Día 1: La Santa Misa: el corazón de la vida cristiana
“Haced esto en conmemoración mía” (Lc 22,19)
La Santa Misa no es simplemente un rito más dentro de nuestra fe, ni una costumbre piadosa entre muchas. Es el corazón palpitante de la vida cristiana. Es el lugar donde el cielo toca la tierra, donde Cristo, el Resucitado, se hace realmente presente, y donde la Iglesia encuentra su fuente y culmen.
Cada Misa es el memorial vivo del sacrificio de Jesús en la cruz, que se actualiza sacramentalmente por medio del sacerdote. No es una repetición simbólica, sino una participación real en el misterio pascual de Cristo: su pasión, muerte y resurrección.
San Juan Pablo II decía que la Eucaristía "construye la Iglesia" porque une a todos los bautizados en un solo Cuerpo con Cristo como Cabeza. Y al mismo tiempo, cada cristiano es llamado a vivir "eucarísticamente", es decir, como ofrenda viva para Dios y para los hermanos.
Un don de amor
Jesús instituyó la Eucaristía la noche antes de entregar su vida. No quiso dejarnos sólo palabras o recuerdos, sino su Presencia viva, bajo el humilde signo del Pan y el Vino. En cada Misa, Él viene a nosotros para alimentar nuestra alma, para transformarnos y enviarnos al mundo como testigos de su amor.
Pensamiento del día
Sin la Misa, nuestra vida cristiana se apaga. La Misa es el pulmón del alma, el fuego del amor divino, el alimento que nos hace peregrinos firmes en medio de un mundo que muchas veces olvida a Dios.
Compromiso del día
Haz un acto de amor a Jesús Eucaristía hoy: visítalo en el sagrario, participa con más atención en la Misa, o comparte con alguien el valor de este tesoro que quizá aún no ha descubierto.
Oración final
Señor Jesús, gracias por quedarte con nosotros en la Eucaristía. Aumenta en mí el amor por la Santa Misa. Que no me acostumbre nunca a tu Presencia ni al misterio que celebramos. Que cada Misa sea para mí un encuentro vivo contigo, fuente de mi fe y de mi vida. Amén.
“Si conociéramos el valor de
la Santa Misa, ¡cuántos esfuerzos haríamos por participar en ella!”
— Santa Teresa de Jesús.
Para profundizar hoy
Catecismo de la Iglesia Católica, n. 1324:
“La Eucaristía es ‘fuente y culmen de toda la vida cristiana’. […] En ella se contiene todo el bien espiritual de la Iglesia, es decir, Cristo mismo, nuestra Pascua.”
La Imitación de Cristo, Libro IV, cap. I:
“Si el hombre se acerca con devoción a este Sacramento, muchas gracias celestiales alcanzará, y sentirá en su alma gran fuerza para luchar contra sus pasiones.”
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