04
DIC
2024

Adviento: Esperanza, Confianza y Providencia Divina

Adviento: Esperanza, Confianza y Providencia Divina


Ven, Señor, y no tardes; ilumina lo que esconden las tinieblas y manifiéstate a todas las naciones. Ha 2,3; 1Co 4,5


Adviento: Esperanza, Confianza y Providencia Divina

Miércoles de la Primera Semana de Adviento - Memoria de San Juan Damasceno

 

El Adviento es un tiempo de espera gozosa y de preparación espiritual para recibir a Cristo. En este camino hacia la Navidad, las lecturas bíblicas y los santos que celebramos nos ofrecen una rica enseñanza sobre la esperanza y la confianza en Dios, quien nos conoce, nos ama y puede transformar nuestras vidas. Hoy, celebramos la memoria de San Juan Damasceno, un testigo de la fe que nos invita a profundizar en el misterio de la Encarnación.

 

La promesa de un banquete celestial (Isaías 25,6-10)

El profeta Isaías nos presenta una imagen que llena el corazón de esperanza: un banquete preparado por Dios para todos los pueblos, donde enjugará las lágrimas de todos los rostros. Este pasaje es un anuncio profético de la salvación que Cristo trae al mundo. Es un recordatorio de que Dios conoce nuestras necesidades, nos ama profundamente y tiene el poder de transformar nuestro dolor en gozo. En este Adviento, se nos invita a creer en esta promesa y a vivir con la certeza de que Dios nos llama a compartir su vida eterna.

 

Habitar en la casa del Señor (Salmo 22)

El salmo de hoy resuena como una plegaria de confianza absoluta en la bondad de Dios: "Habitaré en la casa del Señor toda la vida." Este deseo de estar siempre en la presencia divina debe ser nuestra meta diaria. La Eucaristía, como anticipo del banquete celestial, nos alimenta y fortalece para este peregrinaje. En el Adviento, somos invitados a acercarnos con mayor frecuencia a este alimento espiritual que nos prepara para el encuentro definitivo con el Señor.

 

Jesús, el que sacia toda necesidad (Mateo 15,29-37)

El Evangelio de San Mateo nos muestra a Jesús en acción: sanando a los enfermos y alimentando a la multitud con la multiplicación de los panes y los peces. Este milagro no solo demuestra el poder y la compasión de Cristo, sino que también es un signo de su misión: saciar nuestra hambre espiritual y corporal. Jesús nos conoce mejor que nosotros mismos, y su compasión nos invita a confiar plenamente en Él, quien sabe siempre lo que es mejor para nosotros.

 

San Juan Damasceno: Defensor de la verdad y de la Encarnación

San Juan Damasceno, nacido en el siglo VIII, es un ejemplo luminoso de fe. Como teólogo y defensor de las imágenes sagradas, destacó por su profundo amor al misterio de la Encarnación: "El Verbo de Dios se hizo carne para restaurar la imagen divina en nosotros." Este santo nos enseña a valorar la verdad de nuestra fe y a alimentarnos espiritualmente a través de la oración y el conocimiento de Dios. Su legado nos invita a imitar su valentía para defender la verdad y su confianza en la providencia divina.

 

El Adviento es un tiempo para reflexionar sobre tres verdades fundamentales: 

1. Dios sabe: Él conoce nuestras necesidades mejor que nosotros mismos. 

2. Dios ama: Su amor es infinito y nos guía en cada paso. 

3. Dios puede: Su poder transforma nuestras vidas y nos conduce a la plenitud. 

 

Dios me conoce, me ama y tiene el poder para transformar mi vida. 

Renovemos nuestra confianza plena en el Señor, quien nunca nos abandona. 

Participemos con devoción en la Eucaristía y dediquemos un tiempo diario a la oración, pidiendo al Señor que aumente nuestra esperanza y nos haga instrumentos de su amor en el mundo.

