Día 29: Adoración eucarística: permanecer con Jesús más allá de la Misa
“Quédate con nosotros, porque atardece y el día ya declina…” (Lucas 24,29)
Después de comulgar, nuestro corazón muchas veces desea quedarse más tiempo con Jesús. La adoración eucarística nos permite hacerlo: es un prolongar la Misa en el silencio del alma, es estar con el Señor que permanece en el Sagrario, esperando corazones dispuestos a amar, escuchar y consolar.
1. Jesús está real y verdaderamente presente
En cada Sagrario del mundo, Cristo permanece vivo en la Eucaristía. Allí no hay símbolo ni recuerdo: es Él, con su Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad, que se ha quedado por amor para no dejarnos solos.
“Yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo” (Mateo 28,20)
Entrar a una capilla de adoración es entrar en la presencia del Amigo que siempre está.
2. Adorar es amar con silencio y con fe
No hacen falta muchas palabras. Adorar es mirar a Jesús y dejarse mirar por Él. Es ofrecerle nuestro tiempo, nuestras heridas, nuestras luchas y alegrías, y escuchar lo que su Corazón tiene que decirnos.
“Estad quietos y sabed que yo soy Dios” (Salmo 46,10)
La adoración nos transforma desde dentro: será difícil no parecerse a Aquel a quien se contempla a menudo.
3. Un encuentro que renueva, consuela y fortalece
Quien practica la adoración eucarística con fidelidad, encuentra paz, claridad en las decisiones, fuerza en las pruebas y consuelo en las tristezas. Jesús Eucaristía es maestro, médico, amigo, pastor y alimento.
“Venid a mí todos los que estáis cansados y agobiados, y yo os aliviaré” (Mateo 11,28)
Pensamiento del día
La Misa
es el encuentro, la adoración es la permanencia en ese amor.
Quien aprende a adorar, ya no camina solo.
Compromiso del día
Hoy o esta semana, visita un Sagrario o capilla
de adoración.
Permanece unos minutos en silencio ante Jesús Eucaristía.
Si no puedes físicamente, haz una visita espiritual desde donde estés,
diciéndole:
“Jesús, creo que estás presente en todos los Sagrarios del mundo. Te adoro,
te amo, te espero.”
Oración final
Señor
Jesús Eucaristía,
quiero estar contigo, aunque sea unos minutos cada día.
En el silencio, enséñame a escucharte, a adorarte, a amarte.
Haz de mí un alma eucarística,
que te busque no solo en la Misa, sino también en la intimidad del Sagrario.
Amén.
Frase para meditar
“Cada visita al Santísimo es una hora santa de
gracia. No se pierde nada: se gana el cielo.”
— Santa Teresa de los Andes
Para profundizar hoy
Catecismo de la Iglesia Católica, nn. 1378–1380
Sobre la adoración al Santísimo Sacramento y la presencia real de Cristo en la Eucaristía.
La Imitación de Cristo, Libro IV, cap. I y IX
“Dichoso el alma que sabe detenerse en la presencia de su Dios, y encuentra allí más que en mil palabras.”
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