El Señor abre el corazón y nos envía el Espíritu de la
Verdad
lunes VI Semana de Pascua – 26 de mayo de 2025
Año Santo Jubilar – Memoria de San Felipe Neri, presbítero
“El Señor es amigo de su pueblo. Aleluya.” (Sal 149)
En este lunes de la sexta semana de Pascua, la Palabra de Dios nos impulsa a abrir el corazón a la acción del Espíritu Santo, a dejarnos sorprender por la fuerza transformadora del Evangelio y a vivir con alegría y esperanza este tiempo pascual, particularmente en el contexto del Año Santo Jubilar, que nos llama a ser peregrinos de la esperanza y testigos del Resucitado.
I. El Evangelio de la verdad y el Espíritu Consolador (Jn 15,26–16,4a)
Jesús prepara a sus discípulos para lo que vendrá. Les habla con ternura del Paráclito, el Espíritu de la Verdad, que procederá del Padre y dará testimonio de Él. En este discurso lleno de consuelo, el Señor no oculta las dificultades que enfrentarán sus seguidores, pero asegura que no estarán solos. Serán acompañados por el Espíritu Santo, el mismo que habita en la Iglesia y que nos capacita para dar testimonio fiel, incluso en medio de las pruebas.
En el Año Jubilar, somos invitados a redescubrir la presencia del Espíritu en nuestras vidas: Él nos fortalece, nos guía, nos recuerda las palabras de Jesús, y hace fecundo nuestro compromiso evangelizador. Como Iglesia, no estamos solos. ¡El Espíritu de Dios camina con nosotros!
“El Espíritu Santo es el alma de la Iglesia. Él la hace siempre joven, viva, fecunda.” (Papa Francisco)
El corazón que se abre: Lidia, la mujer creyente (Hch 16,11-15)
En la primera lectura, Pablo y sus compañeros llegan a Filipos y allí ocurre un momento fascinante: una mujer llamada Lidia, comerciante de púrpura, temerosa de Dios, escucha la predicación del apóstol y el Señor le abre el corazón para que aceptara su palabra. El fruto de esta apertura es inmediato: se bautiza con toda su familia y acoge a los misioneros en su casa.
Este gesto sencillo encierra una verdad poderosa: cuando el corazón se abre a Dios, florece la fe y brota la misión. En Lidia vemos representadas a tantas mujeres creyentes que han sido columnas de la Iglesia. También somos invitados a abrir el corazón para que, como ella, acojamos el mensaje del Evangelio y lo traduzcamos en obras concretas de hospitalidad, servicio y fe.
El canto pascual de los amigos de Dios (Sal 149)
El Salmo nos ofrece hoy una aclamación llena de júbilo: “El Señor es amigo de su pueblo”. Este versículo nos recuerda que Dios no es un ser lejano, sino un amigo cercano, que acompaña, sostiene y se alegra con su pueblo. En este tiempo pascual y jubilar, esta certeza debe encender en nosotros la gratitud y el canto: ¡Alabemos al Señor con danza, con cánticos y con vida entregada!
Vivir el Año Santo Jubilar: abrir el corazón, dar testimonio y caminar con alegría
Este Jubileo de la Esperanza nos propone volver al corazón del Evangelio: Cristo vive y está con nosotros. Y como lo hizo con Lidia, también hoy quiere abrir nuestro corazón para que lo recibamos con fe viva. Para vivir este día como verdaderos jubilares, proponemos:
Memoria de San Felipe Neri: el apóstol de la alegría
Hoy celebramos a San Felipe Neri, presbítero italiano del siglo XVI, conocido como “el santo de la alegría”. Fundador del Oratorio, supo evangelizar con cercanía, humor, y una espiritualidad profunda centrada en el amor de Cristo. Fue guía de muchos jóvenes y reformador del clero en Roma. Su vida es testimonio de que la santidad no está reñida con la alegría, sino que florece en ella.
Entre sus frases más conocidas destacan:
“Tristeza y melancolía, fuera de la casa mía.”
“La santidad consiste en estar siempre alegres.”
“El que no reza, se condena.”
“El que quiere algo que no sea Cristo, no sabe lo que quiere.”
San Felipe Neri nos inspira a vivir nuestra fe con entusiasmo, sin rigidez, con profundidad y ternura pastoral. En este tiempo pascual y jubilar, él nos recuerda que la alegría del Evangelio es nuestra mejor carta de presentación.
Queridos hermanos y hermanas, en este lunes de Pascua, abramos el corazón como Lidia, dejémonos guiar por el Espíritu como los apóstoles, y cantemos con el salmista con alegría porque el Señor es nuestro amigo. Que San Felipe Neri nos contagie su gozo evangélico para vivir este Año Santo Jubilar como testigos del Resucitado.
¡El Señor ha resucitado y está vivo entre nosotros!
Aleluya.
¡Vivamos con fe, alegría y esperanza este Jubileo!
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