Día 15: El ofertorio: ofrecernos con el pan y el vino
“Presentad vuestros cuerpos como sacrificio vivo, santo y agradable a Dios: este es vuestro culto espiritual”
(Romanos 12,1)
Después de escuchar la Palabra, la comunidad entra en la Liturgia Eucarística, comenzando con el ofertorio. Este momento no es una simple preparación práctica: es una parte sagrada en la que nos unimos al sacrificio de Cristo, ofreciendo nuestras vidas junto con el pan y el vino.
1. Ofrecer no solo cosas, sino el corazón
El pan y el vino representan los frutos de la tierra y del trabajo humano, pero también nuestra vida, nuestras luchas, nuestras intenciones y nuestro amor. En el ofertorio, todo lo nuestro es llevado al altar para ser transformado por Dios.
“Bendito seas, Señor, Dios del
universo, por este pan…”
(Liturgia del ofertorio)
2. Cristo nos invita a unirnos a su entrega
En la Eucaristía, Cristo se
ofrece al Padre. Y nosotros somos invitados a participar en ese mismo
ofrecimiento, uniéndonos a su entrega redentora. Esta es nuestra oportunidad
de decir:
“Señor, aquí estoy, me ofrezco contigo”.
“Nadie tiene mayor amor que el
que da la vida por sus amigos”
(Juan 15,13)
3. Un acto personal y comunitario de amor
El ofertorio no es pasivo. Es el momento de responder al amor recibido y de colaborar con nuestra parte. La ofrenda no se limita a lo material; es la entrega espiritual de todo lo que somos.
“Todo lo que hagan, háganlo de
corazón, como para el Señor”
(Colosenses 3,23)
Pensamiento del día
El pan y el vino que se
ofrecen son sencillos…
Pero cuando van acompañados de tu corazón,
Dios puede hacer maravillas con ellos y contigo.
Compromiso del día
Hoy, antes de la Misa, piensa
qué quieres ofrecer a Dios:
¿Un sufrimiento? ¿Una alegría? ¿Una decisión importante?
Escríbelo o guárdalo en tu interior…
Y al ver el pan y el vino llevados al altar, entrégaselo con amor.
Oración final
Señor, quiero ofrecerme
contigo en cada Misa.
Toma mi vida, mis días, mis obras, mis errores y mis sueños.
Recibe mi sí y haz de mí una ofrenda viva,
agradable a tus ojos y útil a tus planes.
Hazme pan partido para los demás. Amén.
Frase para meditar
“Ofrece lo que eres y lo que
tienes; y Dios te dará lo que no imaginas.”
— San Ignacio de Loyola
Para profundizar hoy
Catecismo de la Iglesia Católica, nn. 1350–1351
Explica el sentido del ofertorio como presentación de dones y participación activa del pueblo de Dios.
La Imitación de Cristo, Libro IV, cap. VIII
“Señor, ¿qué puedo darte que ya no sea tuyo? Solo tengo mi pobre corazón. Lo pongo sobre tu altar, como oblación imperfecta, pero sincera.”
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