DÍA 2 – El Corazón que consuela a los que sufren
Palabra de Dios
“El Señor está cerca de los
que tienen el corazón roto.”
(Salmo 33,19)
Reflexión del día
El Corazón de Jesús es cercano,
especialmente a quienes sufren. En muchos hogares, hay heridas que no se ven,
pero duelen: la tristeza de un niño, el cansancio de una madre, el silencio de
un padre, el conflicto entre hermanos, la ausencia de un ser querido.
Jesús no se aleja de esa realidad, no nos exige perfección para amarnos. Al
contrario, Él se acerca con compasión, se sienta a nuestro lado y nos acompaña
en nuestras lágrimas. Su Corazón traspasado comprende el dolor familiar porque
también lo vivió en su paso por este mundo.
Este día es una oportunidad para abrirle el corazón a Jesús y dejar que su presencia traiga alivio a nuestras heridas. Como lo recuerda el Papa Francisco: “Toda familia tiene que enfrentar situaciones difíciles, dolorosas. No escondamos estas heridas; pongámoslas ante el Señor. Él sabe sanarlas.” (cf. Amoris Laetitia, n. 22)
Oración del día
Corazón compasivo de Jesús, tú que conoces el dolor escondido en muchos hogares, acércate a quienes sufren en silencio. Seca las lágrimas de los niños, alivia la angustia de los padres, da esperanza a los corazones quebrados. Que tu amor sane nuestras heridas. Amén.
Frase para meditar
“Venid a mí todos los que
estáis fatigados y sobrecargados.”
– Jesús (Mateo 11,28)
Profundiza tu fe
Compromiso familiar del día
Hoy, escuchemos con amor y paciencia a aquel miembro de la familia que esté triste, molesto o herido. A veces una escucha atenta vale más que mil palabras. ¡Dejemos que el Corazón de Jesús hable a través del nuestro!
Intención del día
Oremos por los niños tristes o
con dificultades:
Para que encuentren en Jesús consuelo, en sus padres apoyo, y en su familia un
espacio seguro donde puedan sanar y ser felices. Que el Sagrado Corazón de
Jesús los bendiga y los abrace con ternura.
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