23 de septiembre — San Pío de Pietrelcina (Padre Pío)
“Que
la Palabra de Cristo habite en ustedes con toda su riqueza”
(Col 3,16).
Memoria de San Pío de Pietrelcina, presbítero capuchino.
La Palabra es tesoro que llena el corazón y transforma la vida del creyente en
alabanza y servicio.
San Pío de Pietrelcina: “Quédate, Señor, conmigo, pues necesito tu presencia
para no olvidarme de Ti.”
Lectio – Leer la Palabra
San Pablo invita a la comunidad a dejar que la Palabra de Cristo habite en ella con abundancia. No se trata de un contacto superficial, sino de permitir que la Palabra penetre en lo profundo del corazón y dé fruto de sabiduría, amor y gratitud.
Meditatio – Meditar la Palabra
¿Dejo que la Palabra de Cristo habite en mí como huésped permanente, o sólo la escucho de vez en cuando? San Pío de Pietrelcina es testimonio de un corazón habitado por la Palabra y la presencia viva de Cristo. Sus largas horas de oración, su amor a la confesión y a la Eucaristía, y su cercanía a los que sufrían fueron signos claros de esa Palabra viva que lo llenaba de Cristo.
Oratio – Orar con la Palabra
Señor
Jesús,
haz que tu Palabra habite en mí con abundancia.
Que ella sea mi tesoro y mi guía,
mi fortaleza en las pruebas
y mi alegría en la esperanza.
Quédate, Señor, conmigo hoy y siempre.
Contemplatio – Guardar en el corazón
Hoy me quedo en silencio con estas palabras: “Habite en ustedes con toda su riqueza.” Imagino mi corazón como una casa que Cristo llena con su Palabra, y me siento en paz al saber que no estoy solo, pues Él permanece conmigo.
Actio – Poner en práctica la Palabra
Jaculatoria de San Pío de Pietrelcina
“Quédate, Señor, conmigo, pues necesito tu presencia para no olvidarme de Ti.”
Que el ejemplo del Padre Pío nos recuerde que dejar habitar a Cristo en el corazón es la mayor riqueza, fuente de amor y servicio en la vida cristiana.
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