Día 8 – “No darás falso testimonio ni mentirás”
Palabra
de Dios
“No darás testimonio falso contra tu prójimo” (Ex 20,16).
“La verdad os hará libres” (Jn 8,32).
Catecismo
de la Iglesia Católica
“El octavo mandamiento prohíbe falsear la verdad en las relaciones con el
prójimo.
La
ofensa a la verdad expresa una falta de rectitud moral” (CIC 2464).
“El respeto de la reputación de las personas prohíbe toda actitud y toda
palabra de maledicencia o de calumnia” (CIC 2477).
“El deber de comunicar la verdad no es incondicional: todos deben conformar su
vida a las exigencias evangélicas de la caridad fraterna” (CIC 2488).
Reflexión
La verdad es un valor que nace de Dios mismo, porque Él es “Dios de verdad”
(Dt 32,4). Mentir, engañar o dar falso testimonio hiere profundamente la
confianza y destruye la comunión entre las personas.
Este mandamiento nos llama a vivir en la verdad no solo en lo que decimos, sino en nuestra manera de vivir. A veces no decimos mentiras con palabras, pero sí con silencios cómplices, con apariencias falsas o con actitudes hipócritas. También dañamos la verdad cuando caemos en la difamación, el chisme o la calumnia, que destruyen la fama del prójimo.
Jesús nos enseña que la verdad es camino de libertad. Vivir en la mentira esclaviza, pero caminar en la luz nos libera de la doble vida y nos da paz. El cristiano está llamado a ser testigo de la verdad, incluso cuando esta resulta incómoda o exige valentía.
San Agustín decía: “La verdad es como un león: no necesitas defenderla. Déjala libre, y se defenderá sola”. El bautizado que vive este mandamiento se convierte en luz en medio de un mundo lleno de falsedades, porque la verdad brilla con fuerza propia.
Acción práctica
Oración
Señor Jesús, Tú eres la Verdad que ilumina nuestras vidas. Líbrame de toda
mentira, engaño o hipocresía. Haz que mis palabras construyan confianza y mi
vida dé testimonio de tu Evangelio. Concédeme la valentía de vivir siempre en
la verdad, incluso cuando cueste. Amén.
Palabra
de Dios
“No darás testimonio falso contra tu prójimo” (Ex 20,16).
“La verdad os hará libres” (Jn 8,32).
Catecismo
de la Iglesia Católica
“El octavo mandamiento prohíbe falsear la verdad en las relaciones con el
prójimo.
La
ofensa a la verdad expresa una falta de rectitud moral” (CIC 2464).
“El respeto de la reputación de las personas prohíbe toda actitud y toda
palabra de maledicencia o de calumnia” (CIC 2477).
“El deber de comunicar la verdad no es incondicional: todos deben conformar su
vida a las exigencias evangélicas de la caridad fraterna” (CIC 2488).
Reflexión
La verdad es un valor que nace de Dios mismo, porque Él es “Dios de verdad”
(Dt 32,4). Mentir, engañar o dar falso testimonio hiere profundamente la
confianza y destruye la comunión entre las personas.
Este mandamiento nos llama a vivir en la verdad no solo en lo que decimos, sino en nuestra manera de vivir. A veces no decimos mentiras con palabras, pero sí con silencios cómplices, con apariencias falsas o con actitudes hipócritas. También dañamos la verdad cuando caemos en la difamación, el chisme o la calumnia, que destruyen la fama del prójimo.
Jesús nos enseña que la verdad es camino de libertad. Vivir en la mentira esclaviza, pero caminar en la luz nos libera de la doble vida y nos da paz. El cristiano está llamado a ser testigo de la verdad, incluso cuando esta resulta incómoda o exige valentía.
San Agustín decía: “La verdad es como un león: no necesitas defenderla. Déjala libre, y se defenderá sola”. El bautizado que vive este mandamiento se convierte en luz en medio de un mundo lleno de falsedades, porque la verdad brilla con fuerza propia.
Acción práctica
Oración
Señor Jesús, Tú eres la Verdad que ilumina nuestras vidas. Líbrame de toda
mentira, engaño o hipocresía. Haz que mis palabras construyan confianza y mi
vida dé testimonio de tu Evangelio. Concédeme la valentía de vivir siempre en
la verdad, incluso cuando cueste. Amén.
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