 

Que bello es el Adviento

Este tiempo de espera nos recuerda que Dios, en su infinita bondad, nos invita a su banquete celestial. Como Jesús alimentó a la multitud, Él también nos alimenta hoy con su Palabra y su Cuerpo en la Eucaristía. Caminemos con esperanza, sabiendo que el Dios que nos ama nos prepara para recibirlo con corazones abiertos y confiados.

 

Que, por la intercesión de San Juan Damasceno, aprendamos a vivir con fe, defender la verdad con valentía y ser testigos del amor de Dios en el mundo. ¡Qué bello es el Adviento, tiempo de esperanza y preparación para el encuentro con nuestro Salvador!

 

Legado de Aprendizaje de San Juan Damasceno

 

San Juan Damasceno (675-749) es una figura clave en la historia de la Iglesia, un santo que nos deja enseñanzas profundas y perdurables sobre la fe, la teología y la vida cristiana. Su vida y obra son un testimonio de su amor por Dios y su compromiso con la verdad.

 

1. Amor por la Encarnación de Cristo

San Juan Damasceno enseñó con claridad y profundidad el misterio de la Encarnación. Destacó que, al hacerse hombre, Dios asumió nuestra humanidad para salvarnos y elevarnos a su divinidad. Este misterio es el centro de nuestra fe y una invitación a vivir con gratitud por el don de la salvación. 

Lección: Valorar la Encarnación como el mayor gesto de amor de Dios hacia nosotros. 

 

2. Defensa de la verdad y de las imágenes sagradas

San Juan fue un firme defensor del uso de imágenes en la Iglesia, argumentando que, al venerarlas, honramos a quien representan. En tiempos de iconoclasia, defendió que las imágenes ayudan a los fieles a contemplar los misterios divinos y acercarse a Dios. 

Lección: Defender la verdad de la fe con valentía, incluso en medio de dificultades. 

 

3. La oración como camino de santidad

Es conocido como uno de los grandes maestros de la oración. Enseñó que la oración es el medio por el cual nos elevamos a Dios y cultivamos una relación íntima con Él. Su obra "Himnos Canónicos" es un ejemplo de su profundo espíritu de oración. 

Lección: Cultivar una vida de oración constante para mantenernos en comunión con Dios. 

 

4. Firmeza en la doctrina

San Juan fue uno de los primeros teólogos sistemáticos, y su obra "La Fuente del Conocimiento" sigue siendo una referencia esencial en la teología cristiana. En ella, explicó de manera ordenada y clara las verdades de la fe. 

Lección: Buscar siempre un conocimiento sólido de la fe para transmitirla con fidelidad. 

 

5. Humildad y servicio

A pesar de su erudición y sus logros, San Juan vivió con humildad, sirviendo a la Iglesia con su intelecto y su corazón. Entendía que todo lo que tenía provenía de Dios y lo ponía al servicio de los demás. 

Lección: Vivir con humildad, reconociendo que todos nuestros dones son un regalo de Dios. 

 

Frases inspiradoras de San Juan Damasceno

- “El Verbo de Dios se hizo carne para restaurar en nosotros la imagen divina perdida por el pecado.” 

- “La oración es la elevación del alma a Dios y el alimento de nuestra fe.” 

- “Dios, al hacerse hombre, nos mostró que no hay barrera que pueda separarnos de su amor.”

 

Imitación para la santidad

- Fomentar una devoción profunda al misterio de la Encarnación.

- Defender la fe y la verdad con caridad y valentía.

- Vivir una vida de oración constante y sincera. 

- Estudiar y compartir las enseñanzas de la Iglesia con fidelidad.

 

El legado de San Juan Damasceno nos anima a ser discípulos apasionados de Cristo, a vivir nuestra fe con valentía y a dar testimonio del amor de Dios en cada aspecto de nuestra vida. Su ejemplo sigue siendo una guía para alcanzar la santidad.


Ya viene el Señor para salvar a su pueblo. Dichosos los que estén preparados para salir a su encuentro. 


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