Preciosísima Sangre de Cristo, fuente de redención, nos sentimos llamados a vivir con mirada esperanzada y corazón reconciliado.

El relato del Génesis nos presenta a José, el hijo de Jacob, en un momento de prueba tanto para él como para sus hermanos. José, vendido como esclavo, ha sido elevado por Dios a una posición de poder en Egipto. Y es precisamente desde esa nueva realidad que tiene la oportunidad de reencontrarse con quienes lo traicionaron. Lejos de buscar venganza, José llora en secreto. Es el llanto de quien ama, de quien ha sido herido pero ha aprendido que el perdón es más fuerte que el rencor.

II. La misión nace de la misericordia

En el Evangelio según san Mateo, Jesús llama a los doce discípulos y los envía. No los envía solos, ni improvisadamente. Los capacita, les da autoridad, y los orienta hacia una misión concreta: “Vayan a las ovejas perdidas del pueblo de Israel”. Este envío es un acto de confianza, pero también de misericordia: Dios no se ha olvidado de su pueblo, y por medio de sus enviados quiere hacer presente su Reino de cercanía, sanación y salvación.

Así como José fue instrumento de salvación para su familia en tiempos de hambre, así los discípulos son ahora instrumentos de la salvación de Dios para aquellos que andan dispersos, heridos y cansados. Y lo mismo se nos pide a nosotros hoy: que seamos portadores de la misericordia en medio del dolor y la necesidad de nuestro mundo.

III. Vivir el Año Santo: reconciliar, sanar, anunciar

En este Año Jubilar, con sus puertas santas abiertas, la Iglesia nos llama a redescubrir la alegría del perdón, la fuerza del amor de Dios que nos levanta y nos envía. ¿Y cómo hacerlo? Como nos enseña la historia de José y la misión de los apóstoles:

  • Reconciliando relaciones rotas por el egoísmo, como José con sus hermanos.
  • Sanando corazones heridos, como los discípulos enviados a curar y consolar.
  • Anunciando con alegría que Dios está cerca, que su Reino ya ha comenzado, que no estamos solos.

IV. La sangre que habla más fuerte

El mes de julio, dedicado a la Preciosísima Sangre de Cristo, nos recuerda que la misericordia tiene un precio: el don total de Jesús por nosotros. Su Sangre derramada es la garantía del amor que no se retira, del perdón que no se niega, de la vida que no se acaba. Es el signo del nuevo y eterno pacto, y en este mes somos invitados a meditarla, adorarla y suplicarla con fe.

En este contexto celebramos hoy a los mártires de China, en especial al presbítero san Agustín Zhao Rong, quien, siendo soldado pagano, se convirtió tras acompañar a un sacerdote mártir. Su sangre unida a la de Cristo nos habla de fidelidad, de conversión y de una fe que transforma la vida hasta el extremo del amor.

Pensamiento del día

“El perdón verdadero no olvida el daño, pero deja de usarlo como arma”.
Como José, como Jesús, como los santos mártires, aprendamos a llorar en silencio, perdonar en secreto y amar en todo momento.

Sentimiento para cultivar

Compasión: mirar al otro no con juicio, sino con los ojos de Cristo. Hoy podemos ver el dolor ajeno sin indiferencia.

Propósito de acción

Haz hoy una obra de misericordia concreta: llama a un hermano que se ha alejado, visita a un enfermo, o reza por alguien que te ha herido. Y si puedes, ofrece una comunión o una hora santa por los que necesitan reconciliación.

Oración

Señor Jesús, que con tu Sangre Preciosa redimiste al mundo, haz de nosotros testigos de tu perdón y mensajeros de tu paz. Que, como José, no guardemos rencor, y como los apóstoles, sepamos llevar tu amor a los que se sienten perdidos. Amén.

 

Santos Agustín Zhao Rong y Compañeros Mártires: Testigos de Cristo hasta la sangre

Cada 9 de julio, la Iglesia celebra la memoria de 120 mártires de China, canonizados por san Juan Pablo II en el año 2000. Entre ellos se encuentra san Agustín Zhao Rong, presbítero y exsoldado imperial, cuyo testimonio de conversión y fidelidad al Evangelio sigue conmoviendo los corazones de los fieles.

Zhao Rong fue soldado en el ejército chino a fines del siglo XVIII. Un día, fue asignado a escoltar a un sacerdote misionero prisionero. En ese encuentro, el testimonio del sacerdote tocó profundamente su alma. Zhao Rong se convirtió al cristianismo, pidió el bautismo y luego fue ordenado sacerdote. Más adelante, también él sería arrestado por su fe y murió mártir en 1815.

Junto a él, la Iglesia honra a obispos, sacerdotes, religiosas, seminaristas, catequistas, laicos y hasta niños, que ofrecieron su vida por amor a Cristo entre los siglos XVII y XX en distintas persecuciones religiosas en China. Ellos no buscaron la muerte, pero no negaron su fe, y murieron perdonando a sus verdugos.

¿Qué nos enseñan hoy?

En este Año Santo Jubilar, los mártires de China nos inspiran a:

  • Valorar la fe como un don inmenso por el que vale la pena darlo todo.
  • No tener miedo a testimoniar a Cristo, incluso en ambientes que nos rechacen o no comprendan.
  • Ser Iglesia misionera, que lleva la esperanza del Evangelio a todos los pueblos y culturas.
  • Confiar en la fuerza de la gracia, capaz de transformar hasta el corazón más endurecido, como lo hizo con Agustín Zhao Rong.

Oración

Señor Jesús, que fortaleciste a tus mártires en el dolor,
concédenos vivir con valentía y amor nuestra fe,
como san Agustín Zhao Rong y sus compañeros.
Por su intercesión, bendice a la Iglesia en China
y a todos los que hoy sufren persecución por tu nombre.
Amén.

“La sangre de los mártires es semilla de cristianos”
Tertuliano

 

Pbro. Alfredo Uzcátegui.


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