Jornada Mundial de los Enfermos: Unción de los Enfermos y Eucaristía - 15 de febrero
En este mes de febrero, como Iglesia universal, celebramos la Jornada Mundial del Enfermo, un momento especial para reflexionar sobre el sufrimiento humano y la cercanía de Dios en nuestras pruebas. Este año, bajo el lema “En esperanza fuimos salvados” (Romanos 8:24), recordamos que nuestra esperanza en Cristo nos sostiene en los momentos más difíciles. Esta esperanza nos invita a confiar en el amor y la misericordia divina, especialmente cuando estamos atravesando el sufrimiento físico o espiritual.
La Unción de los Enfermos, uno de los siete sacramentos de la Iglesia, es un sacramento de curación, signo de la compasión y la sanación que Cristo ofrece a todos aquellos que sufren. A través de la unción con el aceite santo, el enfermo recibe el consuelo del Espíritu Santo, quien fortalece su cuerpo y alma, le da paz y le abre el corazón a la esperanza de la salvación. En este sacramento, los enfermos son unidos más íntimamente con Cristo, quien también padeció por amor a nosotros.
Este año, en el contexto de la Jornada Mundial del Enfermo, nuestra comunidad parroquial se acoge bajo la protección y el manto maternal de Nuestra Señora de Lourdes, quien es la patrona de los enfermos. En Lourdes, la Virgen María se presentó como la "Inmaculada Concepción" para curar, consolar y dar esperanza a todos los que se acercaban a ella con fe. Siguiendo su ejemplo, también nosotros nos unimos en oración por todos los que sufren, especialmente aquellos que se encuentran en los hospitales, en casa, o enfrentando enfermedades crónicas.
Por ello, el sábado 15 de febrero a las 10:00 a.m., invitamos a todos los fieles a participar en la Misa especial y en el sacramento de la Unción de los Enfermos que celebraremos en nuestra parroquia de Santa Ana. El Padre Anel Sánchez, el Padre Alfredo Uzcátegui, junto al equipo de la Pastoral de la Salud parroquial estarán acompañándonos en este acto de oración y sanación, donde la Eucaristía y la unción serán vehículos de gracia y consuelo para todos los presentes.
Que este encuentro con Cristo, a través de la Unción y la Eucaristía, sea una oportunidad para renovar nuestra esperanza en Él, especialmente en los momentos de debilidad. Con la intercesión de Nuestra Señora de Lourdes, pidamos por todos los enfermos, para que sientan la cercanía de la Madre, el consuelo de Su Hijo y la fuerza de Su Espíritu.
Mensaje de Nuestra Señora de Lourdes (11 de febrero de 1858):
"Vengan a mí, todos los que están cansados y agobiados, y Yo les daré descanso. No temáis, porque Yo estoy con ustedes en sus sufrimientos, y con Mi Hijo, les traeré consuelo, sanación y paz".
Les esperamos con el corazón abierto para vivir juntos esta jornada de fe, esperanza y sanación. ¡No faltes a esta cita de amor y oración!
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