9 de septiembre — Santa María la Antigua, Patrona de Panamá

9 de septiembre — Santa María la Antigua, Patrona de Panamá

“Proclama mi alma la grandeza del Señor” (Lc 1,46)
Solemnidad de Santa María la Antigua, Patrona de la República de Panamá.
Desde el año 1510, la primera diócesis erigida en tierra firme del continente americano quedó bajo el patrocinio de Santa María la Antigua, venerada desde entonces como madre y guía de nuestra nación.
“Bajo tu amparo nos acogemos, Santa Madre de Dios.”

Lectio – Leer la Palabra

El cántico del Magníficat expresa la actitud profunda de María: proclamar la grandeza del Señor porque Él ha hecho maravillas en su vida. En Panamá, bajo la advocación de Santa María la Antigua, reconocemos que Dios ha sido grande con nuestro pueblo y lo ha acompañado en su caminar histórico.

Meditatio – Meditar la Palabra

¿Magnifico yo a Dios con mi vida, como lo hizo la Virgen? Celebrar a nuestra Patrona no es solo mirar el pasado, sino asumir hoy el compromiso de ser un pueblo que proclama a Cristo con gestos de justicia, solidaridad y fe viva. María nos recuerda que cada panameño está llamado a ser testigo del Evangelio en medio de la sociedad.

Oratio – Orar con la Palabra

Santa María la Antigua,
Patrona y Madre de Panamá,
guarda a nuestra nación en la fe.
Enséñanos a proclamar con nuestra vida
la grandeza del Señor,
y haz de nosotros discípulos misioneros
al servicio del Reino de tu Hijo.

Contemplatio – Guardar en el corazón

Hoy resuena en mi interior el canto del Magníficat: “Proclama mi alma la grandeza del Señor.” Que sea la melodía constante de nuestro pueblo, un canto que brote de la gratitud y de la confianza en la providencia de Dios.

Actio – Poner en práctica la Palabra

• Agradeceré hoy un don concreto que Dios ha regalado a nuestra patria.
• Rezaré por la unidad, la paz y la justicia en Panamá.
• Viviré un gesto de fraternidad como expresión de amor a la nación.

Bajo el amparo de Santa María la Antigua, sigamos caminando como peregrinos de esperanza, confiados en que ella nos conduce siempre a Cristo, su Hijo.

 Pbro. Alfredo Uzcátegui.