GUÍA PARA VIVIR LA SEMANA
SANTA EN COMUNIÓN CON CRISTO
Queridos hermanos y
hermanas en Cristo:
Con el corazón de pastor
y el deseo profundo de que todos vivamos intensamente los misterios de nuestra
fe, les ofrezco esta guía sencilla y espiritual para caminar juntos durante la
Semana Santa, el tiempo más sagrado del año litúrgico. Esta es una semana para
detenernos, contemplar, convertirnos y abrir nuestro corazón al amor redentor
de Jesús. Les invito a vivirla con fe, con recogimiento y en comunidad.
Domingo de Ramos – Entrada
triunfal de Jesús
Qué celebramos:
La entrada de Jesús en Jerusalén como el Mesías humilde, montado en un burro.
Vívelo así:
- Participa en la procesión con palmas,
no solo como tradición, sino como expresión de tu fe.
- Escucha atentamente la Pasión del Señor:
deja que su entrega te hable al corazón.
- Haz un propósito de acompañar a Jesús
toda la semana, como verdadero discípulo.
Lunes, Martes y Miércoles
Santos – Días de interioridad y preparación
Qué celebramos:
La preparación del corazón de Jesús y sus últimos gestos antes de su Pasión.
Vívelo así:
- Dedica tiempo a la oración personal,
al silencio interior, al examen de conciencia.
- Acércate al sacramento de la
reconciliación. No llegues al Triduo Pascual con el alma dormida o
distraída.
- Lee los evangelios del día y
contempla a Jesús que va libremente al encuentro de su cruz.
MARTES
SANTO – UNIDAD, UNCIÓN Y SERVICIO
Qué celebramos:
En muchas diócesis, el Martes Santo se celebra la Misa Crismal,
presidida por el obispo junto con todo el clero diocesano. Es una de las
celebraciones más significativas del año, expresión visible de la comunión
entre el obispo, los sacerdotes y todo el Pueblo de Dios.
¿Qué
sucede en la Misa Crismal?
- Se bendicen los Óleos de los
Catecúmenos, de los Enfermos, y se consagra el Santo Crisma,
usado en los sacramentos del Bautismo, Confirmación, Orden Sagrado y en la
dedicación de altares e iglesias.
- Los sacerdotes renuevan sus promesas
sacerdotales ante el obispo y el pueblo, recordando el día de su
ordenación y el llamado a servir con fidelidad.
Vívelo
así:
- Participa con gratitud en la Misa
Crismal (Catedral Santa María la Antigua a las 9:00 a.m.). Es una hermosa
oportunidad para ver a todo el presbiterio reunido en torno al obispo,
signo de unidad eclesial.
- Agradece por los sacramentos que has
recibido. La unción con el Santo Crisma te ha marcado para siempre como
hijo de Dios.
- Reza por los sacerdotes de tu
comunidad, especialmente por aquellos que te han acompañado
espiritualmente a lo largo de tu vida.
- Lleva esta oración en tu corazón:
“Señor Jesús, consagrado por el Espíritu, renueva en tu Iglesia el don
del sacerdocio y enciende en nosotros el amor por los sacramentos.”
Además,
continúa tu preparación interior hacia el Triduo Pascual:
- Dedica tiempo al silencio, a la
oración personal y a la lectura de los Evangelios.
- Si aún no lo has hecho, acude al
sacramento de la reconciliación.
- Contempla a Jesús que se acerca con
decisión al misterio de su Pasión por amor a ti.
Palabras
del Papa Francisco sobre el Santo Crisma:
“El Crisma es signo de
unción, de consagración, de misión. Todo cristiano está ungido para ser luz,
alegría, y buena noticia para el mundo.”
Jueves Santo –
Institución de la Eucaristía y del Sacerdocio
Qué celebramos:
Jesús nos deja el mandamiento del amor, el don de la Eucaristía y el
sacerdocio.
Vívelo así:
- Participa con devoción en la Misa
de la Cena del Señor. Agradece por el Pan de Vida.
- Acompaña a Jesús en el Monumento
del Santísimo Sacramento, en adoración silenciosa, como los apóstoles
en Getsemaní.
- La Visita a las Siete Iglesias
es una antigua tradición que nos invita a recorrer siete templos donde
está reservado el Santísimo Sacramento, como una forma de acompañar a
Jesús en su agonía, desde el Huerto de los Olivos hasta el Calvario.
Cómo
vivirla:
Realiza
un recorrido orante por siete iglesias, si es posible. En cada una, reza
brevemente en adoración al Santísimo.
En
cada parada, medita un momento del camino de Jesús hacia la cruz (desde su
arresto hasta su juicio).
Hazlo
en silencio, con reconocimiento, como verdadero peregrino del amor.
Si
no puedes recorrer básicamente las siete iglesias, puedes hacerlo
espiritualmente desde casa, rezando y contemplando con el corazón.
- Intenciones para ofrecer durante la
visita:
Por
la santidad de los sacerdotes y nuevas vocaciones.
Por
las familias y los jóvenes.
Por
los enfermos y los que sufren.
Por
la paz en el mundo y la unidad de la Iglesia.
Por
los gobernantes y los pobres.
Por
la conversión de los pecadores y los alejados.
Por
la Iglesia perseguida y los misioneros.
Reza
por los sacerdotes, y por nuevas vocaciones al sacerdocio.
Jesús
nos dice esta noche: "¿No han podido velar una hora
conmigo?" (Mt 26,40).
No lo dejemos solo. Velad con Él. Acompañadlo. Amadlo.
Viernes Santo – Pasión y
Muerte del Señor
Qué celebramos:
El misterio de la Cruz: el amor hasta el extremo.
Vívelo así:
- Guarda el ayuno y la abstinencia
como signo de penitencia y solidaridad con Cristo sufriente.
- Participa en el Vía Crucis,
meditando cada estación con el corazón abierto al dolor del mundo.
- Acude a la Celebración de la
Pasión y adora la Santa Cruz.
- Participa en la Reflexión de las Siete
Palabras.
- Este día no se celebra Misa. Todo es
silencio, contemplación y gratitud por la redención.
Sábado Santo – Silencio y
espera
Qué celebramos:
El gran silencio del sepulcro. María espera en fe la Resurrección.
Vívelo así:
- Guarda el silencio interior. Evita
actividades frívolas o festivas.
- Reza con María. Vive el duelo y la
esperanza.
- Al caer la noche, participa en la Solemne
Vigilia Pascual, la madre de todas las vigilias.
Celebra con gozo la victoria de Cristo sobre la muerte.
Domingo de Resurrección –
Cristo ha vencido
Qué celebramos:
¡Jesús ha resucitado! La vida ha triunfado sobre la muerte.
Vívelo así:
- Participa en la Santa Misa con
alegría renovada.
- Reaviva tu fe, tu compromiso y tu
esperanza.
- Vive la Pascua con una vida nueva,
con obras concretas de amor, perdón y fraternidad.
Recomendaciones finales:
- Vive cada día en clave de oración,
sobriedad y servicio.
- Apaga los ruidos del mundo y enciende
la luz de la Palabra de Dios.
- Acércate a los sacramentos con
humildad y alegría.
- No vivas la Semana Santa como
espectador, sino como discípulo que camina con su Señor hacia la Cruz… y
hacia la gloria de la Resurrección.
Semana Santa del Año del Señor 2025