07
MAR
2025

Cuaresma: Un Tiempo de Conversión y Esperanza en el Año Jubilar



El Señor me escuchó, tuvo misericordia de mí. El Señor vino en mi ayuda. Sal 29,11


Cuaresma: Un Tiempo de Conversión y Esperanza en el Año Jubilar

Hoy, 7 de marzo de 2025, la liturgia nos regala una poderosa invitación a la conversión, a la reconciliación con Dios y con nuestros hermanos, y a una vivencia auténtica de la Cuaresma, enmarcada en el camino del Año Santo Jubilar 2025: Peregrinos de Esperanza.

La verdadera conversión: No solo ritos, sino un corazón transformado

En la primera lectura, tomada del libro del profeta Isaías (58,1-9a), el Señor nos interpela fuertemente: "Clama a voz en cuello, no te detengas, alza tu voz como trompeta; denuncia a mi pueblo su rebeldía, a la casa de Jacob sus pecados." Dios nos llama a una fe auténtica, que no se limite a ritualismos vacíos sino que se traduzca en justicia, en caridad y en obras de misericordia. La Cuaresma no es simplemente abstenerse de algo o multiplicar rezos sin un cambio interior; es volver a Dios con un corazón sincero y arrepentido, como nos recuerda el Salmo 50: "A un corazón contrito, Señor, tú no lo desprecias."

La verdadera penitencia nos lleva a abrir el corazón a los demás: compartir el pan con el hambriento, acoger a los desamparados, vestir al desnudo. Solo así resplandecerá nuestra luz y seremos testigos de la misericordia de Dios. La conversión no es un peso ni una carga, sino un camino de esperanza y renovación.

El ayuno que agrada a Dios: Alegría y entrega sincera

El Evangelio de hoy (Mateo 9,14-15) nos muestra un episodio donde los discípulos de Juan preguntan a Jesús por qué sus seguidores no ayunan. La respuesta de Cristo es clave: "¿Pueden acaso estar de luto los amigos del esposo mientras el esposo está con ellos? Llegarán días en que les será arrebatado y entonces ayunarán." Jesús nos enseña que el ayuno no es una simple norma externa, sino una actitud del corazón. En este Año Jubilar, marcado por el lema Peregrinos de Esperanza, el ayuno nos recuerda que nuestra vida es un caminar hacia Dios, desprendiéndonos de lo superfluo para dejarnos llenar de su amor.

El ayuno verdadero nos hace más sensibles a la presencia de Cristo en nuestros hermanos, en los pobres, en los que sufren. No es un sacrificio estéril, sino un acto de amor que nos configura con Cristo y nos abre a la esperanza.

Cuaresma en el Año Jubilar: Un tiempo de gracia y renovación

El Año Santo Jubilar 2025 nos invita a ser peregrinos de esperanza, y la Cuaresma es un momento privilegiado para prepararnos para esta gracia. Como nos recuerda el Papa Francisco en su convocatoria al Jubileo, este es un tiempo de reconciliación, de perdón y de redescubrimiento de la misericordia divina.

¿Cómo vivir la Cuaresma en clave jubilar?

  1. Renovar nuestra fe: Profundizar en la oración, la escucha de la Palabra y la participación en la Eucaristía.
  2. Ser testigos de caridad: Multiplicar gestos de amor y servicio, especialmente con los más necesitados.
  3. Reconciliarnos con Dios y con los hermanos: Acercarnos al sacramento de la Confesión con un corazón abierto al perdón.
  4. Peregrinar con esperanza: No solo físicamente a los templos jubilares, sino espiritualmente, avanzando en el camino de conversión y santidad.

Santas Perpetua y Felicidad: Testigos de fidelidad y esperanza

Hoy también celebramos la memoria de Santas Perpetua y Felicidad, mártires que dieron su vida por Cristo con valentía y amor. Estas dos mujeres, en medio de la persecución, permanecieron firmes en la fe, confiando en la promesa de la vida eterna. Su testimonio nos recuerda que la fe es un compromiso radical con Cristo, que nos da la fuerza para enfrentar las pruebas con esperanza.

Que su intercesión nos ayude a vivir esta Cuaresma con un corazón renovado, con la certeza de que Dios nunca nos abandona y nos llama a ser testigos de su amor en medio del mundo.

Un llamado a la esperanza

La Cuaresma no es un tiempo de tristeza, sino de profunda esperanza. Dios nos llama a la conversión no para condenarnos, sino para sanarnos, renovarnos y hacernos libres. En este Año Jubilar, cada paso de nuestro camino cuaresmal nos acerca más a la misericordia divina y nos transforma en auténticos peregrinos de esperanza.

Que la Virgen María, Madre de la Iglesia y Estrella de la Nueva Evangelización, nos acompañe en este camino hacia la Pascua y nos ayude a abrir nuestro corazón a la gracia de la conversión. Amén.


Busquen el bien y no el mal, para que vivan, y el Señor estará con ustedes. Am 5,14


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