Día 20: El Padrenuestro: la oración de los hijos y del pueblo reconciliado
“Vosotros orad así: Padre nuestro que estás en el cielo…” (Mateo 6,9)
Después del gran Amén que concluye la Plegaria Eucarística, la Iglesia entona una de las oraciones más queridas, enseñada por el mismo Jesús: el Padrenuestro. No es solo una fórmula repetida, sino una proclamación profunda de identidad, confianza, comunión y esperanza.
Orar el Padrenuestro en la Misa significa reconocer a Dios como Padre, a los demás como hermanos, y a Cristo como nuestro Redentor.
1. Lo llamamos “Padre” porque somos hijos en Cristo
Gracias a la Eucaristía,
entramos en comunión plena con el Hijo, y por Él podemos decir con verdad: “Padre
nuestro”.
No estamos repitiendo una oración externa, sino proclamando nuestra
identidad bautismal.
“El Espíritu mismo da
testimonio a nuestro espíritu de que somos hijos de Dios”
(Romanos 8,16)
2. Lo rezamos en plural: somos comunidad reconciliada
Decimos “nuestro”, no “mío”, porque la Misa nos une como familia de fe, como Iglesia reunida en torno al altar. Rezamos como pueblo reconciliado por la gracia, dispuestos a perdonar como hemos sido perdonados.
“Perdónanos nuestras ofensas,
como también nosotros perdonamos…”
(Mateo 6,12)
La Eucaristía exige coherencia: no podemos comulgar con Cristo y vivir divididos entre nosotros.
3. Una súplica por el Reino, el pan y la paz
Cada petición del Padrenuestro es una llave espiritual: pedimos que venga el Reino de Dios, que se haga su voluntad, que nos dé el Pan de cada día —que es también la Eucaristía— y que nos libre del mal.
“Danos hoy nuestro pan de cada día” (Mateo 6,11)
Esta oración resume toda nuestra fe y nuestras necesidades. Es la oración perfecta, porque viene del mismo Corazón de Jesús.
Pensamiento del día
El Padrenuestro es la
oración de los que han sido alimentados por el amor de Dios
y se preparan para recibir a Jesús en la comunión.
Lo rezamos como hijos, como Iglesia y como discípulos.
Compromiso del día
La próxima vez que reces el
Padrenuestro en la Misa,
hazlo lentamente y con atención.
Pon especial énfasis en las palabras: “Perdónanos… como también nosotros
perdonamos.”
Y pregúntate: ¿estoy en paz con mis hermanos?
Oración final
Padre nuestro, gracias por
llamarnos hijos y reunirnos en tu casa.
Haznos un solo corazón en tu amor.
Enséñanos a vivir lo que oramos: a perdonar, a confiar, a compartir.
Y danos el Pan de la vida que fortalece nuestro caminar.
Te lo pedimos como Jesús nos enseñó. Amén.
Frase para meditar
“No hay palabra más dulce en
la tierra que llamar a Dios: Padre. Y no hay misión más urgente que vivir como
verdaderos hijos suyos.”
— San Cipriano de Cartago
Para profundizar hoy
Catecismo de la Iglesia Católica, nn. 2759–2865
Enseñanza detallada sobre el Padrenuestro, oración del Señor y de la Iglesia.
La Imitación de Cristo, Libro III, cap. XLVIII
“Cuando digo: ‘Padre nuestro’, siento que mi alma se eleva, que el cielo se acerca, y que todo mi ser se recoge para hablar con amor al que me dio la vida.”
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