Día 7: Domingo: Día del Señor y centro de la semana cristiana
“El primer día de la semana, cuando estábamos reunidos para partir el pan…”
(Hechos 20,7)
El domingo no es solo el último día del fin de semana, ni una jornada de descanso social. Para los cristianos, es el Día del Señor, el día de la Resurrección de Jesucristo, el corazón de la semana y el centro de la vida litúrgica.
Cada domingo, la Iglesia se reúne en torno al altar para hacer memoria del Señor resucitado, celebrar su victoria sobre la muerte, y renovar el don de la Eucaristía, que da vida y esperanza al mundo.
1. El domingo es Pascua semanal
Desde los primeros cristianos, el domingo fue el día en que se reunían para “partir el pan”, es decir, celebrar la Eucaristía.
“Muy de madrugada, el primer
día de la semana, fueron al sepulcro y hallaron la piedra removida.”
(Lucas 24,1-2)
“Cada primer día de la semana,
cada uno de ustedes aparte algo, según haya prosperado.”
(1 Corintios 16,2)
La Iglesia reconoce en el domingo una pequeña Pascua semanal, que nos recuerda que Cristo vive y camina con nosotros.
2. Día de encuentro, adoración y alegría
El domingo es el día en que toda la comunidad se reúne para la Misa, para alabar a Dios, escuchar su Palabra y comulgar con Cristo y los hermanos. Es un día para fortalecer la fe, vivir la comunión fraterna, descansar en el amor de Dios y renovar la esperanza.
“Este es el día que hizo el
Señor: sea nuestra alegría y nuestro gozo”
(Salmo 118,24)
3. Día santo, no negociable
El tercer mandamiento nos lo
recuerda:
“Acuérdate del día del sábado para santificarlo”
(Éxodo 20,8)
La Iglesia, guiada por el Espíritu Santo, ha aplicado este mandamiento al
domingo, como día del Señor Resucitado.
“No dejemos de reunirnos, como
algunos tienen por costumbre, sino exhortémonos mutuamente”
(Hebreos 10,25)
Pensamiento del día
No hay semana verdaderamente
cristiana sin domingo.
No hay domingo auténtico sin Eucaristía.
Y no hay Eucaristía vivida sin Cristo en el centro del corazón.
Compromiso del día
Haz del domingo un día verdaderamente santo:
Oración final
Señor Jesús, resucitado y
glorioso,
gracias por el don del domingo, día de tu victoria y de nuestra esperanza.
Haz que no vivamos este día como una rutina,
sino como una fiesta del alma y del amor.
Que cada domingo me acerque más a ti. Amén.
Frase para meditar
“Sin el domingo no podemos
vivir.”
— Mártires de Abitina (África del Norte, siglo IV)
Para profundizar hoy
Catecismo de la Iglesia Católica, nn. 1166–1193 y 2174–2188
Enseña sobre el domingo como el día del Señor, su valor teológico y pastoral, y cómo santificarlo con la Eucaristía.
La Imitación de Cristo, Libro I, cap. XX
“No busques solo el descanso del cuerpo, sino la paz del alma en el Señor. Haz del día del Señor un espacio de oración, silencio y gratitud.”
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