Día 26: Vivir la Misa en la vida diaria
“Así también vosotros, consideraos muertos al pecado, pero vivos para Dios en Cristo Jesús”
(Romanos 6,11)
La Santa Misa no es un acto aislado que termina cuando salimos del templo. Es fuente y culmen de toda la vida cristiana (cf. LG 11). Lo que vivimos en el altar, estamos llamados a continuarlo en cada palabra, decisión, obra y relación diaria.
Ser eucarísticos no es solo recibir a Jesús, sino dejar que Él viva en nosotros.
1. De adoradores a testigos
Hemos adorado, escuchado, comulgado y dado gracias. Ahora toca vivir como discípulos, llevando la luz del Evangelio al mundo, siendo reflejo de Cristo en lo cotidiano.
“Sed hacedores de la Palabra y no solo oidores” (Santiago 1,22)
La Misa bien vivida nos cambia, nos renueva y nos impulsa a ser sal y luz (cf. Mateo 5,13-14).
2. Cada día, una ofrenda eucarística
La Eucaristía es sacrificio: por eso, nuestra vida también debe convertirse en una ofrenda diaria a Dios. Cuando trabajamos con amor, servimos con alegría, perdonamos con paciencia… estamos prolongando la Misa en el mundo.
“Ofreced vuestros cuerpos como sacrificio vivo, santo y agradable a Dios” (Romanos 12,1)
3. Evangelizar con la vida
Quien comulga a menudo debe vivir diferente. La Eucaristía nos compromete con los pobres, los que sufren, los necesitados de Dios. Comulgar es aceptar una misión: ser presencia de Cristo en cada ambiente.
“Vosotros sois el cuerpo de Cristo, y cada uno en su lugar es parte de él” (1 Corintios 12,27)
Pensamiento del día
La Misa no se termina con
la bendición:
continúa en tu casa, tu trabajo, tu familia, tu comunidad.
Eres templo vivo, eres enviado, eres discípulo.
¡Vive lo que celebras!
Compromiso del día
Haz hoy un gesto concreto que sea fruto de la Misa que has celebrado:
Haz de tu día una prolongación del altar.
Oración final
Señor, que lo que viví en la
Eucaristía no se quede en el templo,
sino que transforme cada rincón de mi vida.
Hazme instrumento de tu paz, de tu luz, de tu amor.
Que mis palabras, mis gestos y mis decisiones
sean eco fiel de tu presencia en mí.
Amén.
Frase para meditar
“La Misa termina… para que
comience tu misión.”
— Beato Carlo Acutis
Para profundizar hoy
Catecismo de la Iglesia Católica, nn. 1327–1332 y 2044–2046
Sobre la Eucaristía como fuente de vida cristiana y compromiso moral y social.
La Imitación de Cristo, Libro IV, cap. XIV
“Sal del altar como quien ha visto el cielo y vuelve a la tierra con el corazón encendido. Vive lo que has recibido.”
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