No existe ningún otro dios igual a ti, porque tú eres grande y haces maravillas; tú eres el único Dios.
Sal. 85,8.10
Escucha y Renueva: Un Camino de Conversión y Amor en el Año Jubilar
Queridos hermanos y hermanas en Cristo,
En estos tiempos que vivimos, marcados por desafíos y también por grandes esperanzas, las lecturas de hoy nos invitan a una profunda reflexión sobre nuestra relación con Dios y con nuestros prójimos, enmarcadas en el Año Santo Jubilar, un tiempo de gracia, peregrinación y renovación espiritual.
Desde el Corazón de Oseas: Un Llamado a la Conversión
El profeta Oseas, en el capítulo 14, versículos del 2 al 10, nos ofrece una hermosa invitación a la conversión. “Vuelve, Israel, al Señor tu Dios; tu culpa ha sido tu ruina. Preparad palabras de súplica y volved al Señor”. Este llamado no es solo un regreso físico, sino un regreso del corazón, un reconocimiento de nuestras faltas y un firme propósito de cambio. En un tiempo de Jubileo, este llamado resuena con mayor fuerza, invitándonos a dejar atrás lo viejo para renovarnos en el amor y la misericordia de Dios.
El Salmo 80: Escuchar la Voz de Dios
El Salmo 80 nos exhorta, “Yo soy tu Dios, escúchame”. En la vida agitada que muchos llevamos, detenernos a escuchar a Dios puede convertirse en un desafío. Sin embargo, la escucha activa de su Palabra y su voluntad es fundamental para nuestra conversión y crecimiento espiritual. En este Año Santo, redoblemos nuestro esfuerzo por escuchar no solo con los oídos, sino con el corazón, abiertos a lo que Dios quiere decirnos y transformarnos.
El Evangelio según San Marcos: Amar a Dios y al Prójimo
En el Evangelio de Marcos, capítulo 12, versículos 28b-34, Jesús resume toda la ley en el mandamiento del amor: "Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente y con todas tus fuerzas... Amarás a tu prójimo como a ti mismo". No hay otro mandamiento mayor que estos. Este es el fundamento de nuestra fe y la guía de nuestra vida cristiana, especialmente significativo en este tiempo jubilar, donde se nos llama a ser testigos del amor y la compasión.
Peregrinos de Esperanza en el Año Santo
Como peregrinos en este Año Santo Jubilar, cada uno de nosotros está invitado a ser portador de esperanza. Nuestra peregrinación puede ser física, hacia lugares santos, o espiritual, hacia una mayor profundidad en nuestra fe. En este camino, llevemos las enseñanzas de hoy en nuestro actuar diario: convertirnos continuamente, escuchar a Dios y vivir en amor auténtico hacia Él y hacia todos nuestros hermanos y hermanas.
En la práctica, esto puede significar participar más activamente en las actividades parroquiales, buscar la reconciliación con quienes hemos perdido contacto o simplemente mejorar nuestra vida de oración y lectura bíblica. En este año de gracia, renovemos nuestro compromiso de ser verdaderos discípulos de Cristo, llevando la luz de su amor a todos los rincones de nuestra vida y nuestro mundo.
Hermanos y hermanas, las lecturas de hoy son una llamada vibrante a renovar nuestra fe y nuestro compromiso con Dios y con el prójimo. Que este tiempo de Jubileo nos encuentre fervorosos en la fe, generosos en el amor y audaces en la esperanza. Que María, Estrella de la Nueva Evangelización, nos guíe en este camino de conversión y renovación espiritual. Amén.
¡Vivamos este Año Santo como verdaderos peregrinos de esperanza, llevando la alegría del Evangelio a todo el mundo!
Conviértanse, dice el Señor, porque ya está cerca el Reino de los Cielos. Mt. 4,17
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