06
ABR
2025

Día 14: Cómo escuchar y responder a la Palabra con el corazón



Día 14: Cómo escuchar y responder a la Palabra con el corazón

“María guardaba todas estas cosas, meditándolas en su corazón”

(Lucas 2,19)

Escuchar la Palabra de Dios en la Misa no es un ejercicio intelectual ni un simple acto pasivo. Es una experiencia espiritual profunda en la que el corazón se abre para acoger la voz del Señor y darle una respuesta viva y concreta. La Palabra no se impone, se propone… y espera nuestra acogida.

1. Escuchar con fe y reverencia

La Liturgia de la Palabra exige una escucha interior y activa. No basta con oír las lecturas: es necesario escuchar desde el alma, como quien sabe que Dios mismo le está hablando.

“Habla, Señor, que tu siervo escucha”
(1 Samuel 3,10)

Escuchar con fe significa reconocer en esas palabras la voz del Padre que me ama y me guía.

2. Meditar para comprender, orar para asimilar

Después de la proclamación, el Señor no quiere que su Palabra se quede en el aire, sino que germine en el corazón, como semilla fértil. Por eso, se necesita meditarla, rumiarla, llevarla a la oración personal.

“La semilla cayó en tierra buena, y dio fruto”
(Lucas 8,8)

3. Vivir lo que se ha escuchado: responder con la vida

Dios no solo quiere que escuchemos, sino que pongamos en práctica lo que nos dice. La Palabra de Dios es viva, eficaz, y tiene fuerza para transformar nuestra vida diaria, si la dejamos actuar.

“No seáis solamente oidores de la Palabra, sino también hacedores”
(Santiago 1,22)

La Profesión de fe: decir “sí” a lo que hemos escuchado

Después de escuchar la Palabra, la Iglesia nos invita, especialmente los domingos y solemnidades, a responder con fe. Lo hacemos mediante el Credo, donde proclamamos las verdades esenciales de nuestra fe cristiana.

“Con el corazón se cree para alcanzar la justicia, y con la boca se confiesa para alcanzar la salvación”
(Romanos 10,10)

El Credo no es solo un resumen doctrinal, sino una respuesta personal y comunitaria a Dios que nos ha hablado. Decir “Creo” significa: “Me entrego, confío y pertenezco a Ti, Señor.”

Oración de los fieles: elevar nuestras súplicas al Padre

Luego, la asamblea entera se une en la Oración de los fieles o Plegaria universal, en la que presenta ante Dios las necesidades de la Iglesia, del mundo, de los pobres y de la comunidad.

“Ante todo recomiendo que se hagan oraciones, súplicas, acciones de gracias por todos los hombres...”
(1 Timoteo 2,1)

Este momento expresa que la Eucaristía no es indiferente al dolor del mundo. Dios escucha al pueblo que suplica con fe. Al responder “Te rogamos, óyenos”, hacemos nuestra la oración de todos, y ofrecemos también nuestro corazón solidario.

Pensamiento del día

Escuchar a Dios es un arte espiritual.
La Misa no cambia nuestra vida si la Palabra no llega al corazón.
Y el corazón no cambia si no está dispuesto a obedecer, a creer y a orar.

Compromiso del día

Hoy, lee de nuevo el Evangelio de la Misa y pregúntate:
¿Qué me dice Dios? ¿Qué me pide? ¿A qué me llama?
Recita el Credo con atención y participa en las peticiones orando con el corazón por cada intención.

Oración final

Señor, que tu Palabra no pase de largo en mi vida.
Dame un corazón dócil, humilde y abierto,
como el de María, tu Madre y fiel oyente.
Que no solo escuche, sino que te responda con fe,
profese tu verdad con alegría
y ore con confianza por mis hermanos. Amén.

Frase para meditar

“No basta escuchar la Palabra: hay que creerla, proclamarla y vivirla.”
San León Magno

Para profundizar hoy

Catecismo de la Iglesia Católica:

  • n. 185–197: Sobre la fe y la Profesión de fe (Credo).
  • n. 2629–2636: Sobre la oración de petición e intercesión.
  • n. 1349: Sobre la oración de los fieles en la Misa.

La Imitación de Cristo, Libro I, cap. V

“Escucha con reverencia la Palabra de Dios y confiesa con sencillez la fe que Él ha sembrado en tu alma. Ruega por todos, y así agradarás al Señor.”


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