2 Crónicas 24, 17-25
Sal 88, 4-5. 29-30. 31-32. 33-34
san Mateo 6, 24-34
? Así lo decimos. ?¡Búscate la vida, chaval!? Es una frase tan lapidaria, que merecería coronar las sepulturas. Tras ella se oculta el convencimiento de que, si no nos ayudamos a nosotros mismos, nadie nos ayudará a salir adelante. Hay que moverse, hay que poner en marcha la imaginación, hay que echar mano de todas las tretas a nuestro alcance para abrirnos paso en este mundo tan hostil. ?Aquél que da primero, da dos veces?, y ?el que se fue a Sevilla, perdió su silla?. ?Si no te mueves, te pudrirás?, vinieron a decirme el otro día, en una versión adaptada del ?¡Búscate la vida, chaval!?? Para ?buscarnos la vida?, somos capaces de emplear a Dios como ariete que nos abra el camino a través de una selva de hombres, olvidando que son nuestros hermanos. Los muy ?piadosos?, mientras se buscan la vida, procuran dar un contenido profético a sus tretas: ?Lo hago por el Reino; lo hago por Dios; lo hago por los demás?? Es extraño que todo les salga tan ?a su gusto?, que parezca ?su reino?, y que siempre se beneficien ?sus demás?.
?¿Quién de vosotros, a fuerza de agobiarse, podrá añadir una hora al tiempo de su vida??. Y, al final? Todo para nada. Te buscaste la vida, y de todas formas te encontró la muerte. ¿Qué voy a decir en tu funeral? ¿Diré que en el nombre de Dios te abriste a codazos un espacio, y que desplegaste allí, a tus anchas, todas tus capacidades? ¿Diré que conseguiste que te dejaran mostrar tus talentos ante un público rendido, y que te gustaba que te halagasen para responder ?yo soy un pecador?? ¿Diré que lograste abrir tus alas de par en par, como una mariposa, y que en ellas habías grabado el nombre de Cristo? Quizá, si lo hago, se levante alguno de aquellos a quienes apartaste del camino de un alazo? ¿Diré que glorificaste a Dios con tu vida? Pero tendré que callar que no quisiste glorificarlo con tu muerte? Perdona mi insolencia: preferiría estar ante uno que ha muerto por Cristo que ante uno que ha vivido, y mucho -quizá demasiado- ?por Él?.
?Buscad el reino de Dios y su justicia; lo demás se os dará por añadidura?. Sé que los ?listos? de este mundo apostillan: ?sí, buscar el Reino, pero con inteligencia?? Y, con esa glosa, profanan la inteligencia, consideran que ellos conocen la Voluntad de Dios mejor que nadie, y logran que la frase de Jesús signifique ?¡Búscate la vida, chaval!?? Sé que conlleva un riesgo no desear en esta vida sino obedecer y cumplir la Voluntad de Dios. Tememos que, en lugar de esas alas tan bonitas, Dios nos pida que extendamos los brazos en la Cruz, que pasemos a través del desprecio y la humillación, y que ofrezcamos el silencioso sacrificio de unas alas plegadas por Amor? Sé todo eso y, sabiéndolo, prefiero mantener mi apuesta y no retirar mi ficha: buscar solamente el Reino de Dios, y dejar que Dios se ocupe de mi vida y ponga su misteriosa ?añadidura?.
El mundo, y sus ?piadosas? gentes, podrá considerarlo un desperdicio o una insensatez?
Pero, a fin de cuentas, también el mundo, este mismo ?mundo? quiso convencer a María de que su Hijo estaba loco. ¡Que se busquen la vida ellos!
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