Sábado 19 de julio de 2025 – Semana XV del Tiempo Ordinario
"Él no gritará, no quebrará la caña cascada"
Año Santo Jubilar • Mes de la Preciosa Sangre de Nuestro Señor Jesucristo •
Memoria de San Arsenio
Palabra de Dios que ilumina el camino
Éxodo 12,37-42
Israel inicia su salida de Egipto, comenzando el camino hacia la libertad bajo
la guía del Señor.
Salmo 135(136)
“Demos gracias al Señor, porque es bueno, porque es eterna su misericordia.”
Evangelio según San Mateo 12,14-21
Jesús se retira cuando los fariseos deciden perderlo, y Mateo nos recuerda que
Él es el Siervo anunciado por Isaías: manso, compasivo, portador de esperanza.
Dios nos guía con ternura y poder
Queridos hermanos y hermanas,
La Palabra de Dios de este sábado nos sitúa en un punto decisivo de nuestra vida espiritual: Dios actúa con firmeza, pero también con infinita ternura. Mientras el libro del Éxodo narra cómo Israel comienza su camino hacia la libertad, no podemos dejar de contemplar que ese caminar es también el nuestro. Salimos de nuestras esclavitudes —materiales, espirituales o afectivas— para ser conducidos por el Señor hacia una tierra nueva: la vida en plenitud. Pero no caminamos solos, nos guía el Dios que nos libera con su brazo extendido y su corazón compasivo.
En este tiempo ordinario, marcado por el Año Santo Jubilar y el mes de la devoción a la Preciosa Sangre de Cristo, la Iglesia nos invita a recordar que Cristo ha sellado nuestra libertad no con oro ni plata, sino con su Sangre preciosísima (cf. 1Pe 1,18-19). Cada paso que damos hacia adelante, cada herida que sanamos, cada reconciliación, ha sido ganada con ese precio infinito. ¡Somos valiosos a los ojos de Dios!
El salmo 135, verdadero himno litánico de alabanza, nos da hoy una clave de espiritualidad jubilar: “Demos gracias al Señor, porque es bueno, porque es eterna su misericordia.” En medio de nuestras dificultades, no olvidemos nunca que la misericordia de Dios no caduca, no se agota, no depende de nuestras fuerzas. Es el amor que nos levanta y sostiene.
El estilo de Jesús: sin ruido, pero con poder
El Evangelio según san Mateo hoy nos conmueve. Jesús no se impone con gritos ni con violencia. Cuando los fariseos deciden eliminarlo, Él se retira, no por cobardía, sino porque su fuerza está en el amor, no en la confrontación. El evangelista lo identifica con el Siervo de Isaías:
“No porfiará, no gritará, no
alzará la voz por las calles;
no romperá la caña quebrada, ni apagará el pábilo vacilante…”
¡Qué imagen tan bella de Jesús para este tiempo! Él no destruye a quien está herido ni desampara al que vacila. Él cuida, levanta, restaura. Nos enseña que la verdadera autoridad viene del amor y del servicio, no del dominio.
En un mundo que grita, que divide, que descarta al débil, la Iglesia está llamada hoy más que nunca a imitar a Cristo: a no quebrar la caña cascada ni apagar la llama temblorosa. ¡Somos una comunidad llamada a la compasión activa, a la ternura firme y al amor paciente!
Elementos para vivir este Año Santo Jubilar y el Mes de la Preciosa Sangre
San Arsenio, modelo de vida interior
Hoy celebramos también la memoria de San Arsenio, eremita y padre del desierto. Hombre de profunda oración y sabiduría, dejó la corte imperial para buscar a Dios en el silencio del desierto. A él se le atribuye esta enseñanza:
“Muchas veces he hablado y me he arrepentido. Pero de haber callado, nunca.”
En este tiempo en que tanto se habla y poco se escucha, San Arsenio nos recuerda que el silencio orante es una fuerza que transforma el corazón y la historia. En tu oración de hoy, busca momentos de recogimiento interior. Allí habla el Señor.
Pensamiento para meditar, sentir y actuar
Pensamiento: Dios no te abandona,
aunque estés débil. Su ternura te restaura.
Sentimiento: Confianza humilde.
Agradece que Dios te guía sin aplastarte.
Propósito: Hoy serás luz para
alguien. Busca al que esté “a punto de apagarse” y anímalo con una palabra o un
gesto de amor.
Caminemos con esperanza
Queridos hermanos, no tengamos miedo de avanzar hacia la libertad. La Sangre de Cristo ha abierto para nosotros un camino nuevo y viviente (cf. Heb 10,19-20). Caminemos con esperanza, como el pueblo de Israel que partió confiado hacia lo desconocido, porque el Señor camina con nosotros, en silencio, en cada paso, y nos da su paz.
Que San Arsenio interceda por nosotros.
Que la Preciosa Sangre de Cristo nos cubra y nos dé vida nueva.
Que este Año Santo Jubilar nos renueve como discípulos misioneros de esperanza.
Parroquia de Santa Ana – Al
servicio de la Palabra y del Pueblo de Dios
¡Ánimo! El Señor está cerca.
Pbro. Alfredo Uzcátegui.
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