Fe que transforma, esperanza que no defrauda: Jubileo de los Migrantes 2025
Peregrinos de la esperanza en un mundo herido
La Palabra de Dios de este domingo nos pone frente a un mensaje profundamente actual. El profeta Habacuc (Hab 1,2-3; 2,2-4) da voz al clamor de un pueblo cansado de la violencia y la injusticia, y recibe una promesa luminosa: “El justo vivirá por su fe”. La fe no es evasión, es confianza que sostiene en medio de las pruebas.
El salmo 94 nos invita a mantener el corazón abierto, a escuchar hoy la voz de Dios en medio de nuestra historia. San Pablo, en su carta a Timoteo (2 Tim 1,6-8.13-14), lo anima a reavivar el don recibido con valentía, sin avergonzarse de dar testimonio de Cristo. Y el Evangelio (Lc 17,5-10) nos recuerda que la fe, aunque sea tan pequeña como un grano de mostaza, tiene fuerza transformadora cuando se vive con humildad y servicio.
Un mensaje que toca la realidad de los migrantes
Estas lecturas se iluminan con el mensaje del Papa León XIV para la 111.ª Jornada Mundial del Migrante y del Refugiado, celebrada en el marco del Jubileo de los Migrantes (4 y 5 de octubre en Roma). El Papa describe con realismo la situación actual: guerras, violencia, injusticias y fenómenos meteorológicos extremos obligan a millones a abandonar sus hogares en busca de un refugio seguro.
Pero también denuncia la tentación de muchos de encerrarse en sus propios intereses, olvidando la solidaridad y el bien común. Frente a esta realidad dolorosa, el Papa nos recuerda que los migrantes y refugiados son “testigos privilegiados de la esperanza”: su resiliencia y su confianza en Dios son un signo que nos desafía a no caer en la indiferencia ni en lo que él llama la “globalización de la impotencia”.
La respuesta cristiana, insiste el Santo Padre, es una cultura de reconciliación: paciencia, escucha, compasión y gestos concretos que construyan unidad y justicia.
Los cuatro pilares para afrontar los desafíos
El Papa León XIV señala que nadie puede enfrentar solo este reto. Propone cuatro pilares que deben sostener cualquier respuesta:
Estos pilares no son solo para universidades o instituciones, sino para toda la Iglesia y la sociedad. Cada parroquia, familia y cristiano está llamado a ser parte de esta gran sinfonía de solidaridad.
Jubileo: tiempo de gracia y misión
El Jubileo de los Migrantes en Roma ha reunido a más de 10.000 fieles de 100 países en una gran peregrinación de fe. Oración, vigilia misionera, Rosario Misionero Internacional y el Festival de las Naciones han sido signos de que la fe se celebra en comunidad y se hace misión.
Pero este Jubileo no se queda solo en Roma. También nosotros lo vivimos en la parroquia, con nuestra feria de servicios para nacionales y migrantes, la jornada de salud y el bazar de emprendedores. Estos gestos concretos son expresión de que la fe se traduce en obras de amor, de acogida y de fraternidad.
Fe, esperanza y solidaridad que transforman
La Palabra de Dios y el mensaje del Papa convergen en una misma verdad:
El Jubileo nos invita a abrir los ojos y el corazón, a caminar con los migrantes como hermanos, y a dejarnos evangelizar por su testimonio de resiliencia y confianza.
Que el Señor nos conceda escuchar su voz, reavivar la fe y ser peregrinos de la esperanza, constructores de reconciliación en un mundo herido.
Oración final
Señor
Dios de la vida,
te damos gracias porque en tu Palabra nos invitas a la fe que transforma y a la
esperanza que no defrauda.
Tú, que fuiste migrante en Egipto con María y José,
mira con amor a tantos hermanos y hermanas que hoy dejan su tierra en busca de
paz y dignidad.
Haz
de tu Iglesia un hogar abierto y acogedor,
que escucha y acompaña,
que sirve y defiende la vida.
Que no caigamos en la indiferencia,
sino que vivamos la cultura de la reconciliación,
sembrando gestos concretos de justicia y fraternidad.
Haznos
peregrinos de la esperanza,
capaces de reconocer tu rostro en cada migrante,
en cada pobre, en cada hermano.
Te
lo pedimos a ti,
que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.
Pbro. Alfredo Uzcátegui.
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