20
ABR
2024

Jesús el pan de la vida. Inhabitación Y Transubstanciación. Señor, ¿a quien iremos? ¡Tú tienes palabras de Vida eterna! (Jn 6,68)



Señor ¿a quien iremos? ¡Tú tienes palabras de Vida eterna! Nosotros hemos creído y reconocido que tú eres el Santo de Dios. La inhabitación y la transubstanciación.


La inhabitación se refiere a la creencia de que Dios habita en nosotros, que somos templos del Espíritu Santo. Esta verdad fundamental de la fe católica nos recuerda que, a través del bautismo, el Espíritu Santo mora en nuestros corazones, guiándonos, fortaleciéndonos y capacitándonos para vivir de acuerdo con la voluntad de Dios.


Por otro lado, la transustanciación es el misterio central de la fe católica que se produce durante la celebración de la Santa Misa, donde el pan y el vino se convierten verdadera y substancialmente en el Cuerpo y la Sangre de Cristo, mientras que sus apariencias externas permanecen iguales. Este misterio nos habla de la presencia real de Jesús en la Eucaristía, donde Él se ofrece a sí mismo como alimento espiritual para nutrir nuestras almas y fortalecernos en nuestro camino de fe.


El versículo "Señor, ¿a quién iremos? Tú tienes palabras de vida eterna" (Juan 6,68) es una afirmación de fe de Pedro en respuesta a las palabras de Jesús sobre la Eucaristía. Es una expresión de confianza en Jesús como el camino, la verdad y la vida, y reconoce que solo en Él encontramos la plenitud de la vida y la verdad que anhelamos.


Cuando unimos estos elementos, vemos que la inhabitación de Dios en nosotros y la realidad de la transustanciación nos llevan a una comprensión más profunda de la presencia de Dios en nuestras vidas y en la Eucaristía. En la Eucaristía, no solo recordamos la última cena de Jesús con sus discípulos, sino que también experimentamos su presencia viva y real entre nosotros. Como Pedro, afirmamos nuestra fe en Jesús como el único camino hacia la vida eterna, encontrando en Él la plenitud de nuestra fe y el alimento para nuestras almas.


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