Viernes V Semana de Pascua – 23 de mayo de 2025
"Los he llamado amigos"
Hechos 15, 22-31; Salmo 56; Juan 15, 12-17
Memoria de San Juan Bautista Rossi
Año Santo Jubilar 2025 – Peregrinos de la esperanza
Queridos hermanos y hermanas en Cristo:
En este viernes de la quinta semana del tiempo pascual, cuando la alegría del Resucitado sigue resonando en nuestras liturgias y corazones, la Palabra de Dios nos ofrece una triple llamada: a la comunión, a la alabanza, y a la amistad con Cristo. Hoy, además, recordamos la memoria de San Juan Bautista Rossi, presbítero romano que vivió con entrega total a los pobres, los enfermos y los marginados, recordándonos con su vida que la amistad con Cristo se traduce en servicio humilde y concreto.
1. Un mensaje que consuela y fortalece la comunión
En la primera lectura del libro de los Hechos de los Apóstoles (15, 22-31), encontramos el eco del primer Concilio de la Iglesia, celebrado en Jerusalén. Los apóstoles, animados por el Espíritu Santo, discernieron juntos para resolver un conflicto que amenazaba la unidad eclesial: ¿era necesario que los paganos convertidos cumplieran la ley mosaica?
La decisión que envían a Antioquía no es un acto autoritario, sino una muestra de sinodalidad, caridad y sabiduría: “Hemos decidido el Espíritu Santo y nosotros…”. Esta fórmula nos habla del corazón de la Iglesia: caminar juntos, escuchar al Espíritu, y cuidar la comunión como un tesoro precioso. El mensaje recibido por la comunidad fue de consolación y ánimo, lo cual es también el propósito de toda intervención pastoral y doctrinal.
En este Año Santo Jubilar del 2025, el Papa nos invita a vivir la sinodalidad como estilo de Iglesia, donde todos –laicos, consagrados, diáconos, presbíteros y obispos– caminamos con esperanza y corresponsabilidad. Preguntémonos: ¿mi presencia en la Iglesia fortalece la comunión o la hiere? ¿Construyo puentes o levanto muros?
2. Cantemos la grandeza del Señor: una espiritualidad de alabanza
El salmo responsorial (Sal 56) nos invita a alabar a Dios en toda circunstancia: “Mi corazón está firme, Dios mío, mi corazón está firme. Voy a cantarte y tocar para ti.” La firmeza del corazón nace de una confianza total en el amor de Dios, incluso en medio de pruebas o contradicciones.
¡Qué importante es cultivar una espiritualidad de alabanza en nuestros tiempos! En una sociedad que fácilmente se queja o se desespera, la alabanza nos reubica, nos hace ver lo esencial, y nos abre al gozo de sabernos hijos y amigos de Dios. En este Jubileo, seamos testigos del gozo cristiano, enseñando a nuestros hijos y jóvenes a orar cantando, a vivir con gratitud, y a celebrar la vida nueva que Cristo nos ha dado.
3. La amistad con Cristo: origen y misión del cristiano
En el Evangelio de hoy (Jn 15, 12-17), Jesús nos regala una de las expresiones más bellas y profundas del amor divino: “Ya no los llamo siervos... los llamo amigos.” No se trata de una amistad superficial, sino de una intimidad que transforma la vida y nos introduce en el misterio del amor trinitario.
La verdadera amistad con Jesús se expresa en dos caminos:
En este Año Jubilar, vivir como “amigos de Jesús” significa hacer de nuestra vida una entrega generosa, como San Juan Bautista Rossi, quien reconoció a Cristo en cada hermano necesitado. Él supo acoger a los pobres, consolar a los prisioneros, atender a los enfermos y enseñar a los ignorantes con una caridad sin límites. Hoy nos invita a vivir una santidad cercana, accesible, concreta.
4. Pistas para vivir este día del Jubileo como peregrinos de esperanza
Jesús me llama su amigo. ¿Respondo con confianza, intimidad y fidelidad a su
amistad?
Gratitud alegre por el amor incondicional de Cristo, que me elige, me envía, y
me acompaña.
Haz una visita o llama a alguien que esté solo, triste o enfermo. Llévale una
palabra de esperanza, como haría un verdadero amigo de Jesús.
5. Oración final
Señor Jesús,
tú que nos llamas amigos y nos envías a dar fruto,
haz que seamos sembradores de tu amor en este mundo herido.
Que no temamos salir de nosotros mismos,
que vivamos unidos en tu Iglesia,
y que este Año Santo Jubilar renueve nuestro caminar contigo.
San Juan Bautista Rossi, ruega por nosotros. Amén.
¡Vivamos este día con la alegría de sabernos amados, llamados y enviados! Que María, Madre de la Iglesia, nos acompañe como peregrinos de la esperanza en este tiempo de gracia.
Página web desarrollada con el sistema de Ecclesiared