Día 28: La Misa en días de semana: alimento diario para el alma
“Danos hoy nuestro pan de cada día” (Mateo 6,11)
La Santa Misa no es solo para los domingos. Quienes desean crecer en el amor a Cristo y vivir en comunión constante con Él, descubren que participar en la Eucaristía durante la semana es una fuente inagotable de paz, sabiduría, fuerza y gracia.
La Misa diaria es alimento para el alma peregrina, lámpara para el día, medicina para las heridas.
1. Jesús desea estar contigo cada día
Cristo no se reserva para
ocasiones especiales. Él mismo nos enseña a pedir el pan cotidiano, no solo el
material, sino el Pan vivo bajado del cielo.
Quien comulga con frecuencia, ama más, sirve más y persevera más.
“Yo soy el Pan de la Vida. El que viene a mí no tendrá hambre” (Juan 6,35)
2. Una cita silenciosa que transforma la vida
La Misa entre semana es más
sencilla y más silenciosa, pero no menos rica. Allí el alma aprende a
vivir de lo esencial, sin adornos, y se alimenta en lo oculto.
Es el lugar del encuentro cotidiano con el Amado, como lo hacía María al
meditar la Palabra y vivir en comunión.
“Marta, Marta, te preocupas por muchas cosas... pero solo una es necesaria”
(Lucas 10,41-42)
3. Una gracia que santifica el día
Quien comienza el día con la Misa, lleva consigo la luz de Cristo a todas sus actividades. La jornada cambia de sentido: ya no es simplemente trabajo o rutina, es misión, servicio, entrega y oración vivida.
“Buscad primero el Reino de Dios y su justicia, y todo lo demás se os dará por añadidura” (Mateo 6,33)
Pensamiento del día
La Misa entre semana es un
tesoro escondido.
El alma que la descubre, se fortalece cada día en el amor de Cristo
y aprende a caminar con Él paso a paso.
Compromiso del día
Haz el esfuerzo de participar,
al menos una vez en la semana, en la Misa diaria.
Y si no puedes, une espiritualmente tu jornada al sacrificio de Cristo,
ofreciendo tu trabajo, tu oración, tus sufrimientos y tus alegrías.
Oración final
Jesús, Pan de Vida,
gracias por permanecer cada día en el altar,
esperando, amando, entregándote.
Dame sed de ti, deseo de buscarte más allá del domingo.
Que la Misa sea mi refugio, mi escuela, mi alimento diario. Amén.
Frase para meditar
“Si los cristianos supieran el
valor de la Misa diaria, las iglesias estarían llenas cada mañana.”
— San Juan María Vianney
Para profundizar hoy
Catecismo de la Iglesia Católica, nn. 1324–1327 y 2655
Sobre la Eucaristía como fuente diaria de la vida cristiana y la importancia de la oración continua.
La Imitación de Cristo, Libro IV, cap. I
“Ven al altar cada día si puedes; allí hallarás la fuerza para seguir caminando, aunque el mundo te pese.”
Página web desarrollada con el sistema de Ecclesiared